La devaluación no se reflejaría por el momento en la inflación.
Por la explosión del dólar podría haber desabastecimiento
La disparada del dólar blue y las otras cotizaciones financieras no impactaría de forma directa en alimentos y bebidas, por el momento. Sin embargo, la brecha en ascenso generaría en faltantes de productos y desabastecimiento en las góndolas.
Según empresarios del sector, que fueron consultados por La Nación, en las últimas semanas comenzaron a haber problemas en la entrega de mercadería, que a su vez sufren congelamiento de sus precios de ventas, pero no de los costos.
Del mismo modo que en la última presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, las empresas de alimentos son las últimas a las que se les restringe el acceso al dólar oficial para importar, por ello serían los últimos en remarcar los aumentos.
Los faltantes, siempre teniendo en cuenta lo publicado por ese medio, se registran en rubros básicos como el aceite, arroz y algunos farináceos (harinas y pastas), aunque en los supermercados locales también se ven menos artículos importados o alimentos gorumet. "El mercado está medio revuelto. Hay empresas que cumplen con los aumentos que autorizó la Secretaría de Comercio, pero en otros rubros te piden aumentos mucho mayores y, si no se convalidan, limitan las entregas. En aceites hay faltantes y el surtido cayó mucho. Y en arroz todas las empresas están pidiendo subas de entre 15 y 25 puntos", manifestó Víctor Palpacelli, presidente de la Federación Argentina de Supermercados, que reúne a las cadenas de capitales argentinos.
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Otro punto que tiene descontento al sector es el programa de Precios Máximos, que lanzó el gobierno nacional al inicio de la cuarentena. Con ello se los obligó a retrotraer sus precios al 6 de marzo y desde entonces solo realizaron dos subas que alcanzaron el 10%. Sin embargo, la inflación acumulada es más del doble y la devaluación del dólar oficial se centra en el 28.9%.
Con esta realidad, los comercios indicaron que empezaron a verse disminuciones en las entregas. "Los proveedores te quieren meter aumentos vía la quita de bonificaciones y nos pasa en todos los rubros, desde el aceite hasta el vino o las cervezas. En otros casos, como con los lácteos, las empresas fabricantes inventaron un cargo nuevo como 'costo logístico'. El problema es que los grandes supermercados se pueden plantar y negarse a convalidar las subas, pero a los más chicos no nos queda otra que aceptarlas, si no no nos entregan, y así se termina aumentando la brecha de precios entre las grandes cadenas y los comercios más chicos. Al final, un gobierno que se presenta como propyme está impulsando una concentración del mercado", dispararon desde un supermercado del interior del país.
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