La falta de rentabilidad, las trabas operativas y el mal clima de negocios, algunas de las razones.
Las razones por las que las empresas se van de Argentina
Varias empresas han optado por irse de Argentina en los últimos años. Ahora, el laboratorio Eli Lilly y la petrolera china Sinopec anunciaron su decisión de retirarse. Uno de los factores claramente es la crisis económica desatada por pandemia que sumó unas 20 compañías internacionales que se fueron o están por irse del país.
Falabella (que tenía fuerte presencia en Mendoza), Latam, Walmart, y hasta la fabricante de celulares Brightstar o la autopartista Axalta, destaca LA NACIÓN.
La mayoría de las razones combina más de un factor. Una de ellas es la falta de rentabilidad. Afirman que invertir en Argentina es un negocio cada vez más difícil, sin importar el rubro o el mercado al que se apunte. "El problema del mercado argentino es que a las empresas multinacionales no les cierra la ecuación esfuerzo/beneficio que implica operar acá. La Argentina es cada vez más compleja y hasta en un punto, cruel para el inversor, y cuando se miran los números desde afuera se termina viendo como un mercado irrelevante, que te genera muchísimos dolores de cabeza y te deja muy pocos dólares", indicó a la LA NACIÓN Guillermo Oliveto, especialista en consumo y director de la consultora W.
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Otro factor es el mal clima de negocios donde hay años de recesión y caída de la actividad, pero además, no ofrece ninguna señal de que el panorama vaya a cambiar a corto plazo. "La incertidumbre para todas las inversiones está desde 2012 y, en parte, viene de que no existe un consenso de hacia dónde tiene que ir el país y de si el crecimiento de la economía va a ser vía exportaciones o por la apuesta al mercado interno. Y la falta de una estrategia de desarrollo hace que la economía argentina haya empezado a ser cada vez más expulsiva", explió Matías Rajnerman, economista jefe de la consultora Ecolatina.
La presión impositiva también es determinante para que las empresas internacionales se vayan. "Hoy, la presión fiscal en la Argentina está, en promedio, diez puntos por encima de los países de la región, con la excepción de Brasil, que está en niveles parecidos, pero que ahora está discutiendo una reforma tributaria a la baja. Y esto, hablando únicamente del sistema impositivo a nivel nacional, que tiene la ventaja de ser caro pero previsible. Después, está todo el mundo de lo imprevisible, en el que están los impuestos provinciales, como Ingresos Brutos, y las tasas municipales, que se caracterizan por la falta de reglas claras de juego", explicó la especialista en tributación Florencia Fernández Sabella, socia del estudio Laiún, Fernández Sabella & Smudt.
Cuando hace un año Falabella anunció la venta de todos sus activos en la Argentina, en la empresa de capitales chilenos justificaron la decisión en la pandemia, que había acelerado "el proceso de digitalización del retail y afectado sus resultados". Este efecto pandemia, sin embargo, solo se sintió en el mercado local. Falabella mantiene sus operaciones en forma directa en Chile, Perú, Colombia, Brasil, Uruguay y México, con lo cual la razón de su retirada del país hay que buscarla en su modelo de negocios. Para frenar la salida de dólares, en el último tiempo el gobierno argentino decidió endurecer el cepo importador, dificultando el acceso al dólar al tipo de cambio oficial a las empresas que importan. El negocio principal de Falabella, las tiendas departamentales, trabajaba básicamente con mercadería importada, que la compañía negocia a nivel global y después reparte entre sus diferentes filiales de la región.
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El caso de Falabella es emblemático por su alta dependencia de la importación, pero, con matices, las trabas que implica operar en la Argentina también se hacen sentir en multinacionales de casi todos los rubros, especialmente en el momento de girar los dividendos al exterior. "Un problema adicional de la Argentina es que cuando una empresa es rentable, las ganancias en los dólares financieros son muy chicas. Cualquier compañía que tiene una rentabilidad la tiene que traducir en dólares MEP o CCL, con lo cual el mercado empieza ser cada vez menos atractivo", señaló Rajnerman.
Por último, el efecto de la pandemia afectó. Como era de esperar, el efecto Covid se sintió con especial fuerza en los sectores más castigados por la pandemia, empezando por el turismo y la industria de la aeronavegación.