El cantante murió a los 40 años asesinado por un hombre al que poco antes le había firmado un ejemplar de su último disco.
John Lennon: a 40 años de un asesinato que truncó la excelencia
El 8 de diciembre de 1980, dejaba de existir a los 40 años uno de los mayores artistas de la música en el siglo XX. Lennon fue asesinado a disparos por Mark David Chapman, un hombre con problemas mentales, generando una ola de consternación mundial.
Si bien sobre este crimen han sido existido durante décadas muchas hipótesis y especulaciones es sabido que su asesino, Mark David Chapman, era un joven de 25 años con problemas de autoestima y dos intentos de suicidio, que había decidido matarlo a mediados de 1980.
En ese momento, octubre de 1980, mientras el músico trabajaba en su nuevo álbum con Yoko Ono, llegó a Nueva York dispuesto a hacerlo. Consiguió un arma y se hizo amigo del celador del edificio Dakota, en el que vivía el ex-Beatle, pero conmovido por la película Ordinary People se arrepintió y volvió a Hawái, donde vivía.
Pero meses después, un 8 de diciembre, en las puertas del edificio Dakota, alrededor de las 22.50 la limusina de Lennon se detuvo frente al edificio y, tras salir del coche y pasar cerca de Chapman (quien se encontraba como varios seguidores en la puerta del lugar esperando por un autógrafo), recibió cinco disparos de los que impactaron cuatro en su espalda y en su hombro izquierdo. La escena fue capturada por el fotógrafo amateur Paul Goresh.
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John Lennon moriría unos minutos después, según el certificado de defunción a causa de "heridas múltiples en el hombro izquierdo y pecho, pulmón izquierdo y arteria subclavia izquierda, hemorragia externa e interna, shock".
Por su parte, Chapman permaneció en la escena, sacó su libro "El guardián entre el centeno" y comenzó a leer hasta que llegó la policía. Tres horas después, se comparó con el protagonista de la novela mientras declaraba ante la policía: "Estoy seguro de que la mayor parte de mí es Holden Caufield, el personaje principal del libro", comentó.
En el ejemplar se pudo comprobar además que había escrito "esta es mi declaración", y con él tenía aún el revólver y el disco que previamente le había firmado Lennon. Según Chapman, el asesinato era consecuencia de la lectura de la novela de Salinger.
Cadena perpetua
En agosto de 1981, Chapman fue condenado a una pena de veinte años a cadena perpetua y todavía permanece en el Correccional Attica aunque ha presentado once solicitudes para conseguir la libertad condicional pero han sido denegadas alegando de que no reviste un peligro para la sociedad.
Años después del crimen, el asesino contó: "Fue por gloria personal. Era extremadamente famoso. No lo maté por su personalidad o la clase de hombre que era. Era un hombre de familia. Era un icono. Era alguien que hablaba de cosas de las que ahora podemos hablar y eso es excelente. Lo asesiné porque era muy, muy, muy famoso y esa es la única razón. Yo estaba muy, muy, muy concentrado en buscar la gloria personal. Fue muy egoísta".
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