Fiorella tiene 23 años recién cumplidos y cría, como puede, a sus hermano, con las dos asignaciones y algunas changas. "Nunca nos faltó la comida", dice orgullosa.
Sola y con dos hermanos a cargo: "Vivimos con $8 mil por mes"
Fiorella tiene 23 años y en su vida las alegrías han sido pocas: a los 13 se fue de la casa luego de que su propia madre la atacara con un cuchillo. A los 17 volvió y encontró a sus hermanitos en la vereda, la madre, tirada en el piso y alcoholizada desde hacía vaya a saber cuánto. Así que tomó la decisión de hacerse cargo de los chiquitos y puso una restricción de acercamiento hacia la madre. Ahora se ven de vez en cuando. A veces la mujer le echa en cara que vive en su casa y le grita: "comés porque cobrás la asignación de los chicos".
Fiorella y sus hermanos, que ahora tienen 10 y 13 años, viven con poco más de 8 mil pesos por mes.
"Entre las asignaciones y lo que junto por algunas changuitas que hago (trabaja limpiando o vendiendo ropa), junto algo más de 8 mil pesos. En las boletas se me van más o menos $3.500, así que me quedan $4.500 para vivir todo el mes", explicó al Post.
Recibe, además, tres bolsones de comida: dos de la escuela y uno de la municipalidad. "El de la escuela es más completo, trae como 12 productos y trae leche; el de la municipalidad ya no trae leche y ahora son siete u ocho productos", enumeró y contó que "en la cuarentena fue muy difícil porque esos meses entregaron solo a los que estaban en condiciones de mucha pobreza".
Fiorella vive en Las Heras, en la casa de material que fue de sus abuelos y que heredaron su madre y tías. Cada tanto le dicen que la quieren vender y ella resiste. Se la pasa limpiando afuera y adentro. Cuenta que un amigo le regala productos de limpieza y con eso se arregla. Cuando tiene que comprar ropa para los chicos hace más changas y consigue la plata. "Para el más grande, porque el más chico recibe lo del hermano. Me cuesta cuando necesita zapatillas, ya no le entran las mías", explica, pero dice que de todas formas consigue comprarlas.
¿Cómo se hace para vivir con 8 mil pesos por mes y sin poder trabajar? Fiorella no puede trabajar porque no puede dejar solos a los hermanos. Ahora que el más grande cumplió los 13 tiene un poco más de libertad, pero siempre tiene miedo de que se los saquen. Los cuida como puede "yo no soy madre, no sé cómo poner límites y a veces me sacan de quicio, pero yo no quiero que ellos pasen lo que yo pasé y quiero que tengan lo que yo no tuve".
Habla de una familia, de cariño, de alguien que se preocupe. Cuando se fue de la casa apenas comenzando el secundario "tuve suerte porque muchas personas me ayudaron y nunca tuve que dormir en la calle. A mi me daba mucho miedo eso, porque siendo mujer sabés que te pueden hacer cualquier cosa, pero como siempre me mostré como soy, y no caretée nada, la gente me ayudaba mucho".
Así, termino el secundario en "Nuestra señora de la Consolata" de Guaymallén. Prmero se la pagaba un poco ella y un poco un novio que tuvo y que trabajaba. Después, la vicedirectora de la escuela la tomó a su cargo y "fue mi tutora, por eso pude terminar el secundario, porque yo me propuse que iba a terminarlo y lo terminé", aclara con orgullo.
Los tres son flaquitos, pero comen desayuno, almuerzo y cena. "No sé cocinar mucho así que cuando hago el almuerzo trato de que me quede para la cena. Y me voy arreglando, si me quedó un poco de arroz a la noche hago sopa de arroz, le pongo una verdurita o un poco de pollo. El más chico me mata con el pan, ¡puede comerse un kilo en un día! Pero me arreglo también con los bolsones, me alcanza como para diez días y después me voy arreglando con la plata que me queda y con la huertita que tengo en el fondo, tengo unos zapallos buenísimos y hago unas sopa crema que son... ", sonrie y muestra el zapallo coreano de su reciente cosecha.
Dice que nunca dejó de comer porque no alcanzara para ella y sus hermanos: "yo me pongo a barrer veredas pero comida no nos falta nunca". El gustito que se dan es una vez al mes, milanesa a la napolitana de un negocio cercano, o algún pancho "con todo".
- ¿Qué te gustaría comprarte y que nunca podés juntar plata para eso?, le pregunto.
- "Un termotanque. Quiero poder quedarme debajo del agua caliente todo el rato que quiera y no dos minutos porque se me acaba el agua del termo eléctrico. Quiero que los chicos puedan disfrutar de una buena ducha y no que apenas les alcance para lavarse la cabeza y los pies y terminar con agua medio fría. Por ahí pensaba que me hubiera gustado un televisor super grande o qué sé yo... pero ya tuve un televisor de esos grandes y no me cambió la vida. Sueño con el termotanque."