El aparato fue creado por un experto de la Universidad de Colorado y permite calcular las posibilidades de infección en ambientes cerrados.
Un simulador demuestra cómo se contagia el coronavirus en el aire
Los estudios respecto a la transmisión de coronavirus avanzan cada día. En este marco, un experto de la Universidad de Colorado presentó un aparato que permite calcular las posibilidades de infección en ambientes cerrados, tales como escuelas, bares o casas.
Vale mencionar que las autoridades sanitarias internacionales reconocen que existen tres formas de contagiarse por coronavirus: a través de las gotas que expulsan los contagiados al hablar, toser o estornudar, las superficies contaminadas (el menos probable según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU.) y las partículas infecciosas que exhala un enfermo y que quedan suspendidas en el aire en ambientes cerrados (llamada infección por aerosoles).
En este sentido, los especialistas alertan que el coronavirus se puede propagar por el aire en interiores y contagiar a más de 1,8 metros de distancia.
Pese a ello, este simulador demostró que se pueden reducir los riesgos si se utilizan todas las medidas de prevención (distanciamiento físico, uso de mascarillas, ventilación y reducción del tiempo de reunión).
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Esta herramienta fue desarrollada por el experto en química y dinámica de partículas en el aire de la Universidad de Colorado, José Luis Jiménez, y pese a que advierte que la precisión de este simulador es limitada porque se fundamenta en cifras que son inciertas, según este método, se puede estimar qué probabilidades hay de un contagio en una reunión familiar, un bar o una escuela.
Los datos que arroja el simulador
Si en una casa se juntan seis personas y una de ellas está contagiada: si pasan cuatro horas sin tapabocas y hablando en voz alta, se contagiarían las otras cinco personas independientemente de la distancia. Si se usara la mascarilla, serían cuatro los enfermos, puesto que los tapabocas no evitan los contagios cuando la duración del encuentro es prolongada. El riesgo de contraer la enfermedad se reduce a menos de una cuando el grupo usa tapabocas, el encuentro dura poco y además el ambiente se ventila.
Si hay 15 personas y tres empleados en un bar o restaurante sin ventilación: sin tomar ninguna precaución, en cuatro horas se contagiaron 14 clientes. Con el uso del tapabocas, se reduce hasta los 8 contagios. Si se cuenta con ventilación mecánica y se acorta el tiempo que se pasa en el local, las chances caen hasta apenas un cliente.
Si hay un aula con 24 alumnos sin ventilación y el infectado es el profesor: en 2 horas sin medidas de prevención, la mitad de los estudiantes se contagiarían. Si todos usaran tapabocas, solo 5 se enfermarían. Si se le suma ventilación y la lección dura una hora para luego renovar el aire, el riesgo es mínimo.
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