Días de otoño. Una de las confituras más ricas de la comida argentina.
Sopaipillas para la tarde fresca, fáciles y deliciosas
Pocas cosas me distraen y me dan tanto placer como amasar. Las tortas fritas acarrean recuerdos de la infancia y adolescencia en la Patagonia, en Comodoro Rivadavia y en Trelew. Mi madre las hacía seguido en épocas de pobreza. Y mis hermanas y yo aprendimos a amasarlas. Cada uno adaptando su receta. Yo las hago con harina triple cero, levadura mezclada con agua tibia y azúcar, sal gruesa diluida en agua, aceite de girasol y un toque de manteca. La masa leva en turnos de media hora. Las amaso como bolitas y les doy forma de disco, a mano. Y a freír. También con aceite de girasol. Con 2 kilos de harina he sacado hasta siete docenas y media para el colegio de mi hijo menor, en mayo de 2019.
Las cantidades son "a ojo" pero te recomiendo que arranques con medio kilo de harina común, hacés un "aro", colocás en el centro la levadura (seca o virgen) que ya activaste con agua y azúcar. Si es fresca, con medio "cuadradito" te alcanza. Y si es en polvo, medio sobrecito. Agregás en el medio de la masa dos cucharadas de aceite de girasol y una de manteca derretida, y una cucharada moderada de sal gruesa derretida en agua tibia. Y hacés el primer bollo que debe ser húmedo, pero no debe quedar pegado en los dedos. Si queda muy seco agregás agua, y si se te pasó de líquido, harina. Siempre con moderación.
Se cubre con film o un repasador húmedo, y a levar. Cuando duplicó su tamaño, volvés a amasar, le sacás el aire golpeando un poco la masa, y la separás en unas bolitas chicas, del tamaño de una ciruela, más o menos, y las dejás levando de nuevo. Todo el tiempo que quieras. Podés hacerles un agujerito en el medio con un sorbete de esos que quedan por ahí de los cumpleaños, o una birome, o pincharlas con tenedor.
Finalmente, ponés aceite de girasol a calentar, y a freír. Hay quienes las fríen en grasa. Se ponen a dorar, se dan vuelta enseguida, y listo. Hay que espolvorearlas con azúcar, y servirlas calentitas con unos ricos mates.
Trucos: Hay quienes las hacen sin levadura, quedan más "chatitas" y crocantes. Otros, utilizan una mezcla al 50 % de harina leudante y común (es lo mejor si tenés poco tiempo), o usan harina común y un toque de polvo de hornear. Creo que es una cuestión de gustos. A mí me gustan más bien infladas y gorditas, es un estilo de torta frita patagónica algo diferente a la sopaipilla cuyana, a las que algunos le colocan un poco de zapallo hervido en la masa y se hacen sin levadura. Finalmente, es como el asado. A cada uno le gustan a su manera.