Además de los hábitos diarios recomendados, aconsejan tener alguien con quien conversar.
La clave para prevenir el Alzheimer que pocos tienen en cuenta
Existen hábitos cotidianos que pueden ayudarnos a mantener el cerebro joven y que sirven para prevenir el Alzheimer. Sin embargo, hay otro factor importante que sugieren tener en cuenta: tener una vida social activa y, sobre todo, contar con alguien que nos escuche cuando necesitamos hablar.
Según un estudio reciente publicado por la revista "JAMA Network Open", el simple hecho de tener a alguien disponible para charlar se asocia con una mayor resiliencia cognitiva (una medida de la capacidad de tu cerebro para funcionar mejor de lo que se esperaría por su envejecimiento físico o por cambios relacionados con enfermedades en el mismo), señala el sitio ABC.
"Pensamos en la resiliencia cognitiva como un amortiguador de los efectos del envejecimiento y las enfermedades cerebrales", explica el doctor e investigador principal Joel Salinas, profesor adjunto de Neurología en la Facultad de Medicina Grossman de la Universidad de Nueva York y miembro del Centro de Neurología Cognitiva.
"Este estudio se suma a la creciente evidencia de que las personas pueden tomar medidas, por ellas o por las personas que más les importan, para aumentar las probabilidades de retrasar el envejecimiento cognitivo o prevenir el desarrollo de síntomas del alzhéimer, que es lo más importante dado que todavía no tenemos una cura para la enfermedad", añade Salinas.
Salinas señala que los resultados del estudio indican que las personas menores de 65 años también se beneficiarían de contar con un buen apoyo social. Por cada unidad de disminución en el volumen cerebral, los individuos de 40 y 50 años con menos acceso a alguien que los escuche tenían una edad cognitiva cuatro años mayor que aquellos con alta disponibilidad de escucha.
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En opinión del autor principal del estudio, los médicos deberían preguntar a sus pacientes en consulta si tienen acceso a alguien con quien hablar y que les escuche cuando lo necesitan. "La soledad es uno de los muchos síntomas de la depresión y tiene otras implicaciones para la salud de los pacientes. Este tipo de preguntas sobre las relaciones sociales de una persona y los sentimientos de soledad pueden decirle mucho sobre las circunstancias sociales más amplias de un paciente, su salud futura y cómo le está yendo realmente fuera de la clínica", explica.
Para llevar a cabo el estudio, los investigadores utilizaron una de las cohortes comunitarias de más larga duración y más estrechamente monitoreadas en los EE.UU., el Framingham Heart Study (FHS), como fuente de los 2.171 participantes de su estudio, con una edad promedio de 63 años. Estos facilitaron información sobre la disponibilidad de apoyo de sus relaciones sociales, que incluían la escucha, los buenos consejos, el amor y afecto, el suficiente contacto con las personas cercanas y el apoyo emocional.
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La resiliencia cognitiva de los participantes del estudio se midió como el efecto relativo del volumen cerebral total del cerebro sobre la cognición global, para lo que utilizaron escáneres de resonancia magnética y evaluaciones neuropsicológicas tomadas como parte de la FHS. Los volúmenes cerebrales más bajos tienden a asociarse con una función cognitiva más baja, y en este estudio, los investigadores examinaron el efecto modificador de las formas individuales de apoyo social en la relación entre el volumen cerebral y el rendimiento cognitivo.
La conclusión fue que la función cognitiva de los participantes con un apoyo social basado en la escucha fue mayor en relación con su volumen cerebral total.