Estas victorias fortalecen a Johnson, pese a una serie de escándalos sobre vínculos cercanos entre poder e intereses privados.
Independentistas escoceses, cerca de ganar las elecciones británicas
El Partido Nacionalista Escocés (SNP) celebró hoy como el gran vencedor en ese territorio, mientras que los conservadores se encaminan a ganar escaños a costas del laborismo en Inglaterra y estos últimos lograron mantener su poder en Gales en las elecciones regionales y locales del Reino Unido.
El llamado superjueves de elecciones locales en el Reino Unido, cuyos resultados llegan con cuentagotas, no solo ponen a prueba la popularidad del Partido Conservador de Boris Johnson, sino también la futura unidad del país.
Los nacionalistas escoceses esperan alcanzar la mayor victoria posible para forzar al premier a aceptar una nueva consulta sobre la independencia de Escocia y la líder del SNP y primera ministra escocesa, Nicola Sturgeon, no tardó en cantar victoria, aún con el escrutinio en proceso y a dos bancas de conseguir la mayoría absoluta.
"Nadie predijo la escala y lo inédito de nuestra victoria en esta elección", sentenció Sturgeon ante sus simpatizantes, cuando su partido ya sumaba 63 bancas, solo dos de la mayoría, y la segunda fuerza, los conservadores estaban muy lejos, con 12 escaños.
"Estoy encantada con los resultados, se mire como se mire es un resultado histórico, un resultado bastante extraordinario para el SNP", celebró.
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Las esperanzas del SNP de obtener una mayoría absoluta en el Parlamento local e impulsar un nuevo referéndum de autodeterminación aún no es segura, pero desde el oficialismo regional ya festejaban el haber arrebatado distritos a la oposición.
En Inglaterra, en tanto, con un escrutinio más avanzado, los conservadores que ganaron terreno e incluso conquistaron el bastión laborista de Hartlepool (noreste), dominado por la fuerza progresista desde que se creó la circunscripción en 1974, ya casi duplican en bancas a los laboristas.
Estas victorias fortalecen a Johnson, pese a una serie de escándalos sobre vínculos cercanos entre poder e intereses privados.
Además, prolongan el avance de los conservadores, iniciado ya en las legislativas de 2019, sobre el denominado "muro rojo" laborista, esas zonas del norte de Inglaterra afectadas por la desindustrialización que impulso Margaret Thatcher.
El líder laborista, Keir Starmer, calificó de "amargamente decepcionantes" para su formación los resultados de las elecciones, mientras fuentes de su partido apuntan con el posible traslado fuera de Londres de la sede de la formación, acusada por sus propios simpatizantes de perder el contacto con las poblaciones más alejadas de la metrópolis.
"Quiero asumir toda la responsabilidad por los resultados, de igual modo que voy a asumir toda la responsabilidad de arreglar las cosas", declaró Starmer.
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El gran consuelo que le queda al laborismo sería la reelección del alcalde londinense Sadiq Khan, que en 2016 fue el primer musulmán en gobernar una gran capital occidental, dado como favorito para un segundo mandato frente al conservador Shaun Bailey, pero los resultados se prevén más ajustados de los pronosticado.
Pero no es el único consuelo para los laboristas.
El partido ganó las elecciones regionales en Gales y se aseguró la continuidad de su líder, Mark Drakeford, como ministro principal del Gobierno de esta región autonómica, en gran parte a su cautelosa gestión de la pandemia.
"El gobierno que yo lidere continuará atendiendo a la ciencia para ejecutar lo que nuestros asesores médicos nos digan que debemos hacer, y eso significa hacer las cosas de una forma que continuemos manteniendo Gales a salvo", dijo en su mensaje de victoria.
Con todas las bancas ya asignadas, los laboristas de Drakeford sumaron 30 parlamentarios, uno menos de la mayoría absoluta, pero uno más de la que tenían antes.