El abogado de Diego D'Ascanio logró que su cliente reciba el beneficio de aguardar el proceso en una vivienda. Su sobrina, quien lo denunció por haber abusado de ella desde los 11 años, estuvo 1 año y 8 meses esperando que la Fiscalía incluyera el informe pericial sobre su relato.
Empresario denunciado por abuso: en una semana le dieron domiciliaria
El empresario mendocino Diego D'Ascanio logró a una semana de ser detenido e imputado el beneficio de la prisión domiciliaria. Su sobrina lo denunció el 23 de agosto de 2019 por haber abusado de ella desde los 11 años, según lo relatado por ella en el expediente. En diálogo con el POST (foto arriba) dijo sentirse totalmente defraudada al ver tanta celeridad en una situación y tanta lentitud que hubo respecto a su denuncia.
Este caso sacudió el mundo empresarial y del golf mendocino. El acusado es conocido en estos círculos y su arresto cayó como un balde de agua fría. Se transformó en charlas obligadas entre conocidos, sobre todo al conocer que la fiscal Virginia Rumbo le imputó el pasado 15 de abril los delitos de: promoción a la corrupción de menores agravado por la guarda y la convivencia en delito continuado, con abuso sexual simple, y abuso sexual gravemente ultrajante como también exhibición de material pornográfico a menores en concurso real con abuso sexual simple.
La sobrina del sospechoso hoy tiene 23 años. Según ella, desde que tenía 11 años comenzaron los abusos que se extendieron durante años debido a que ella quedaba al cuidado de su tío y tía (hermana de su madre) en distintas ocasiones por el trabajo de su progenitora. Ella contó que debido a que eran de su familia y había manipulación debido a su edad, nunca se animó a contar lo sucedido.
Pero llegó el día en que decidió sacar a la luz lo que según ella habría sucedido. La joven y su madre trabajaban en uno de los locales que el acusado tiene en Palmares. Fueron despedidas en medio de otro escándalo familiar. D'Ascanio denunció que le habían robado el 1 de noviembre de 2018, de una caja fuerte que estaba en un placard de su departamento, 100 mil dólares. En esa denuncia dijo que sospechaba de su empleada doméstica. Pero en junio de 2019 se presentó espontáneamente en la Fiscalía y dijo que el ladrón era su suegro, abuelo de la joven denunciante. Por esa razón, junto a su madre, fueron despedidas. Cabe destacar que al abuelo de la chica nunca siquiera lo llamaron de la sede judicial para informarle de la acusación de su yerno, quizá por falta de pruebas.
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Se entabló una demanda laboral que quedó saldada, según le aseguró la joven al POST. Pero la denuncia penal continuó su lento curso. Un año y ocho meses en los cuales la chica fue una y otra vez a entrevistas con psicólogos y psiquiatras. El informe sobre si su relato era creíble no era sumado al expediente, siendo esta la prueba fundamental por los años transcurridos y por lo tanto la investigación no podía continuar. En tanto, que al empresario solo se le tomó una declaración informativa y se le exigió que se presente semanalmente a firmar a la fiscalía que estaba ajustado a derecho. Luego, la fiscal Rumbo le concedió que se presente cada 15 días porque él argumentó que esa diligencia tan periódica le traía problemas personales y laborales.
Todo se aceleró cuando el martes 30 de marzo este diario publicó a las 6 de la mañana que el informe de los peritos sobre el relato de la denuncia no era agregado al expediente. Cuatro horas más tarde, a las 10, ese peritaje fue sumado a la causa. Luego, el 13 de abril la fiscal Virginia Rumbo le solicitó a su superior, Alejandro Iturbide, instrucciones para continuar, argumentando que es menester esa consulta en casos de gravedad. Sin embargo, la magistrada integra la Unidad de Delitos Sexuales, es decir es su especialidad. El 15 de abril D'Ascanio fue entregado por su abogado e imputado por los delitos antes mencionados.
De inmediato la fiscal decretó el secreto de la causa. El letrado defensor habría presentado un estudio médico considerando cuestiones de salud de su defendido, quien suele caminar muchas horas en las canchas de golf. También habría sumado como prueba un chat privado entre el abogado laboral de la joven y el de su cliente. Esto es lo poco pudo saber la denunciante por comentarios familiares. De lo que está segura y asombrada es que el jueves 22 de abril su tío obtuvo prisión domiciliaria.
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"Me siento totalmente defrauda por la Justicia. Se demoraron un año y ocho meses en hacerme las pericias y los resultados los largan (los agregan al expediente) cuando salió en la prensa. Y a él (su tío) una vez que lo imputan en menos de diez días le dan la prisión domiciliaria", se quejó la joven.
Al consultarle si tiene algún detalle sobre cómo accedió el empresario a este beneficio, la presunta víctima respondió: "Por lo que tengo entendido, él sufrió un desmayo en la celda en la que estaba, porque lo iban a trasladar al Penal y supuestamente se lo llevaron al (Hospital) Central. Después su abogado pidió que por favor le dieran la domiciliaria".
El sospechoso, según su sobrina "citaron a una amiga de mi tía" para entrevistarla con el objetivo de establecer si estaba en condiciones de recibir al empresario en su casa. "Ahora él está en Vistalba, en la casa de la amiga de su esposa", reveló la denunciante.
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En otro tramo de la charla la joven sostuvo respecto a ese supuesto chat entre abogados en cual su representante en lo laboral pide un dinero a cambio de ponerle fin a las causas: "Desconozco totalmente eso. Mi abogado laboral no es algo que haya consultado conmigo, nunca estuve al tanto de esa situación. Lo que menos quiero es plata, lo que quiero es que se haga justicia. De hecho, con D'Ascanio terminé bien en lo laboral, el problema fue con mi tía. Él me dijo que no quería que fuese más a trabajar por lo que había pasado con mi abuelo. Y después con el abogado laboral llegué a un arreglo a los dos meses".
La situación laboral, según la chica, se solucionó rápido. La penal, la que no se arregla con dinero, tuvo un trámite lento. Sobre esto, ella dice haberse sentido muy mal y "me llegué a arrepentir (de denunciarlo) porque cuesta mucho exteriorizar lo sucedido; y que después de lograr hacerlo, con lo que duele contárselo a la persona que toma la denuncia y presentarme a las pericias, después de tanto tiempo, parece que la justicia está del lado de los abusadores y no de las víctimas", sentenció. Y agregó: "Es horrible. Lo que uno quiere es que la justicia te acompañe, te ayude y yo no lo recibí".
A esta historia le quedan varios capítulos. La etapa de instrucción casi que está comenzando a un año y 9 meses de haberse presentado la primera denuncia. Pero en algún momento, la causa podría llegar a juicio. La joven asegura que espera ese momento "con ganas porque quiero que esto termine ya, es algo que me quiero sacar. El hecho de contarlo hizo que me saque una mochila de encima, pero ya quiero que termine. Es algo con lo que convivo día a día y me hace mal".