Hace 40 años que Efraim Zuroff busca criminales de guerra del nazismo. Algunos tienen ya 100 años, pero él no los perdona. Mirá su historia.
Tiene 73 años, es historiador y se dedica a cazar nazis
Efraim Zuroff es un historiador israelí con un extra en su currículum: se dedica a buscar criminales nazis que siguen sueltos. En todos sus años ejerciendo el rol de "cazador", el hombre de 73 años dice que nunca se encontró a "un criminal nazi que expresara remordimiento y buscara reparar lo que hizo".
Zuroff habló con la BBC desde su casa de Israel e hizo un repaso de su carrera. Nada menos que 40 años lleva dirigiendo la investigación de crímenes de guerra para el Centro Simon Wiesenthal, y en ese tiempo participó de muchas detenciones y juicios históricos a criminales de guerra. El israelí ha intentado encontrar el rastro de más de 3.000 sospechosos dispersos por 20 países, aunque algunos murieron antes de que pudiera encontrarlos.
La tarea de "cazador de nazis" nunca fue sencilla. "Hace 12 o 13 años, para acusar a alguien en Alemania había que probar que había cometido un crimen específico contra una víctima específica y que lo había hecho movido por el odio", contó Zuroff.
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En cambio, hoy lo único que se requiere es "probar que la persona prestó servicio en un campo de exterminio, que tuviera cámaras de gas y una alta mortalidad, y esto se puede mostrar a través de la documentación".
El tiempo no exime de culpas
Uno de los factores con los que el historiador se topó en su cacería fue el de la edad: muchos de los perpetradores de la maquinaria asesina nazi son hoy ancianos de 90 o más años.
Sin embargo, eso no lo detiene. "Mientras este empeño continúe, en teoría esta gente no puede dormir tranquila y nunca puede estar segura de que alguien no vaya a llamar a su puerta algún día", dijo Zuroff.
Actualmente, el israelí sigue con atención el juicio a Josef Schutz, de 100 años, y a Irmgard Furchner (96). El primero fue presuntamente cómplice de 3.512 asesinatos en el campo de concentración de Sachsenhausen.
La segunda enjuiciada fue una secretaria del comandante del campo de Stutthof, y en su tiempo de trabajo allí perdieron la vida 11.430 internos.
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El máximo logro en la carrear de Zuroff fue la condena al último comandante conocido de un campo de exterminio: Dinko Sakci, que dirigió el campo de Jasenovac, en la actual Croacia, en 1944.
Hasta 100.000 personas fueron asesinadas en aquel lugar. Gracias al trabajo de Zuroff, Sakic fue condenado a 20 años de cárcel el 4 de octubre de 1998.
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Cuando Zuroff abandonaba la sala tras escuchar el veredicto, fue abordado por un hombre alto que quería darle las gracias.
"De no haber sido por usted, este juicio nunca hubiera tenido lugar", le dijo. "No tengo ni idea de quién era", afirma Zuroff. Luego se enteró de que era el hermano de Milo Boskovic, un médico prisionero que fue asesinado por Sakic para "dar un ejemplo" de cómo se castigaba a la resistencia.