Karolyn Skalany es médica en emergencias en dos hospitales públicos norteamericanos. Cuenta cómo vivió el Covid, y la aplicación de la vacuna. "Me emocioné... se me caían las lágrimas" dijo. La Historia. La vacuna que aquí nunca vamos a recibir.
La mendocina que fue inmunizada con la vacuna de Pfizer en EEUU
Karolyn Skalany (43) bien podría ser la primera mendocina en el mundo en haber recibido una vacuna contra el coronavirus, aunque no podríamos asegurarlo. Sí podemos afirmar que es médica psiquiatra, que pasará cien horas en la emergencia del Hospital Psiquiátrico del Condado de Harris, Texas, Estados Unidos, hasta Año Nuevo. Y que ayer recibió la primera dosis de la vacuna de Pfizer-Biontech en el Ben Taug General Hospital, el hospital público más grande de Houston. "Lloré... estaba en la fila y se me caían las lágrimas... fueron muchos meses de extrema tensión, de estrés... No podía creer todo lo que ocurrió desde aquellos primeros días en que no sabíamos qué pasaba... ni teníamos tapabocas, a esto... a recibir la vacuna contra el Covid..." contó al Post, aun conmovida por la experiencia.
La doctora Skalany trabaja en la medicina pública de los Estados Unidos, en el Hospital de Veteranos de Houston y en el Hospital Psiquiátrico del Condado de Harris. Está asignada a Emergencias y su especialidad es la psiquiatría. Maneja situaciones de muy extrema tensión con personas que están al límite de sus posibilidades mentales. "A veces nos escupen, agreden, gritan... es muy difícil... en ocasiones nos tocan los intentos de suicidio, o alguien que quiso incendiar un edificio porque se lo dijeron las voces en su cabeza. En todos estos meses, en las emergencias, me sentí muy expuesta al virus... tratando de recordar qué puerta o qué cosa había tocado... correr a lavarme las manos... fueron tiempos de muchísima angustia" contó esta médica mendocina formada en la Facultad de Medicina de la Universidad de Baylor, donde además ahora es profesora luego de haber cursado la carrera de medicina clínica y tras la residencia de dos años en psiquiatría. Está en la línea de fuego del país que mayor cantidad de casos de coronavirus y más muertes experimentó. Y que acaba de sobrepasar récord de fallecimientos, contagios y personas hospitalizadas apenas dos días antes de que Karolyn recibiera la vacuna de Pfizer.
"El jueves nos avisaron que debíamos estar preparados para recibir la vacuna... como soy médica de emergencias, nos colocaron en el primer grupo... Tuve que llenar un formulario con preguntas sobre mi salud... alergias... esas cosas... online, y hoy me fui a vacunar. Prácticamente no tuve que esperar" contó Karolyn en una video llamada vía WhatsApp. "Y lloré... me emocioné mucho... en la fila se me caían las lágrimas después de tantos meses de angustia... soy madre... tengo dos hijos... a ellos no les gusta, obviamente, que esté tan expuesta al virus..." dijo.
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Karolyn Skalany emigró hace años a los Estados Unidos por cuestiones familiares, y allí se quedó. Es una persona especial: antes de ser médica psiquiatra le dedicó 12 años a la ingeniería. Es ingeniera electrónica y trabajó en el sector petrolero. Influencia -sin dudas- de su tía y madrina Miriam Skalany, ingeniera y Secretaria de Ambiente de la Provincia. "Pensé que podría fusionar las dos carreras de algún modo... pero no se pudo" explicó la médica. Hace pocos años decidió seguir su vocación y dedica su vida a la medicina y a sus dos hijos varones de 11 y 12 años. Ocupada de todo, como la mayoría de las madres separadas. Pero es una mendocina de pura cepa, nacida y criada en La Puntilla y formada en el Colegio La Misericordia, de Vicente Zapata y San Juan, en Ciudad. Una joven estudiosa que a los cinco años aprendió a leer con su tía y a la semana, le escribía poemas en un papel.
Karolyn recibió ayer la vacuna de los laboratorios Pfizer-Biontech, producto de una poderosa alianza norteamericano-germana para el desarrollo de esta vacuna que en EEUU fue autorizada el viernes y de inmediato empezó a distribuirse en los hospitales. Es la misma vacuna con la que se hicieron ensayos clínicos importantes en el Hospital Militar de Buenos Aires. Pero que no llegará al país, porque el sistema sanitario, logístico y de gobierno de la Argentina no puede garantizar la estabilidad de la vacuna, que requiere de ser trasladada y almacenada a -70 grados de temperatura. Es esta vacuna la que mayores esfuerzos logísticos exige para llegar a la población. Hasta ahora, la aplican en Reino Unido (fueron los primeros, a pesar de contar con la de AstraZeneca-Oxford), Estados Unidos, Bahréin, Arabia Saudita, Canadá, México, y desde hoy, en Chile.
Pocas horas después de haber recibido la vacuna Karolyn cuenta que "dolió menos que una vacuna tradicional" y que "aún no tengo ningún efecto adverso...". Se la nota entusiasmada por el avance científico. Recibió la dosis intramuscular en uno de sus brazos, y tiene turno para la segunda aplicación, la que contiene los anticuerpos, el 6 de enero. "Recién después de la segunda dosis podemos saber cómo irá la inmunización. Pero algo es seguro. Con la vacuna, me siento más segura y más fuerte para afrontar las situaciones tremendamente difíciles que tenemos aquí en las emergencias psiquiátricas... me va a dar mayor flexibilidad para tratar a los pacientes" reflexionó.
La médica está bien enterada de la "grieta" y la discusión que hay en Argentina sobre aplicación de la vacuna. Pero no tomó nota de dificultad alguna en la manipulación del producto de Pfizer-Biontech en el hospital donde debió inocularse. "La verdad es que estaba muy emocionada... sí vi que las sacaban de unas heladeras, y eso fue todo" explicó.
Puede que Karolyn sea la primera mendocina en recibir una vacuna, y una de las poquísimas argentinas en recibir la de Pfizer, que a quienes vivimos aquí nos permanecería vedada por la torpeza política de la administración sanitaria del país. Pfizer fue el primer laboratorio en sentarse con el gobierno nacional y hasta consiguieron una ley de inmunidad, por las dudas algo saliera mal. Pero el contrato no se firmó. Para el gobierno, lo dijo el ministro de Salud Ginés González García, las condiciones del laboratorio son "inaceptables". Sin embargo, los norteamericanos y alemanes no habrían aceptado la precariedad que ofrecía la Argentina para la manipulación y estabilidad de su vacuna, que requiere setenta grados bajo cero de temperatura. Un papelón. Chile, nuestros vecinos de al lado, la acaba de aprobar ayer. Los ensayos clínicos conducidos por el infectólogo Fernando Pollack en el Hospital Militar porteño, no servirían para avances con esta vacuna en la Argentina.
En la otra punta del mundo y con una realidad diferente, una mendocina se la aplicó sin dilaciones, polémicas, promesas, trámites extraños, grieta política, largas colas, relato, ni épica reparadora.
Luego, feliz, se fue a casa con sus hijos.