Un papelón político que genera dudas sobre uno de los planes más importantes del país y del mundo: vacunar contra el coronavirus.
Un daño feroz a la credibilidad sanitaria
La soberbia del poder, el acomodo, la impunidad permanente, el amiguismo, los favores "por la zurda" suelen producir este tipo de escándalos en los gobiernos. Pero convendrá prestar atención hacia el futuro: el vacunatorio VIP para funcionarios y amigos del poder por fuera del esquema oficial de inmunización le ha dado un golpe feroz a la credibilidad sanitaria oficial, y a cualquier halo de seriedad que el gobierno pueda ensayar en esta materia.
Estamos muy lejos aún de poder percibir las consecuencias de este verdadero bochorno.
Llama la atención la desvergüenza con la que un periodista afín al cristinismo reconoció haberse vacunado a través de una cadena de favores que involucró al propio (ex) ministro Ginés González García. ¿Qué pasaba si Horacio Verbitsky no hablaba con el desparpajo que lo hizo en una radio K? ¿Habría seguido funcionando el vacunatorio VIP? Ya antes hubo noticias de robo de vacunas en un municipio K de la Patagonia. Luego, los vacunados VIP del kirchnerismo en Santa Cruz: intendentes, choferes de funcionarios y sus familias, esposas, hijos, legisladores. Lo mismo en otras provincias gobernadas por el kirchnerismo. Todos vacunados. Y ahora, comenzaron a aparecer los vacunados VIP del Dr. Ginés: Los Moyano, entre ellos. Tres mil vacunas se había guardado el ex ministro para su vacunatorio político.
Ver: Escándalo: Moyano y la lista de los otros vacunados VIP
El problema es que esto ocurría mientras miles de personas en todo el país intentaban averiguar cómo vacunarse, o sacar turno para inocular a sus adultos mayores de 70 años.
En Mendoza mismo, 10.000 docentes ya priorizados y parte del personal de Salud esperan la vacuna con ansiedad. Todo ello, luego de meses de anuncios fallidos. Íbamos a tener 10 millones de personas vacunadas en diciembre, y estamos en febrero y no se ha llegado ni a 400.000 vacunados mientras el coronavirus se llevó en casi un año 51.000 vidas en la Argentina. No se pueden atender excusas, cuando vemos cómo está vacunando Chile a toda velocidad.
El plan de vacunación nació malherido por el apuro militante en aferrarse a la Sputnik V de Rusia, cuyo líder Vladimir Putin es socio estratégico y político de Cristina. Se cayeron varios acuerdos, entre ellos con Pfizer. Los argentinos comenzaron a recibir una vacuna que no estaba terminada y cuyos resultados no estuvieron disponibles hasta hace un puñado de días. Y ahora, cuando se sabe que la vacuna es buena, aparecieron los vacunados VIP de la política.
Ver: Roberto Navarro echó a Verbitsky de la radio El Destape
¿Quién le va a creer al presidente cuando las vacunas no alcancen, quién va a obedecer indicaciones cuando haya un rebrote y la pandemia obligue a dictar restricciones a la circulación, al trabajo, a la producción o a las clases?
El daño que ha provocado el vacunatorio VIP y la impunidad cararrota de cierto kirchnerismo que aprovechó las ventajas del poder para vacunarse, es incalculable.
Por estas horas, sólo cabe el repudio más absoluto.