La emisión perdió valor muy rápido a causa un índice de precios que saltó 1.300% anual a principios de la década de los 90. Eso volvió escasas a las acuñadas en 1991
¿Tenés esta moneda en casa? Cuánto vale la de 100 australes de aluminio
En el mundo de los coleccionistas, la escasez de ejemplares de monedas y billetes es tan grande, que hace que su valor en una subasta puede alcanzar varias decenas de miles de dólares.
Los aficionados de la numismática no solo buscan estos objetos mencionados de colección, hay otros objetos que sin ser tan valiosos, al ser escasos aumentan bastante su valor de reventa.
Ese es el caso de una moneda, una moneda para nada peculiar en su acuñación, y no tan antigua en términos relativos. Quienes acumulan monedas solo por gusto, pueden tener algunas en sus casas.
Se trata de las monedas de 100 australes, una de las menos duraderas del régimen monetario que antecedió al peso argentino. Se acuñaron sólo durante dos años: 1990 y 1991, primeros años de la primera presidencia de Carlos Saúl Menem, y están hechas de aluminio por lo que su peso es ínfimo. Cualquiera con un poco de memoria o lecturas sobre esa época sabe que eran años de hiperinflación, donde los valores monetarios podían durar apenas unos pocos meses como algo relevante dentro del sistema de pagos del país.
En noviembre de 1990 fue donde las monedas de 100 australes fueron emitidas por primera vez, según datos del Banco Central, muy poco tiempo después se abandonó su acuñación. En particular, en 1991 la producción fue tan poca que los ejemplares que tienen grabado ese año se volvieron un objeto buscado, por poco común.
"Era tal la inflación que en seguida se estaban acuñando las de 1.000 australes y terminaron siendo muy pocas las que salieron a circular" (Dabbah)
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El valor pasó a ser nulo en muy poco tiempo. La inflación acumulada a diciembre de 1990 según datos del Indec llegó a 1.343,9%. Al año siguiente, la cifra fue 84,0% acumulada. Esto provoco que al poco tiempo de salir a la calle, las monedas de 1991 ya no servían ni para la transacción más pequeña.
Hoy un ejemplar de esta moneda no es algo que sea enormemente difícil de encontrar. Está lejos de ser una búsqueda de un tesoro perdido. Son, admiten los especialistas, razonablemente y que se pueden encontrar. Cualquier coleccionista aficionado de moneda argentina reciente debería tenerla en su colección sin problemas. Pero lo cierto es que, en comparación con otros objetos de su colección, si pagó por ellas tuvo que invertir algunos pesos.
"Fue una denominación más, y una moneda sin mucho brillo estético. Pero era tal la inflación que en seguida se estaban acuñando las de 1.000 australes y terminaron siendo muy pocas las que salieron a circular", cuenta Ariel Dabbah, miembro titular del Instituto Federal de Investigadores Numismáticos (Ifinra).
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