Con el sistema sanitario en tensión y mucha presión de los intendentes, el gobernador sólo agrego una hora a la alerta sanitaria nocturna. Por qué se tomó esta decisión. Qué va a pasar hoy. Las otras medidas en carpeta.
Por qué Suarez sólo tomó una restricción mínima
Ayer y con números sanitarios frescos, el gobernador Rodolfo Suarez les anticipó a los intendentes que quería escucharlos. "Algunos de ustedes me escribieron, me mandaron mensajes de sus vecinos... todos están preocupados... quiero saber qué piensan y qué quieren hacer..." les dijo a todos cuando se reunieron al mediodía y en modo virtual, para analizar la aplicación de restricciones a la circulación en Mendoza por el aumento de casos de coronavirus este mes, que se encamina a ser un mes récord. La frialdad estadística se altera cuando aparecen rostros, nombres y apellidos, e historias. Los decesos del jefe policial Camilo Uvilla y del empresario y emprendedor tecnológico Mariano Soler, más la muerte del periodista Nahuel Vallejos en Alvear, donde el virus está haciendo estragos en la población, conmovieron los ánimos. Hubo policías que lloraron en la despedida de Uvilla. Soler era uno de esos mendocinos imprescindibles. Vallejos, muy popular, querido y respetado en el sur. Todas las vidas valen lo mismo. Pero algunas muertes impactan más.
Aun con este panorama y la pandemia hirviendo, Suarez convenció a los jefes comunales de tomar sólo una restricción y agregar una hora al alerta sanitario nocturno. En la práctica, significó "bajar" ese lapso de tiempo el permiso para salir. A las 23:30 todos nos tendremos que guardar. ¿Gusto a poco? A algunos de los intendentes que acordaron esta medida con Suarez incluso del oficialismo, les pareció que sí. Justo es decirlo, hubo quienes resistieron cualquier restricción. El abanderado de esta postura fue Marcelino Iglesias. El intendente de Guaymallén que acaba de salir del coronavirus, luego de recuperarse internado y con oxígeno a causa de la neumonía bilateral que le provocó la enfermedad, dijo "No" a nuevas restricciones. El resto, palabras más o menos, trazaron el mismo panorama de preocupación. Varios pidieron la restricción de las reuniones sociales y familiares. Dos de ellos habrían sido "Yayo" Suarez, el intendente de Ciudad, y Matías Stevanato, de Maipú. Todos hablaron de las restricciones por DNI pero hubo divergencias. Suarez resiste esta medida, porque cree que fue útil para "abrir" el año pasado cuando veníamos del confinamiento y las escuelas cerradas. Ahora, ve muy difícil y poco útil su aplicación, porque con todo abierto, o casi todo, más las escuelas, decenas de miles de personas tendrán motivo para circular y movilizarse cada día sobre todo en horas "pico", aunque estén escalonadas.
Como sea, los jefes departamentales dijeron lo suyo, escucharon a Suarez, y acordaron la ampliación del alerta sanitario en una hora. Pero el miércoles, luego de la reunión de hoy del presidente Alberto Fernández con los gobernadores, volverán a conversar. Quedan en carpeta la restricción dura a reuniones familiares y sociales, y salidas por DNI. Ninguna de estas dos ideas fue abandonada. Por el contrario, podrían estar cerca.
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La pregunta es por qué Suarez, bajo presión pública y mediática de una sociedad más dispuesta a aceptar restricciones ahora, de acuerdo a las mediciones que tienen medios, periodistas, intendentes, y el propio gobierno, sólo optó por un maquillaje sanitario de una hora. Y la respuesta está en las matemáticas y en la forma de medir la pandemia que ha decidido hace meses el gobierno nacional para marcar las zonas en rojo. Una de ellas es la velocidad a la que progresan los contagios. Le llaman la "razón" epidemiológica, y en realidad es la proporción, o el porcentaje en que aumentan de una semana a la otra cada 14 días, dividiendo el total de casos -de dos semanas en dos- con los 14 días anteriores. Es bastante fácil de calcular. Se suman los casos comprobados de dos semanas epidemiológicas, y se dividen con el total de las dos semanas anteriores. En Mendoza, este cociente dio 1,70 en la semana epidemiológica 16 del año (del 16 al 22 de abril inclusive), y en la semana 15 dio 2,95. Significa que la suma de casos de estas dos semanas respecto de las dos anteriores de cada una, marcó una disminución en el crecimiento de contagios. La semana 16 midió un 70 % de incremento, versus la semana 15, que dio un 195 % de suba de contagios. Está claro que ambas cifras son muy altas. Para no estar en zona de peligro total, la razón debería dar 1,20. Es decir, no más de un 20 % de aumento. Estas cifras son cálculos propios basados en cifras oficiales y chequeados con el gobierno provincial. Son los mismos números que la ministra Ana Nadal explicó ayer a los intendentes, y que no se dieron a conocer, aunque cualquiera que sepa sumar y restar, aplicar reglas de tres simple y porcentajes puede hacerlo. La discreción del gobierno sobre estas cifras tiene una explicación. Ni Suarez ni Nadal quieren que la población se relaje y empiece a salir. Bastante gente hay ya circulando y -probablemente- generando contagios.
El otro número asociado a los cálculos del gobierno nacional y que en el Gobierno de Mendoza asumieron como estándar estadístico, es la incidencia de contagios cada cien mil habitantes. Se calcula con una regla de tres simple. Se suman los casos de los últimos 14 días, se multiplican por cien mil y se dividen por la proyección de habitantes que fija el INDEC para Mendoza, que este año es de 2.013.363 habitantes. Para no ser "zona roja" el número resultante de ese cálculo debe ser 150 o inferior. En la semana epidemiológica 16 (que terminó el jueves por la noche) esta incidencia fue de 552. En la anterior, de 482, y en la anterior a esa, la semana 14, fue de 323. Está claro que Mendoza es una zona caliente del país. Los casos crecen, pero a menor velocidad de una semana a la otra. Y Suarez y el equipo de gobierno lo adjudican a la aplicación de su alerta sanitario nocturno de 0:30 a 5:30 de la mañana que se anunció el 5 de abril. La restricción, para el gobierno, "planchó" las juntadas de jóvenes, las salidas, y sobre todo la ilegalidad de las fiestas clandestinas, que en el silencio de la noche son más evidentes y fáciles de controlar. Puede que sea difícil comprobar la relación entre la baja en la velocidad de contagios y la aplicación del alerta sanitario desde el 6 de abril. Pero fue la única medida que se decidió entonces. Y la velocidad de contagios bajó, aunque sigue alta.
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Hubo que conversar para bajar más la nocturnidad a las 23:30, horario que se "negoció" con el sector gastronómico de Mendoza a través de la ministra de Turismo Mariana Juri, a pesar de la baja en las ventas que experimentan los restaurantes y que llega al 40 %. Mayo será peor, pronostican algunos empresarios. Pero en las conversaciones privadas con el gobierno habrían dado soporte a la reducción horaria . Luego, la AEGHA (Asociación Empresaria, Gastronómica, Hoteles y Afines de Mendoza) que preside Beatriz Barbera emitió un comunicado en el que las empresas "entienden" la necesidad de las medidas sanitarias, pero a la vez reclaman ayuda por la enorme magnitud de la crisis. Y solicitan el regreso de los ATP, flexibilidad, subsidios y bajas en servicios públicos, impuestos y diferimiento de cuotas de créditos del Fondo de la Transformación que les dieron a algunos el año pasado justamente por la pandemia. No hay mejor ejemplo que cada caso. El Hotel Sheraton emplea a unos 300 trabajadores. Pero ayer tenía registrados sólo 12 pasajeros. No sólo los pequeños emprendimientos sufren. Un hotel de la calle San Juan, de Ciudad, puso en venta su mobiliario para comer. La falta de turistas nacionales y sobre todo extranjeros está matando al sector, más allá de una hora más o menos de restricción. Necesitan los ATP, y piden apoyo provincial y municipal. Hoy sólo reciben los REPRO II que se tramitan mes a mes y que los aporta el gobierno nacional. Beatriz Barbera cree que hay que salir todos juntos de esto, pero a la vez, pone en foco la crisis que vienen arrastrando desde el año pasado.
Con Alberto, hoy
Una de las razones por las que ayer no se asumieron nuevas restricciones como salidas por DNI o prohibir las reuniones familiares y sociales salvo en Alvear, es porque hoy se reúne el presidente Alberto Fernández -que ayer escuchó los duros consejos de los epidemiólogos que quieren cerrar todo- con los gobernadores. Se presume que en ese cónclave se analizaría una ampliación de las restricciones ya vigentes en el AMBA, a otros sectores del país. El temor local es que se afecten las clases, algo que Suarez y el Director General de Escuelas José Thomas resisten con números en la mano. La escuela no sería desde el punto de vista oficial factor de contagio. Distintos piensan los gremios, con afinidades de la izquierda y el kirchnerismo duro bonaerense y porteño, que ya han pedido cerrar las escuelas y volver a la virtualidad, han denunciado penalmente a Thomas por la presencialidad, y exigen que los vacunen.
El plan de vacunación a los maestros viene demorado, por falta de vacunas. Sólo se alcanzó a inmunizar a docentes de nivel inicial y hasta tercer grado. Faltan el resto de la primaria, y docentes secundarios y universitarios. Una fuente del Ministerio de Salud de la Provincia admitió que no hay fecha para seguir. Y que la mayor parte de las dosis de Sinopharm que están llegando por estas horas al país son de la segunda aplicación, y no de la primera. La vacuna china es la que se usó para los maestros en Mendoza.
Hoy, la reunión entre el presidente y los gobernadores será durísima. Suarez resistirá cualquier medida que signifique replicar en Mendoza las prohibiciones que ya rigen en el AMBA y que podrían ser ampliadas este fin de semana al resto del país, cuando venza el último DNU de Alberto. La posición de Suarez resiste a pesar de que algunos intendentes del peronismo y también de su partido, como el sureño Walther Marcolini (Alvear), o los jefes del Este Miguel Ronco (Rivadavia) o Raúl Rufeil (San Martín), están a un tris de querer cerrar todo. Marcolini consiguió varias restricciones especiales para Alvear, que está explotado de casos luego del infortunado viaje de una numerosa delegación de jubilados de Bowen a Mar del Plata. Ayer, Diario Memo hizo un detallado seguimiento de la cadena de contagios. Estremece por la velocidad y por las muertes. En unos diez días se sabrá si fue por la temida cepa Manaos, más infecciosa y letal que la tradicional, y que en algunas ciudades del país ya explica más de la mitad de los contagios. En Mendoza, hasta ahora sólo habían confirmado dos casos de esta variante del Covid-19, de dos profesionales del sistema de Salud que no habían viajado al exterior ni tenido contacto con personas que viniesen de Brasil, ni otros viajeros.
Entretanto, la provisión de oxígeno para los enfermos, sobre todo los que están en las guardias esperando cama o ser derivados, empieza a ser una preocupación extrema en directivos de nosocomios públicos y privados de Mendoza, que el fin de semana atronaron los teléfonos de las únicas dos empresas que proveen de oxígeno: Air Liquid, y Praxair. Ambas están saturadas. Y con los camiones cargados de tubos recorriendo toda la provincia a tiempo completo. Como si fuesen ambulancias en emergencia.