Aunque el organismo de crédito anuncio un "entendimiento", todavía no existe un acuerdo firme, pero les sirvió a ambas partes para salir del paso.
Por qué el "acuerdo" con el FMI ni es acuerdo ni soluciona nada
Como si no tuviéramos suficientes sobresaltos en Argentina, el tema de la semana y que se discutía tanto en las mesas de los cafés como en las verdulerías, fue sin dudas si Argentina pagaba o no pagaba al FMI.
Mientras el kirchnerismo y la izquierda incentivaban y aplaudían la posibilidad de un default, como si el FMI fuera un enemigo de los pueblos hambrientos, cuando son los que nos sacan las papas del fuego, y creaban otra grieta más dividiendo a los ciudadanos en discusiones sobre quién era el dueño de la deuda, desviaron la atención en lo importante: que siempre la pagamos los contribuyentes.
Si la deuda la tomó Macri para pagar la deuda que dejó CFK o si Alberto heredó más problemas que los que heredó Macri nada cambia la realidad y es que los argentinos estuvimos, estamos y estaremos endeudados hasta que no se hagan reformas claras y profundas que limiten a los políticos a pedir plata para gastar en comprar votos.
Así, el "acuerdo" con el FMI, ni fue acuerdo ni soluciona nada. Para empezar, no se trató de un acuerdo sino de "la intención" de llegar a un acuerdo al que todavía estamos a años luz. Pero eso no le importa ni a Alberto Fernández ni a Kristalina Georgieva porque ellos también necesitaban "salir del paso". Con la intención de acordar y con el pago de una cifra esquelética como fueron los 700 millones de dólares que se pagaron el viernes, de una deuda de 44 mil millones, ambas partes pudieron darse la mano y anunciar el "acuerdo".
Acuerdo con el FMI: qué pasará con la inflación, el dólar y los aumentos
El primero en explicar esto fue el diputado nacional José Luis Espert. Al tiempo que publicó el comunicado del Fondo Monetario en el que claramente dice que todavía no hay un acuerdo firmado, el legislador sostuvo que era "una burla" y enumeró que, "no pone en orden las cuentas fiscales ni a los problemas argentinos. Un programa sin cambios en la legislación laboral, sin reducción de impuestos, sin baja drástica del gasto público populista, terminará en otra estafa de Argentina al FMI".
Sin embargo, acá también tiene gran responsabilidad el FMI porque la deuda Argentina es un gran problema para el organismo que presta plata de otros contribuyentes (los de los países miembros del Fondo), a quienes también les tienen que dar señales de que no es plata tirada. Por eso aceptan el pago de 700 millones y públicamente dicen que lo que acordaron fue seguir viendo cómo hacen para que Argentina pague un préstamo que nunca deberían haberle dado.
Si alguien le debe 100 mil pesos al banco, tiene un problema, pero si le debe 10 millones el problema es también del banco. Por eso el FMI no se pone rígido con la Argentina y sarasea tanto como Guzmán porque lograron estirar un poco más lo que todos sabemos: la única forma de poder cumplir será con un fuerte ajuste, pero como el gobierno no quiere ajustar el gasto público, nosotros pagaremos el déficit con inflación y aumentos tarifarios.
"El acuerdo sigue la misma lógica donde la que nunca pierde es la casta política", reiteró el diputado Javier Milei en todos los medios. Y no hay que ser economista para darse cuenta.
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