El candidato a presidente de los Estados Unidos era totalmente contundente en su apoyo a Gran Bretaña.
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En el año 1982, la Guerra de Malvinas mantuvo a parte del mundo atento a lo que sucedía a lo que sucedía en el Atlántico Sur. En aquella época, solo muy pocos países apoyaron a nuestro país en el conflicto y uno de los estados que estuvo del lado de Gran Bretaña fue Estados Unidos.
En aquel año, un reconocido político llamado Joe Biden era entrevistado sobre el conflicto bélico. El virtual presidente de los Estados Unidos no tuvo medias tintas y aseguró que hay que estar del lado de Inglaterra.
Al recuperar las islas, en un discurso que buscaba apelar al sentimiento nacional, el dictador Leopoldo Galtieri anunció en los balcones de la Casa Rosada: "El gobierno de Gran Bretaña, la señora Thatcher y el pueblo de Gran Bretaña no han escuchado hasta ahora una sola palabra de ataque o una sola palabra ultrajando su honor y su reputación; hasta ahora. Pero le pido como presidente de la Nación, al gobierno y al pueblo inglés, moderación en sus expresiones y en sus hechos. El gobierno y el pueblo argentino, en este cabildo abierto, puede enardecerse y presentar a las ofensas, mayores ofensas. Que sepa el mundo que hay un pueblo con voluntad decidida como el pueblo argentino. Si quieren venir, que vengan; les presentaremos batalla".
En esta coyuntura, un actor fundamental en las relaciones internacionales de nuestro país era Estados Unidos, que había impulsado y sostenido el advenimiento del autodenominado "proceso de reorganización nacional". Por ende, uno de sus representantes, el por entonces senador demócrata Joe Biden, fue consultado en un programa de televisión por los intereses en pugna para su nación. Así, la periodista ya fallecida Barbara Frum, introdujo: "Hay un sentimiento creciente en Washington de que los esfuerzos diplomáticos deben continuar, pero que Argentina debe ser consciente de que si estalla la guerra, Estados Unidos respaldará firmemente a los británicos".
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En este sentido, el actual oponente de Donald Trump se refirió a una reunión que habían mantenido en el comité de Relaciones Exteriores del Senado por las negociaciones entre los países en conflicto, donde su espacio político patrocinaba una resolución de apoyo a Gran Bretaña. "Creo que el secretario de Estado (Alexander Haig) fue acertado en cuanto a una buena solución diplomática, pero preferiría no comentar sobre una sesión informativa secreta", manifestó. En tanto, agregó que las negociaciones ya estaban "en curso" y que la administración tenía la esperanza que sean "muy pertinentes".
"Creo que los argentinos deben ser desengañados de la noción que estamos con Gran Bretaña, asumiendo que Estados Unidos es neutral en este sentido ya que mi resolución pidiendo al Congreso norteamericano que declare oficialmente su apoyo a los británicos sería cualquier otra cosa que no sea útil", intentó disimular su postura tajante a favor del país europeo. Por cierto, minutos más adelante, expondría sus contradicciones: "No hay dudas que Estados Unidos va a perder si no nos basamos en nuestros principios y no nos mantenemos con nuestro aliado más antiguo y cercano", sostuvo en referencia al vínculo diplomático con Gran Bretaña.
Siguiendo esta línea, demostró de qué lado se encontraba: "Hay mucho en juego para el hemisferio norte, Estados Unidos y Canadá, si permitimos que la resolución de disputa de propiedad de los demandantes se resuelva mediante el uso de la fuerza, vamos a encadenar una serie de acciones que ninguno de nosotros quiere; en segundo lugar, la OTAN es una alianza sobre la que hemos contraído un compromiso firme, solemne y es claro que los argentinos son los agresores como así los británicos tienen razón. Debería ser claro para todo el mundo dónde se encuentra Estados Unidos".
Además, hizo mención a la injerencia en el conflicto bélico del principal rival para su nación: la Unión Soviética, con la que estaban enfrentada en la denominada "guerra fría". "Creo que las acciones de los soviéticos son insignificantes, sus capacidades son limitadas en el área; no hay evidencia que estén realizando movimientos importantes". A su vez, consultado sobre si lamentaría ver derrocado a Galtieri, opinó: "Lamentaría ver que la situación cambie de tal manera que haya una perspectiva cada vez mayor de un fin soviético o comunista en el hemisferio, pero aún lamentaría más si destruyéramos una situación frágil con respecto a la OTAN".