El plan de vacunación le da más confianza a Ginés en su cargo
El plan de vacunación contra el coronavirus en Argentina entusiasma al ministro de Salud de la nación, Ginés González García, a no dejar su cargo a pesar del comienzo errático de la pandemia.
"Digamos todo. En los años en que gobernaba Néstor (Kirchner) no tuvo buena relación con Alberto, más bien lo contrario, pero fuera del poder se reconciliaron y mejoraron mucho el vínculo", contó a Infobae un amigo que conoce a ambos desde hace décadas. Agregó que "de todos modos, Ginés no era el candidato para Salud, sino Pablo Yedlin (actual presidente de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados), a quien Cristina (Fernández de Kirchner) vetó de plano por ser un cuadro técnico del gobernador (de Tucumán) Juan Manzur, a quien considera su enemigo".
"El Gordo quedó porque estaba con la manito levantada y una gestión muy valorada entre las minas", léase, el colectivo feminista que militó por años a favor de la Interrupción Voluntaria del Embarazo, que González García respaldó cuando ningún funcionario se animaba a hablar de aborto y mucho menos a enfrentar al Iglesia argentina por lo que muchos peronistas tradicionales consideran un verdadero sacrilegio. Él es un peronista tradicional, pero no en materia de salud sexual y reproductiva y derechos de la mujer.
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"Ginés creía que llegaba el Frente de Todos, lograba aprobar el IVE y él se volvía a la Fundación Isalud a gozar del prestigio y escribir sus memorias. Creía que ya nada lo sorprendería", contó una médica que fue parte de su equipo hace varios años.
Pero llegó el Covid-19, que primero minimizó como problema (lo que lo llevó a aconsejar muy mal al Presidente). Le costó varios meses encontrar el rumbo y cuando lo logró, la credibilidad sobre sus políticas ya habían iniciado el camino de la crisis sostenida y las internas en el Gobierno ya estaban desatadas.
En el medio de la multiplicación de contagios, el sistema de salud público y privado crujió. Tanto el Ministro como su equipo más cercano mantuvieron reuniones con los distintos actores de la complejísima cadena que debería brindar cobertura a 40 millones de personas (se calcula que unas 15 millones de habitantes no tienen ninguna), donde no siempre están contempladas la calidad y la equidad en el servicio, un sistema que integran obras sociales nacionales, provinciales, el PAMI, la medicina prepaga y las mutuales.
Con los números estudiados y una propuesta ya acordada con el Presidente y muy concreta, el 25 de noviembre González García participó de una reunión de Gabinete económico donde se habló de las reformas estructurales que debían iniciarse en el sector ante la perspectiva de que se venía un año más de dura pandemia, incluyendo la seguridad social, prestadores y financiadores del sistema.
Allí se terminó de acordar un paquete de medidas para el sector privado de salud, de modo que no vuelva a suceder lo que ya había pasado el 3 de noviembre pasado, cuando a través de la resolución del Ministerio 1787 se dejó sin efecto una resolución del 15 de octubre, la 1786, que anticipaba aumentos del 10% a las prestaciones en diciembre y otro 10% en febrero de 2021. En la resolución que anuló la anterior se habló de "error material" que obligó a dejarla sin efecto.
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Obviamente que el Ministro había hablado con el Presidente para tomar esa decisión, pero como varios se quejaron por no haber sido consultados, trabajó con cada uno para alcanzar un nuevo horizonte, parte del cual se materializó con un aumento del 10% para el mes de diciembre y otra resolución que le anticipó Cafiero a Claudio Belocopitt el 29 de diciembre, titular de la Unión Argentina de Entidades de Salud (UAS), según confirmaron empresarios del sector.
Efectivamente, apareció publicada el 31 de diciembre a las 8 de la mañana con el número 2987 otorgando un nuevo aumento a partir de febrero del 7% por motivos de la emergencia sanitaria que dejó al sistema de salud en una dramática crisis. Se sabe. Cuatro horas después, y sin explicación ni motivo, se dejó sin efecto la resolución anterior.
Si González García estuvo todo el año bajo la picota, esa desautorización tronó en el mundo de salud. El Plan Estratégico para la Vacunación en la Argentina contra el COVID-19 que González García presentó al Gabinete nacional el pasado 23 de diciembre, supone una vacunación por etapas, gratuita y voluntaria, para el cual el Gobierno aportará, progresivamente, 54.431.000 millones de vacunas e insumos necesarios para inmunizar a la población objetivo, transferencias a las provincias por 3.500 millones de pesos para la compra de equipamiento, logística, recurso humano y otros insumos, más voluntarios y la capacitación específica para vacunadores y registradores.
Este Plan está validado por expertos independientes, organismos internacionales, responsables de todas las jurisdicciones del país, de todos los ministerios, funcionarios, capacitadores y voluntarios comprometidos y perfectamente consustanciados con este desafío que no tiene precedentes en la historia del país, pero en lugar de salir a comunicarlo con orgullo y pasión, se debate en un sinnúmero de internas políticas y diagnósticos tan opuestos acerca de cómo sacar al país del abismo, que llama la atención la todavía relativa tolerancia de la población.
Fuente: Infobae