Son cuatro deportistas. Dos que juegan en la M-19 de Liceo Rugby Club habrían participado del ataque a un chico de 17 años que terminó con múltiples fracturas en el rostro. Dos de los involucrados serían familiares de ex presidentes del club. Temor en algunos testigos. Empiezan a declarar. El club aplicaría sanciones graves.
Quiénes son los rugbiers acusados por el feroz ataque en Chacras
"Hacé amigos de por vida..." dice una frase motivadora en la página web de Liceo Rugby Club, uno de los clubes de mayor trayectoria en el rugby del oeste argentino. Pero parece que no todos lo comprendieron. Algo malo ocurre: Clubes, instituciones, familias, todos tienen algún grado de responsabilidad en la cultura violenta de muchos chicos que practican este deporte, la que quedó en evidencia tras el caso por el crimen de Fernando Báez Sosa, en Villa Gesell, el 18 de enero de 2020 a la salida de un boliche. Ahora, integrantes de una división de rugby del club mendocino Liceo le desfiguraron la cara a un chico de 17 años y muchos kilos menos, en un cumpleaños de 15 en Chacras de Coria. El caso ya está en la Justicia, y lo investigará la fiscal Claudia Ríos (arriba, en la imagen de portada).
Por lo menos dos rugbiers del club, adultos, le dieron una paliza fulminante a un chico de 17 años durante el cumpleaños de 15 años de una adolescente amiga de la víctima en Chacras de Coria, cerca de la Lateral Oeste del Acceso Sur, en la madrugada del domingo. Le desfiguraron el rostro a trompadas y lograron hacerle ocho fracturas. El joven atacado está internado en la Clínica de Cuyo, en Ciudad, y se aguarda su evolución. Tendría un ojo muy comprometido, y cuando le baje la inflamación y lleguen a Mendoza ciertos insumos, será sometido a una compleja cirugía de reconstrucción. Los sospechosos del ataque fueron señalados por una denuncia radicada desde las 13:00 hasta las 15:00 de este lunes, en la fiscalía que conduce Claudia Ríos. Sus nombres serían Lucas Biglieri y Nahuel Garrido. Ambos tendrían 19 años, según fuentes de la investigación. Biglieri sería sobrino del abogado penalista Marcelo Biglieri, muy conocido en el foro local y ex presidente de Liceo Rugby Club. No serían estos dos jóvenes de la M-19 los únicos involucrados. Otros dos fueron señalados por testigos como participantes de una insólita "persecusión" y "cacería" luego del incidente. Uno de ellos sería hijo de otro ex directivo del Club. Estos últimos aún no forman parte del expediente judicial. Sin embargo, en el club ya los tienen individualizados, confirmaron fuentes de la institución.
El ataque
El cumpleaños estaba repleto de chicos y chicas de diversas divisiones de hockey y rugby de Liceo, ya que la agasajada de la noche pertenecería también a una división del club, aunque este dato no pudo ser confirmado. De acuerdo a una reconstrucción que pudimos hacer sobre la base de diversos testimonios, el grupo integrado por los cuatro rugbiers habría estado buscando problemas durante buena parte de la noche del sábado. "Todo mal... no sé qué tenían que hacer estos tipos, adultos, en un cumpleaños de 15" dijo uno de los testigos al Post. "Parecía que andaban buscando con quién pelearse, y estaban molestando a los más chicos" contó otro. Lo que ocurrió es que en un momento de la madrugada, el adolescente de 17 años que terminó con la cara totalmente rota -es literal- quiso interceder para defender a otro amigo, al que los "grandotes" de la M-19 estarían "apretando". Fue en el interior de la vivienda sede de la fiesta. "Eh... no ves que es más chico... ¿cuánto pesás?" habría dicho el jovencito que quiso defender a la otra víctima, y recibió como respuesta una terrible trompada en pleno rostro. Los que están señalados en la denuncia penal como presuntos atacantes, Biglieri y Garrido, habrían seguido la paliza.
El joven, como pudo, llamó a su padre pasadas las 04:00 ya del domingo. Lo cargaron entre dos amigos y lo llevaron en el auto familiar a la Clínica de Cuyo donde quedó internado. "Las lesiones son de graves, a gravísimas" dijo una fuente judicial, dando dimensión al caso publicado por el Post, temprano, y que había sido contado a Radio Nihuil, más tarde en la mañana, por Marcelo B. el padre del adolescente golpeado.
El ataque no fue lo único. De acuerdo a los testimonios recogidos, los cuatro rugbiers -los dos de la golpiza y los otros dos- que se movían en un Fiat Uno de color gris, de las series más nuevas, se habrían dedicado a perseguir a otros adolescentes. A uno lo habrían querido meter a la fuerza adentro del auto, y logró escapar. Parece que habrían intentado llevarlo a "buscar" a otros jóvenes, con fines probablemente violentos.
Las identidades de los involucrados fueron confirmadas al Post en parte por fuentes judiciales, y luego del Liceo Rugby Club. Anoche, cerca de la medianoche, miembros de la Comisión Directiva de los "clavos" mantuvieron una reunión con los involucrados en el ataque, en un lugar del centro de Mendoza. "Están arrepentidos... recién ahora están tomando conciencia de la enorme gravedad de los hechos... El club va a actuar como lo manda el estatuto, que para estos casos considera sanciones gravísimas..." contó un informante. Está claro que van a ser desvinculados, y que luego habrá un lavado de cabeza general por la conducta de los rugbiers, en todas las divisiones. Oficialmente, el club aún no se ha pronunciado. Pero hoy a las 19:00 habrá una reunión para definir las sanciones.
La causa
Ayer a la una de la tarde, los padres del chico internado en la Clínica de Cuyo declararon durante dos horas en sede fiscal. Allí radicaron la denuncia penal por lesiones gravísimas. Transmitieron todo lo que su hijo pudo contar. Hoy, funcionarios de la fiscalía irán a la clínica para ver en qué estado se encuentra el adolescente golpeado, y ver si hay que hacer algún ajuste en la calificación penal del ataque. Los testigos que declararán hoy son todos menores de edad, y deben asistir acompañados por sus padres. La ronda de declaraciones va a seguir mañana. Van a desfilar varios de los asistentes al cumpleaños, la cumpleañera, el DJ, los dueños de la propiedad y padres de la chica, y otros eventuales testigos. No está claro si los rugbiers estaban invitados a la fiesta. La víctima, sí. "Estaba en la lista..." dijo una fuente.
Luego de estas primeras declaraciones, surgirían las probables imputaciones a los rugbiers por el ataque y su posible detención, como ocurrió con la paliza terrible que recibió otro joven, Moisés Pérez, el mes pasado, y que terminó con media docena de jóvenes presos y enviados a distintos penales del Gran Mendoza. En aquel caso, las cámaras y los testigos fueron la clave.
La fiscal Ríos buscará ahora los testimonios de los chicos que vieron el ataque, y de los que fueron perseguidos por la patota, luego del incidente.
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En tanto, familiares de testigos que vieron lo que pasó manifestaron su temor, ya que algunos residen en el mismo barrio, cercano al Club Liceo, o pertenecen a los mismos grupos de afinidad. "Lo que queremos, es que nos aseguren que a nuestros hijos no les va a pasar nada" contó uno de los padres de un testigo que ya fue citado a declarar.
La paliza podría salirles carísima a los atacantes. Los dos rugbiers señalados por el presunto ataque al menor que terminó internado, en caso que les apliquen el artículo 91 del Código Penal para lesiones gravísimas, podrían enfrentar una probable condena de tres a diez años de prisión.