Las grandes potencias avanzan en los países en desarrollo. El objetivo es aprovechar el vacío dejado por otras potencias y hacer que su influencia sea cada vez mayor.
Vacunas: las estrategias de China y Rusia para incrementar su poder
La lucha por frenar la pandemia por Covid-19 ha llevado a Rusia y China a establecer nuevas alianzas que van más allá de los socios tradicionales de estos países.
A nivel mundial hay más de 200 fórmulas en desarrollo, de las cuales 60 ya están en fase de estudios clínicos, pero la mirada está puesta en un puñado de vacunas que ya han recibido autorizaciones sanitarias.
Xi Jinping y Vladimir Putin se han apresurado con vacunas que no solo lanzaron para inocular a su población, sino también para utilizar como herramienta clave para exportar, dejando en claro que la carrera científica tiene además un pulso político. En ambos casos, en un principio se observaron con recelo la falta de datos científicos, pero la revista The Lancet ya avaló que la Sputnik-V rusa tiene una eficacia de 91,6 por ciento.
Mientras tanto, los países de menores ingresos han visto cómo los estados más ricos acapararon las primeras vacunas aprobadas, como las de Pfizer/BioNTech, Moderna y Oxford/AstraZeneca. Ante este panorama, China y Rusia emergen como la esperanza para los países menos favorecidos.
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Los primeros acuerdos fueron con los aliados estrechos. El Instituto Gamaleya, que produce la Sputnik V, rápidamente se sentó a negociar con enviados de Bielorrusia, Irán, Venezuela, Argelia, Serbia o Hungría, mientras que los laboratorios chinos recibieron a Indonesia, Filipinas, Camboya o Emiratos. Pero no pasó mucho tiempo para que extendieran sus horizontes, conversando con países no alineados como Brasil, México, Argentina, Chile, Perú, Egipto o Túnez.
Además, desde el punto de vista de los países en desarrollo, la compra de vacunas chinas y rusas no solo responde a precios más bajos o de posibilidad de compra. También, desde el análisis logístico, ante sistemas sanitarios poco modernizados, es más fácil diagramar una campaña de vacunación con dosis que no requieran estar ultracongeladas.
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