Te dejamos todos los detalles para que puedas realizar este proceso de la forma más simple para que queden relucientes sin rastros de manchas, grasa ni bacterias.
Estos son los errores más graves que cometemos al lavar los platos
A la hora de lavar los platos, puede ser que estés cometiendo algunos errores que hacen que el resultado no sea el mejor. Tomá nota de doce de ellos:
1. No enjuagar ni quitar los restos de comida
Es el primer paso cuando terminás de comer. Si no retirás los alimentos, el desagüe terminará atascándose, además de que es muy antihigiénico. También es recomendable mojar los platos y ollas un poco si no vas a lavarlos en ese momento. Si los restos de comida se secan, después es más difícil eliminarlos bien y hay que frotar mucho más.
2. No usar agua caliente
Los platos, sartenes o táperes con grasa es mejor lavarlos con un buen chorro de detergente y agua caliente.
3. Desperdiciar demasiada agua
Lo más recomendable es lavar primero con la canilla cerrada y después enjuagar todo seguido.
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4. No fijarte en el color de la esponja
El hecho de que tengan distintos colores es por algo y cada tonalidad está diseñada para un uso diferente. El verde, el más habitual, sirve para las manchas más normales, pero si se frota con demasiado ahínco con ellos, pueden llegar a rayar determinados materiales. El azul es el más adecuado para las superficies delicadas, como copas de cristal. Mientras, el negro es para fregar zonas que requieren más fuerza y precisión como la base de las ollas y las sartenes o las rejillas del horno.
5. Mezclar la vajilla con distintos tipos de suciedad
Si mezclás la sartén que has usado para freír con los táperes y otros platos, la grasa pasará de unos a otros y todo quedará engrasado. Lo ideal es que separes los distintos tipos de suciedad desde un primer momento: vasos por un lado, sartenes y ollas por otro, táperes si hay, también separados, etc.
6. No seguir un orden
Para que sea una tarea más rápida y eficiente, empezá por echar un poco de agua caliente en las ollas y sartenes (que limpiarás al final). Si las ollas se han quemado, poné un chorro de vinagre. Comenzá a fregar lo menos sucio, pero más voluminoso. Es decir, primero los vasos y continuá con los platos, bandejas y cubiertos. Finalmente, limpiá las ollas o las sartenes.
7. No enjuagar bien
Si no lo hacés pueden no quedar limpios del todo, con algún resto de detergente o algunas manchas cuando sequen.
8. No eliminar los olores
Los recipientes, utensilios de plástico, sartenes y ollas pueden conservar los olores y pasarlos a los nuevos alimentos si no se friegan a conciencia. Para evitarlo, llená el táper con agua fría y echá una gotita de lavandina. Dejá que actúe un par de horas y después fregalo bien.
9. No usar el detergente correcto o pasarte con la cantidad
Hay algunos que sirven para fregar a mano y otros que son para el lavavajillas. Pero también hay que tener cuidado con la cantidad ya que si echás demasiado, se producirá demasiada espuma y no podrás ver si los platos están bien limpios.
10. No lavar la esponja con frecuencia
Ni cambiarla. Ésta no tiene una vida útil infinita. Asimismo, lo ideal es enjuagarla, escurrirla y dejarla secar después de cada uso y, si querés, ponerlas en remojo en agua con lejía diluida al 10% durante al menos 5 minutos. Esta es la mejor forma de lavar y desinfectar.
11. No limpiar la pileta
Cuando termines, vacía el colador de la pileta y pasa la esponja con detergente por las paredes y el suelo de la pileta. Después enjuagá con abundante agua para evitar la proliferación de bacterias, gérmenes y malos olores.
12. Guardar los platos sin secarlos
Con un paño seco que no deje pelos secá todos los utensilios antes de guardarlos. Si los guardás mojados quedarán marcas y puede ser el origen de la aparición de bacterias.
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