El presidente ya firmó más órdenes ejecutivas en sus primeros 10 días que todos los presidentes desde Clinton a Trump.
Preocupa la cantidad de decretos de Biden
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo algo al pasar: "No es momento de medidas pequeñas; tenemos que ser audaces", mientras firmaba otro de sus decretos.
La frase refleja más que una actitud ante el reto específico del medio ambiente y bien podría resumir el espíritu con que Biden ha encarado sus primeros 10 días en la Casa Blanca, con un vértigo llamativo.
Desde que asumió el cargo el 20 de enero, el presidente emitió una insólita cantidad de decretos en diversas áreas que considera prioritarias, desde el coronavirus a la economía, desde la inmigración a la igualdad racial.
Su objetivo, según expertos, trasciende un afán de enterrar símbolos y políticas de su antecesor, Donald Trump.
Sin embargo, la prisa del nuevo presidente comienza a generar críticas de la oposición y plantea una pregunta: ¿por cuánto tiempo mantendrá el ritmo?
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"No hay precedentes"
Sólo durante su primera semana en la Casa Blanca, Biden firmó 21 órdenes ejecutivas, según Federal Register, una publicación oficial del gobierno.
Esto ya es más que la suma de órdenes ejecutivas que emitieron en su primera semana de mandato los anteriores cuatro presidentes de EE.UU., desde Bill Clinton en 1994 hasta Trump.
Si a la lista de Biden se añaden otras acciones ejecutivas que firmó, el total ya supera las 40.
"No hay precedentes (de esto) en la historia de EE.UU.: incluso Franklin Rosevelt, que emitió más de 3.700 órdenes ejecutivas en poco más de tres mandatos, apenas emitió un puñado en sus primeros 10 días", dice Allan Lichtman, un profesor de historia en la American University de Washington, a BBC Mundo.
Si bien buena parte se trata de desmantelar la "herencia Trump", otras no tienen nada que ver. Por ejemplo, el presidente creó un puesto de coordinador de la respuesta gubernamental al covid-19 y obligó al uso de mascarillas en propiedad federal, ordenó expandir los programas de ayuda alimentaria, y colocó la lucha contra el cambio climático en el ámbito de la seguridad nacional.
En paralelo, Biden propuso al Congreso un paquete de alivio económico y sanitario por US$1,9 billones ante la pandemia, así como una reforma migratoria que abra el camino a la ciudadanía a 11 millones de personas que viven sin papeles en EE.UU.
Pero el presidente ya experimentó uno de los riesgos de gobernar por decreto: la justicia puede revertir sus órdenes. Un juez federal de Texas bloqueó el martes de forma temporaria una orden del presidente para suspender las deportaciones por 100 días, mientras analiza el tema.
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