A días de que comience a aplicarse Sputnik V en la Argentina, aún se espera la publicación del paper sobre su efectividad y seguridad.
Las dudas por la falta de información validada por científicos
Este jueves llegó a Argentina el primer cargamento con las dosis de la vacuna rusa, la Sputnik-V. Pero surge el interrogante de la demora de la información validada científicamente. La semana que viene podría comenzar una campaña de vacunación con un fármaco cuya efectividad y seguridad no están adecuadamente probadas.
Este jueves, Clarín accedió al texto a través del cual la ANMAT recomendó al Ministerio de Salud de la Nación autorizar, para el uso de emergencia, la vacuna rusa. El organismo deduce la efectividad y seguridad a partir de un par de ejes.
Dicen que "los beneficios conocidos y potenciales para la salud de la población son superiores a la incertidumbre" en base a que tanto el centro Gamaleya (responsable de liberar los lotes de vacunas) como las plantas de producción "son aceptables y compatibles con lo establecido en la normativa" argentina.
Ver: Este es el polémico informe de la ANMAT para aprobar la vacuna rusa
Además, aclaran que "la información disponible en el corte preliminar muestra seguridad y una eficacia en un rango mayor al aceptable". Se refieren a la efectividad del 91,4% declarada por los representantes del Centro Gamaleya y el Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF), en base a tres endpoints o cortes que hicieron (el último de ellos fue informado el 14 de diciembre), según preestablecía el protocolo del ensayo.
Estos datos son auspiciosos. Fueron comunicados al mundo, pero no están asentados en publicaciones científicas revisadas por pares. Para el ámbito científico, es como considerarse "licenciado" antes de rendir el último final.
¿Tiene sentido que la ANMAT haya recomendado y, el Ministerio, autorizado la vacuna, cuando esa información central no está consolidada? El mundo entero se resignó a utilizar las vacunas contra el Covid-19, incluso antes de que los laboratorios concluyan la fase 3 de sus ensayos. Mucho menos, la fase 4, algo que -contó este medio- podría también ser problemático.
Pero, aunque la mayoría de las vacunas en danza culminarán la tercera fase de sus investigaciones recién entre 2021 y 2022, tienen a su favor haber publicado resultados preliminares de fase 3, algo que todavía no ocurrió con la vacuna rusa, si bien prometen, repetimos, un paper para fines de diciembre.
Ver: Ginés afirma que en Argentina estamos "mejor que otros países"
Tal vez, concientes de esa "pata floja", los responsables de la vacuna rusa ofrecieron en estas semanas numerosas conferencias de prensa.
Las primeras fueron interesantes, pero las últimas dos son dignas de mención: en una, este miércoles, se había generado gran expectativa. Era solo para periodistas argentinos, en exclusiva, duraría media hora y se podrían hacer preguntas. El resultado fue algo decepcionante.
Se expuso lo que ya se sabía, duró 10 minutos y se eludieron detalles centrales, como qué pasará con las 300.000 dosis del segundo compuesto que van a requerir las personas que desde la semana que viene recibirán la primera dosis. No se respondieron las dudas sobre las 5 millones de vacunas que deberían venir en el verano ni se dieron detalles certeros de la eficacia (supuestamente probada) en mayores de 60 años.
No significa que no los tengan o que la ANMAT no haya accedido al "paper prometido" pero no publicado aún. Simplemente, no lo sabemos.
Y este jueves, en una segunda conferencia de prensa, si uno dejara de lado los varios minutos usados por los responsables del fármaco que tiene en vilo a la población argentina para destacar el aterrizaje con las 300.000 dosis en Ezeiza y hacer alusiones a una "reacción negativa de algunos medios de Argentina" por aparentes "cuestiones políticas", tampoco hubo novedades. Se repitió lo dicho en ruedas y gacetillas de prensa previas, que, claro, no reemplazan a los papers. Fuente: Clarín