Por las pocas nevadas ya se presume la falta agua para el uso de riego. Cómo afectará a los embalses. El fenómeno climático es cada vez más ostensible en nuestra región.
Mendoza se seca: se espera sólo el 50% de agua para este verano
"En Mendoza había una vez un río", dijo hace no tanto tiempo, el poeta popular Jorge Sosa que el martes pasado murió de un infarto. El homenaje/recordatorio al escritor y periodista es oportuno para poner en agenda nuevamente la preocupación que es el escasez de agua disponible para el desarrollo agroindustrial de nuestra provincia.
Si bien el consumo de agua potable está garantizado, este invierno atenuado hace que nos preguntemos qué pasará con la dotación de agua para uso agrícola. Las nevadas son cada vez menos frecuentes en alta montaña y esta mezquindad climática se sostiene desde hace diez años, generando la crisis hídrica en nuestros territorios. Aunque en la temporada 20/21 hubo un mínimo alivio gracias a las lluvias abundantes de febrero de este año. Pero por lo que se anticipa, hay que prepararse para lograr acumular la mitad de agua que históricamente se obtenía del deshielo.
Por eso es duro el pronóstico del titular del Departamento General de Irrigación (DGI) Sergio Marinelli, sobre la base de la cantidad de nieve que se observa hasta ahora y las proyecciones que se dan, teniendo en cuenta estas condiciones. Lo corrobora el responsable de Gestión Hídrica del DGI Rubén Villodas. "Estamos trabajando con escenarios críticos, similares a los del 2019/2020, en los que hubo el 50 por ciento de derrame en toda la Provincia", dijo el ingeniero de Irrigación.
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Un contexto deshidratado
Hay que considerar también que en esta temporada la seca afecta a todo el sistema hídrico argentino. Se debe observar la baja de los caudales de los ríos de zona llana como el llamativo estado del río Paraná, gran canal de agua proveniente de la zona húmeda y tropical de Brasil. Esto hace que sea un fenómeno más amplio que se verifica, agregado a nuestra asumida escasez hídrica.
"Argentina durante 2021 se encuentra junto con regiones de Brasil y Chile con cuencas hídricas que presentan los caudales más bajos de los últimos 100 años, por el déficit de las lluvias de otoño y de invierno, a las que se suma la escasa acumulación de nieve en las montañas", informó este fin de semana la Agencia Télam.
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Y mirando hacia la cordillera en prolongación a lo largo del país y como fuente de agua de deshielo, la situación crítica ahora también afecta a las laderas andinas y valles de la Patagonia.
"Observamos escenarios persistentes de sequía y mayor frecuencia de eventos extremos en la región que pueden asociarse al fenómeno de cambio climático", dijo el meteorólogo Fernando Frassetto en la primera reunión virtual que se desarrolló este fin de semana para analizar con el gobierno de Río Negro el fenómeno climático.
Cómo administrar lo poco en Mendoza
"Estamos planificando cómo mejorar la eficiencia de hacer todo el desembalse la respectiva distribución de los canales y trabajar mucho en la aplicación en las fincas, por eso venimos haciendo convenios con el INTA y la COVIAR. Sobre la base de una oferta hídrica muy pobre que estará al 50 por ciento. Estamos planificando cómo manejar los embalses para que no afecte al año siguiente. Con datos más ciertos se lo daremos a los productores para que ellos decidan cómo trabajarán con el agua", señaló Marinelli al POST luego de una incursión en Malargüe donde junto a los candidatos radicales defendió el proyecto hidroeléctrico Portezuelo del Viento.
¿Qué quiere decir desembalsar estratégicamente? Es la forma en que hay que sacar agua de los embalses que cada cuenca tiene, teniendo en cuenta tres aspectos. Primero, los caudales que va a aportar el río en los siguientes meses. Segundo, el nivel con que está el embalse en cada momento. Y tercero, las demandas que hay que cubrir aguas abajo.
Estas tres condiciones están atadas al verificar estos valores, al inicio con un pronóstico que se dará en octubre a más tardar y luego con un seguimiento y control permanente, a lo largo de toda la temporada.
Qué pasa en las fincas
El 21 de enero de 2020 el POST publicó el informe titulado: "Dramático: definen cómo usar el agua que queda en Potrerillos". En ese momento la situación hídrica se tornó preocupante. Allí se explicaba el plan de disminución de caudales de agua a las fincas y tiempos más espaciados entre cada entrega del líquido hacia los terrenos cultivados. De los 1400 hectómetros históricos que ha aportado por año el río Mendoza solo se dispuso de 700 hectómetros en aquel entonces, y eso hizo que se tomaran las medidas restrictivas. Un esquema similar sería el aplicado este verano. Veamos.
¿Se hace trabajo de uso eficiente del agua en las fincas? Es el interrogante que precipita como lluvia en este tablero reseco por donde el sistema de riego por manto o por surcos aún se mantiene en muchos predios productivos.
"Hay dos aspectos que ver -advierte Villodas-. El primero es el que hace el propio productor en situaciones de sequía, que es regar en forma mas eficiente, en forma natural, por los inconvenientes que tiene para poder cubrir la demanda de los cultivos. El otro es el que se hace desde el DGI o desde las Inspecciones de Cauce, con un asesoramiento sobre las mejoras que puede hacer con el sistema de riego que posee actualmente, aportando información de cuánta agua y en qué momento la necesitan los cultivos, cambiando dotaciones de riego para que sea mejor gestionada por los que la distribuyen y usan".
En 43 días finalizará este "benévolo" invierno 2021. La nieve brilla por su ausencia y la falta de lluvias en los territorios más húmedos presagia un verano híperseco. Ese es el escenario que se va dibujando para Mendoza donde se garantizará el agua para consumo humano pero no del todo para los cultivos que sostienen buena parte de la economía mendocina.