Sobre las teorías de permitir que la gente se contagie naturalmente, un grupo de científicos afirma que es una falacia. Además, la OMS sostuvo que no hay evidencia y podría morir rápidamente el 1 por ciento de la población.
Inmunidad del rebaño: ¿cuántas personas deberían morir por coronavirus?
Cómo continuará la pandemia de Covid-19 en el mundo, nadie lo sabe con certeza. Sin embargo, si se pueden establecer proyecciones y estimaciones sanitarias de acuerdo a los contagios, para se logre la inmunidad necesaria en la humanidad.
En ese sentido, un grupo de 80 científicos de todo el mundo alertaron sobre la proliferación de teorías que defienden la "inmunidad de rebaño" como estrategia contra el coronavirus, que consiste en dejar que la población se infecte libremente para que desarrolle protección de forma natural. En una carta abierta publicada en la revista científica The Lancet, aseguraron que se trata de "una falacia peligrosa sin evidencia científica".
De la carta, que se lanzará de manera formal en el 16º Congreso Mundial sobre Salud Pública, participaron investigadores en salud pública, epidemiología, medicina, pediatría, sociología, virología, enfermedades infecciosas, sistemas de salud, psicología, psiquiatría, política de salud y modelado matemático.
La ausencia de medidas de control, advirtieron los investigadores en el escrito, aumentaría la mortalidad en toda la población, afectaría a la economía de forma irreversible, prolongaría la epidemia y colapsaría todos los sistemas sanitarios. Según estimaciones de la jefa científica de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Soumya Swaminathan, el 1% de la población mundial (77 millones de personas) moriría si se confiara la reacción frente a la enfermedad a una medida como la inmunidad natural de rebaño.
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Esta estrategia de inmunización cobró fuerza tras la Declaración De Great Barrington, firmada por Martin Kulldorff, Sunetra Gupta y Jay Bhattacharya, tres epidemiólogos de las universidades de Harvard, Oxford y Stanford. En ese documento, los médicos proponían la "protección enfocada", es decir, "permitir a aquellos que están bajo un mínimo riesgo de muerte, vivir sus vidas con normalidad para alcanzar la inmunidad al virus a través de la infección natural, mientras se protege mejor a aquellos que se encuentran en mayor riesgo".
Rechazo de 80 científicos de todo el mundo
La propuesta de los tres epidemiólogos ya fue rechazada por la OMS. Esta semana, un grupo de 80 científicos de todo el mundo hicieron lo propio a través de una carta publicada en la revista The Lancet, en la que advirtieron que "la proporción de personas vulnerables constituye hasta el 30% de la población en algunas regiones".
"Cualquier estrategia de gestión de la pandemia que dependa de la inmunidad de las infecciones naturales por coronavirus es errónea", señalaron los científicos. Según afirmaron, la transmisión incontrolada en las personas más jóvenes (a los que se les supone un menor riesgo de muerte) corre el riesgo de aumentar la mortalidad en toda la población.
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"El coste humano sería enorme", advirtió en ese sentido Soumya Swaminathan, la jefa científica de la OMS. Alcanzar la inmunidad de rebaño de forma natural, explicó la especialista, supondría que al menos el 70% de la población desarrollara anticuerpos, un proceso que, además de aumentar la mortalidad, supondría mucho tiempo y tendría efectos catastróficos en la economía global.
Además, recordaraon los 80 firmantes, "no hay pruebas de una inmunidad protectora duradera al SARS-CoV-2 a raíz de la infección natural y la transmisión endémica supondría un riesgo para las poblaciones vulnerables".
La estrategia de la inmunidad de rebaño, agregaron, también supondría un reto inasumible para los sistemas de salud. "Si todo el mundo enferma a la vez, el sistema hospitalario tiene que estar muy bien diseñado para poder absorber a todos esos enfermos", dijeron Esperanza Gómez-Lucía y José Antonio Ruiz-Santa-Quiteria, investigadores del Departamento de Sanidad Animal de la Universidad Complutense de Madrid.
Lejos de poner fin a la pandemia, según los científicos, esta estrategia del libre contagio "daría lugar a epidemias recurrentes, como ocurrió con numerosas enfermedades infecciosas antes del desarrollo de vacunas". Es el caso de la reaparición del sarampión, allí donde los movimientos antivacunas han proliferado o no se han completado los programas de inmunización.
Contra la "protección enfocada"
En la carta, los especialistas criticaron el concepto de "protección enfocada" que defienden los tres autores de la Declaración De Great Barrington. En primer lugar, porque definir quién es vulnerable es complejo en el caso del coronavirus y, en segundo lugar, porque afirman que "el aislamiento prolongado de grandes franjas de la población es prácticamente imposible y poco ético".
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"La evidencia empírica de muchos países muestra que no es factible restringir los brotes incontrolados a sectores particulares de la sociedad. Este enfoque también corre el riesgo de exacerbar aún más las desigualdades socioeconómicas y las discriminaciones estructurales ya puestas al descubierto por la pandemia", explicaron los científicos.
El director general de la OMS, Tedros Adhanom, se ha sumado a estas advertencias y ha asegurado que la inmunidad de rebaño significa "permitir infecciones, sufrimientos y muertes innecesarias". "Nunca en la historia de la salud pública se ha utilizado la inmunidad colectiva como estrategia para responder a un brote, y mucho menos a una pandemia. Es científica y éticamente cuestionable", afirmó.
Adhanom y los científicos atribuyen las adhesiones a la cuestionada inmunidad de rebaño a "la frustración que suscita a muchas personas, comunidades y Gobiernos el avance de la pandemia".
Medidas contra el coronavirus
La única manera de alcanzar la inmunidad de grupo, insistieron los especialistas, es a través de las vacunas. Hasta que no estén disponibles, lo más efectivo siguen siendo las medidas que suprimen y controlan la transmisión: distanciamiento físico, uso de revestimientos faciales, higiene respiratoria y de manos, evitar las multitudes y los espacios mal ventilados, pruebas rápidas, rastreo de contactos y el aislamiento.
"La evidencia es muy clara: controlar la propagación comunitaria de covid-19 es la mejor manera de proteger nuestras sociedades y economías hasta que lleguen vacunas y terapias seguras y eficaces en los próximos meses. No podemos permitirnos distracciones que socaven una respuesta eficaz; es esencial que actuemos con urgencia sobre la base de la evidencia", concluyeron los 80 investigadores.