A diferencia de 2020, no hay hoteles habilitados para que se aíslen voluntariamente los pacientes que no pueden hacerlo en sus casas. Se resignan a la posibilidad de contagiar a los convivientes. Un dilema de difícil resolución.
Faltan hoteles para aislamiento y se complica la situación de Mendoza
Mariano es un albañil de Las Heras que, por lo general, suele trabajar en Capital. Día a día, se traslada en trasporte público a la obra que, desde hace un tiempo, es su principal sustento económico. Sin embargo, el coronavirus impidió que, al menos por dos semanas, tenga que subsistir con la plata de la última quincena que alcanzó a cobrar.
Pero lo económico no representa su principal problema: Mariano vive en un poco más de 50 metros cuadrados con su esposa e hijos, compartiendo el único baño de la rústica vivienda y durmiendo en la misma cama que su pareja. El albañil, que ya superó los 50 años, no tiene la posibilidad de aislarse y así preservar la salud de su familia.
Esta es una nueva realidad de la crisis sanitaria que excede a Mariano y que afecta a pacientes de escasos recursos. A diferencia del escenario actual, el año pasado el Gobierno ofreció alojamiento en hoteles para que los pacientes con coronavirus que vivían en condiciones precarias, tuvieran la posibilidad de aislarse y evitar sucesivos contagios desde su entorno familiar.
Pero los problemas no se acaban ahí. Cuando aparecieron los síntomas, los "Marianos" de Mendoza concurrieron a un hospital o centro de salud en colectivo y ¿en qué volvieron a sus casas? También en colectivo. Y, de la misma forma, usarán el transporte público para cumplir con el turno del centro de salud.
Seguí leyendo la nota en Memo