Las trasladaron al Vacunatorio Central. Las dudas: faltan datos científicos independientes, y no pasó por la FDA ni la EMA europea. Mañana arrancan. Suarez se vacunará "cuando le toque".
Dudas y "grieta" por la vacuna rusa que ya llegó a Mendoza
La vacuna rusa Sputnik V llegó este lunes a Mendoza en un camión refrigerado de la firma Andreani custodiado por dos camionetas de la Policía Federal. Fue despachado ayer a la tarde desde un depósito del ministerio de Salud de la Nación en Avellaneda, provincia de Buenos Aires y antes de las siete y las siete y media las primeras 5.500 dosis de la vacuna arribaron a la sede del Vacunatorio Central en Ciudad, a cargo de la médica jefa del Programa de Inmunizaciones de la Provincia Iris Aguilar. Este primer envío de vacunas fue descargado en un lugar reservado con cámara frigorífica y luego trasladados al vacunatorio en una Traffic para iniciar el operativo de vacunación. Y forma parte de las 300.000 dosis que llegaron a Ezeiza en el pomposo "Operativo Moscú", a bordo de un avión de Aerolíneas Argentinas acondicionado la semana pasada para traer las vacunas.
El operativo de vacunación en sí comenzará mañana martes 29 en todo el país. Los primeros vacunados en Mendoza serán personal de Salud que trabaja en las unidades de cuidados intensivos de pacientes con coronavirus.
El gobierno provincial no ha brindado datos respecto del sitio en que comenzará la vacunación, para evitar inconvenientes, reclamos, o manifestaciones "pro vacuna", o en contra.
La vacuna rusa Sputnik que en rigor sólo tiene la aprobación del ministerio de Salud de su país, y ahora de la Argentina y una "recomendación" de la Anmat, ha sido fuente de controversias generada por la mala praxis política del gobierno nacional. El acuerdo con Rusia fue manejado entre viajes secretos de funcionarios, no se sabe bien a ver qué, participación de un intermediario venezolano, una militancia exagerada del kirchnerismo por esta vacuna, y muchas dudas sobre su eficiencia basadas en la indiferencia de Rusia para someter su vacuna a la aprobación de la Food And Drug Admistration de los Estados Unidos, y a su organismo similar de la Unión Europea, la European Medicines Agency, agencia europea de medicamentos.
En nuestro país, el gobierno se ha aferrado a la vacuna rusa de modo tal que ha generado sospechas en la oposición, pero también en parte de la población. Con la misma intensidad y favoritismo por la vacuna rusa, el gobierno fue "desinflando" un acuerdo con Pfizer hasta que cierto "mal clima" con la Sputnik obligó a abrir el abanico a otras posibilidades. De todos modos, la Argentina recibiría unas 20 millones de dosis de la vacuna rusa, un millón y medio de la de Pfizer-Biontech (si es que se llega a un acuerdo), y se sabe que la Anmat estaría a punto de aprobar la de Oxford-AstraZeneca que se producirá en el país. El CEO de este último laboratorio Pascal Soriot acaba de anunciar a medios británicos que su preparado llegaría a los niveles de efectividad de las de Pfizer-Biontech y Moderna, entre el 94 y el 95 %. Estas últimas, son las más efectivas del mundo.
La vacuna rusa está en la grieta. La alianza permanente entre Cristina y Vladimir Putin en sus años de presidenta parecen haber empujado al gobierno de Alberto Fernández a abrazarse a la vacuna del presidente ruso, la "primera en el mundo anti covid en ser registrada", dice en inglés en las cajas en las que la empaquetaron. El esfuerzo comunicacional del gobierno argentino por la vacuna rusa ha sido importante. Los medios estatales argentinos han comenzado a informar a diario las novedades de la vacuna rusa, fechadas en Moscú. En la agencia gubernamental Telam los despachos "positivos" por la Sputnik son permanentes. Los últimos fueron para zanjar la polémica respecto de si la vacuna es útil para mayores de 60 años. En las últimas horas, el ministerio de Salud de Rusia la aprobó para esa franja etaria. Y se anunció que el presidente Putin se la va a colocar. También el universo de medios paraestatales K militaron fuerte la vacuna rusa.
Las suspicacias con la Sputnik empezaron cuando el presidente Putin anunció que tenía una vacuna efectiva, pero no había iniciado siquiera la fase 3 de los experimentos. Dijeron también que tiene una efectividad del 91,4 %. En ese momento el gobierno argentino "adoptó" la vacuna. Luego, además de no haber sido certificada en Europa y Estados Unidos, no hay publicaciones científicas independientes sobre la vacuna rusa. Es cierto que el centro que la diseñó y produjo, el Gamaleya, es de los más prestigiosos del mundo. Pero los resultados científicos que el Fondo Ruso de Inversión Directa publicaría en diciembre, habrían sido postergados a enero según una publicación el domingo a la noche, del diario Clarín. Tampoco fue controlada ni verificada esta vacuna por pares de los científicos rusos en otros países.
En Mendoza, la vacuna genera alguna suspicacia aun cuando el propio gobernador Rodolfo Suarez dio su respaldo y confianza a su efectividad. También su ministra de Salud Ana Nadal. El asunto de si los gobernadores se vacunarían o no es un tema central en el gobierno nacional, y se conversó entre los gobernadores y el presidente Alberto Fernández en una conferencia virtual el sábado. Suarez no será de los primeros vacunados. Cuando le preguntaron, el gobernador de Mendoza dijo que "es un ciudadano más" y se pondrá la vacuna "cuando le toque".
Podría ser "nunca". El gobernador no es personal estratégico, ningún funcionario lo es, como sí lo son agentes de salud, seguridad, fuerzas armadas, y educación. No es mayor de 60 años, y que se sepa su salud es de hierro. Lo que se verá mañana es una saga de gobernadores peronistas buscando inyectar confianza a la población por medio de la vacuna. Uno de los primeros sería el vicegobernador de Chubut Ricardo Sastre, a cargo de la gobernación porque Mariano Arcioni está de vacaciones. Sastre tuvo coronavirus hace menos de dos meses. Pero se pondrá la vacuna de todos modos para dar confianza a sus comprovincianos, según declaró a medios locales. Es un buen ejemplo del marketing y "refuerzo" político alrededor de la vacuna. También se vacunaría el presidente Alberto Fernández, este martes. El presidente busca darle desde el principio un tono épico a la vacuna rusa. Ayer anunció su "agradecimiento eterno" a Putin y a Rusia, que "prestaron atención a la Argentina" porque "los países poderosos estaban acaparando la vacuna".
Parte de domingo: Mendoza reportó 40 casos positivos y ningún muerto
Para los ciudadanos comunes es más compleja la decisión de vacunarse o no. Como se sabe, este año y el próximo no será obligatorio. Pero sí en 2022. La semana pasada publicamos una encuesta de Mediciones Mendoza, y la mayoría de los mendocinos no se quiere vacunar. Ni con la Sputnik, ni con ningún otra vacuna. Al desglosar las preferencias, la vacuna rusa Sputnik V concentra el 9:74 % de las preferencias, de acuerdo al siguiente cuadro:
La opinión de los propios médicos y profesionales que recibirán la vacuna es importante. Fuentes del gremio AMPROS que los nuclea, en Mendoza, dijeron al Post que nadie los convocó ni los consultó por el operativo de vacunación. Y que casi no tienen datos de la vacuna Sputnik V. "Tenemos dudas por los mayores de 60 años, que antes no era efectiva y en una semana sí lo es... o qué pasa con los pacientes con enfermedades prevalentes, o hipertensos... no sabemos si hay pruebas..." aseguraron. Con una aclaración: "De todos modos, cada uno es libre de tomar la decisión de vacunarse..."
De momento, la Sputnik V de Rusia será la única vacuna disponible en la Argentina, donde ya han empezado trámites Pfizer (aprobada), AstraZeneca, y Johnson & Johnson. Algunas en vías de aprobación, pero con los acuerdos con el gobierno aún lejanos.