"Quemacoches" de Godoy Cruz: incendió 13 autos para pagar la prenda de un juego virtual

Fue condenado a tres años en suspenso y a donarles una impresora full color a los Bomberos. La extraña historia de los incendios en serie.

"Quemacoches" de Godoy Cruz: incendió 13 autos para pagar la prenda de un juego virtual

En la madrugada del 31 de julio de este año, dos jóvenes en sus motos recorrían la zona sur de Godoy Cruz, pertrechados de un bidón y una caja de fósforos cada uno. Cada tanto, se detenían frente a un auto estacionado en la vía pública, vaciaban parte del bidón cerca de una de las ruedas, lanzaban un fósforo encendido y escapaban en medio de la noche helada.

Lo hicieron treces veces, hasta que fueron descubiertos. Para huir, decidieron separarse y algunos vecinos y hasta la policía fueron tras uno solo de ellos: Gabriel Cuello, un joven electricista sin antecedentes, de 24 años, que se desempeñaba en changas y eventualmente en el reparto de comidas rápidas. Lo capturaron de inmediato.

El caso cayó en la fiscalía 32 a cargo de Patricia Atur y -después de treinta años en Mendoza- alguien era imputado del delito de "incendio". De nada valieron los esfuerzos del abogado defensor, para pasar la carátula a "daños" (una pena mucho menor), por lo que el acusado de incendiario fue enviado a la cárcel de Boulogne Sur Mer, donde pasó más de un mes.

Trece vehículos fueron incendiados esa noche.

Peritajes

En el estudio de la mente del incendiario se basaron los argumentos de la fiscal para condenar a tres años en suspenso al extraño joven. Las reuniones con especialistas del Cuerpo Médico Forense que tuvo el incendiario no aportaban demasiado: es de hablar poco y al menos en un principio negó saber los motivos del raid incendiario, el por qué quemó 13 vehículos estacionados.

Cuando los especialistas en Informática de la Policía desnudaron su computadora salió a la luz que Cuello era (o es) un asiduo jugador en red del GTA (Grand Theft Auto) una serie de videojuegos que posteriormente pasó a llamarse Rockstar North. En uno de los juegos con contrincantes brasileños perdió y la prenda virtual dentro de ese mundo, consistía en prender fuego catorce vehículos estacionados en la vía pública: en la vida real le faltó uno para pagar su prenda.

Vale traer a colación que en la madrugada de los autos incendiados (aunque la mayoría de ellos fueron alcanzados por las llamas parcialmente), el secuaz de Cuello que se conducía en otra moto nunca fue detenido; y que su compañero nunca lo delató.

En los informes psiquiátricos, otra rareza salió a la luz: el imputado explicó que es hincha fanático de Godoy Cruz y que desde que el fútbol fue suspendido por la pandemia tuvo que dejar de ir. Según él, la imposibilidad de ver en persona o por TV al club de sus amores le provocó una gran angustia y un sentimiento que los especialistas llaman "vacío personal", que a veces puede detonar en un tipo de aburrimiento que lleva al límite de cometer delitos .

Ni su afición por el juego GTA, ni su amor por el Tomba, conmovieron a la fiscal Atur quien se plantó en el delito de incendio, desestimó el de daños y mandó a la cárcel al acusado.

El Código Penal contempla para el daño simple una pena de un mes a un año (lo que lo hace excarcelable si el imputado, como en este caso, no cuenta con antecedentes). Entretanto, el incendio es penado con más severidad: de tres a diez años.

Abreviado

Finalmente, el 4 de septiembre se llegó a un acuerdo mediante un juicio abreviado en el que el imputado reconoció sus hechos ante la fiscal Atur, previo un arreglo con su abogado defensor.

El debate estuvo a cargo de la jueza Julieta Espínola, Cuello fue condenado a tres años de prisión en suspenso pero además deberá llevar a cabo una serie de imposiciones como fijar domicilio en lo de su abuelo, realizar tratamiento psicológico/psiquiátrico para tratar la problemática de los límites, debiendo acreditar su presencia cada quince días. Donar en el plazo de seis meses una impresora con fotocopiadora láser multifunción a color a estrenar al Cuerpo de bomberos de la provincia de Mendoza. Realizar cincuenta horas de trabajo comunitario; concurrir al Tribunal cada vez que sea citado. No cometer nuevos hechos delictivos.

El cómplice de Cuello nunca fue descubierto.

El mismo 4 de septiembre, el incendiario recuperó su libertad. Así, las autoridades y los dueños de autos de esa zona de Godoy Cruz esperan que, entre otras cosas, el Tomba vuelva a jugar cuanto antes.

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