Los resultados tienen a los científicos atónitos.
¿Puede el ejercicio influir en tu consumo de alcohol?
Las personas que hacen ejercicio con regularidad y están en forma suelen consumir una sorpresiva cantidad de alcohol, según un nuevo estudio que llegó justo para las fiestas de fin de año.
El estudio, que involucró a más de 40.000 adultos estadounidenses, reveló que los hombres y mujeres activos y en forma tienen más del doble de probabilidades de ser bebedores regulares o excesivos que las personas que no lo están en forma.
Estos resultados se suman a otros que indican que el ejercicio y el alcohol suelen ir de la mano.
El estudio llama la atención porque, en general, las personas que adoptan un hábito saludable, tienden a practicar otros hábitos saludables, algo que se llama agrupamiento de hábitos.
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Por ejemplo, es raro ver que las personas activas fumen, y de hecho suelen llevar dietas saludables.
Sin embargo, varios estudios en los últimos años revelaron muchos vínculos entre hacer ejercicio y beber alcohol.
Uno de los primeros data de 2001, en el cual los investigadores utilizaron respuestas de encuestas de hombres y mujeres para concluir que los bebedores regulares -personas que bebían alrededor de un trago al día- tenían el doble de probabilidades que los que no bebían en absoluto de ejercitarse con regularidad.
Estudios posteriores encontraron patrones similares entre atletas universitarios, quienes bebían bastante más que otros estudiantes universitarios.
En otro estudio revelador de 2015, 150 adultos contaron cuándo y cuánto se ejercitaron y consumieron alcohol durante tres semanas. Los resultados mostraron que en los días que más se ejercitaban, también tendían a beber más después.
Para este nuevo estudio, titulado "Fit and Tipsy?" (¿En forma y borracho?) publicado hace poco en la revista Medicine & Science in Sports & Exercise, los investigadores del Instituto Cooper en Dallas recurrieron más datos sobre decenas de miles de adultos estadounidenses.
Los investigadores recopilaron registros de 38.653 participantes que tenían la edad legal para consumir alcohol e informaron beber al menos una vez a la semana. Luego, sacaron cuentas.
Al igual que en estudios anteriores, cuanto más en forma estaba la gente, más tendía a beber.
Una posible explicación a esto es que las personas que hacen ejercicio no son conscientes de su consumo de alcohol, explica The New York Times.
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