La explosión ocurrida en noviembre de 1995 marcó un antes y un después en la ciudad cordobesa. El expresidente iba a ser juzgado desde el próximo 24 de febrero.
Por qué Río Tercero no adhiere al duelo nacional
El 3 de noviembre de 1995, la Fábrica Militar de Río Tercero explotó por completo y por ese hecho, uno de los acusados era el ex presidente Carlos Menem, fallecido este domingo. El ex mandatario debía sentarse en el banquillo el próximo 24 de febrero como sospechoso de ser el autor del desastre de la ciudad cordobesa.
Diario La Voz explica que la maniobra tuvo como objetivo tapar el tráfico de armas y municiones. Menem estaba imputado por presunto delito de estrago doloso agravado.
El pasado 3 de noviembre, a 25 años de la explosión, el intendente de la localidad cordobesa, Marcos Ferrer, dijo que el ex presidente iba a ser declarado como "persona no grata" y por eso no podrá ser homenajeado, ni llevar su nombre ninguna calle.
"Vamos a prohibir que se erija en su nombre ningún monumento púlico, ninguna calle, ningún parque va a poder jamás reconocer al expresidente, responsable para nosotros de los hechos del 3 de noviembre", aseveró el jefe comunal.
Así fue, hace apenas horas el municipio de Río Tercero informó a través de sus canales de comunicación que no adherirán al duelo decretado por el presidente Alberto Fernández.
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Por la explosión de aquella mañana de noviembre, además de los daños materiales, murieron siete personas: Aldo Aguirre, Leonardo Solleveld, Romina Torres, Hoder Francisco Dalmasso, José Varela, Elena Ribas de Quiroga y Laura Muñoz.
Menem y Ramón Mestre, por entones gobernador de Córdoba, brindaron una conferencia de prensa horas más tarde, donde se encargaron de recalcar que no se trataba de "un atentado".
La Justicia apuntó su investigación hacia la hipótesis de un accidente. Años más tarde pericias técnicas desviaron el foco y la investigación estableció que la noche anterior al estrago, ingresaron personas no identificadas a las instalaciones con el objetivo de acondicionar los elementos iniciadores del fuego.
"La intención de las explosiones era ocultar el faltante de municiones. Entre 1991 y 1995, el entonces presidente Menem firmó decretos para vender armas a Panamá y Venezuela, que terminaron en Ecuador y Croacia en operaciones de triangulación".
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