Una a una, éstas fueron las creaciones clásicas que aún hoy no dejan de impactar.
Las siete maravillas del mundo antiguo: ¿Cuáles son y qué pasó con ellas?
Las Siete Maravillas del Mundo Antiguo pueden considerarse logros arquitectónicos asombrosos o maravillas de la imaginación y la ingeniería humana. Estos emblemas fueron la cúspide de la habilidad en ingeniería, arquitectura y belleza artística de la antigüedad.
Entre ellas se encuentran una pirámide, un mausoleo, un templo, dos estatuas, un faro y un jardín, entre otros.
La última en completarse, el Coloso de Rodas, se mantuvo en pie durante menos de 60 años y una de ellas, los Jardines Colgantes de Babilonia, posiblemente nunca existió y la mayoría desapareció demasiado pronto.
Las Maravillas continúan capturando la imaginación. Además, sentaron las bases de lo que los humanos podían lograr en aquel entonces.
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¿Quién decidió qué constituía una 'Maravilla'?
Cuando los viajeros griegos exploraron otras civilizaciones, como las egipcias, persas y babilonias, recopilaron las primeras guías de las cosas más notables para ver, pensadas como recomendaciones para futuros turistas, razón por la cual las Siete Maravillas se encuentran por todo el borde del Mediterráneo.
¿Por qué solo hay siete maravillas?
Las Siete Maravillas que conocemos hoy son una amalgama de todas las diferentes listas de la antigüedad.
Los griegos eligieron este número porque creían que tenía un significado espiritual y representaban la perfección, quizás porque era la suma de los cinco planetas conocidos en ese momento, más el Sol y la Luna.
1. La gran pirámide de Giza
Mientras que las otras seis desaparecieron hace siglos, la Gran Pirámide de Giza sigue erguida en el norte de Egipto.
Fue construida en circa 2500 a.C. como la tumba del faraón Keops de la IV dinastía, es la más grande de las tres pirámides de Giza.
Su altura original de 146,5 metros la convirtió en la pirámide con la estructura más alta del mundo hecha por humanos hasta que la catedral de Lincoln la eclipsó en el siglo XIV.
Con los años, la capa exterior de piedra caliza se ha erosionado, reduciendo casi ocho metros de altura, pero la pirámide sigue siendo una de las vistas más extraordinarias del planeta.
Estimaciones recientes sugieren que se necesitaron alrededor de 14 años para transportar y colocar los 2,3 millones de bloques de piedra.
2. Mausoleo de Halicarnaso
A lo largo de su vida, Mausolo construyó una capital para él y su esposa Artemisia en Halicarnaso (en la costa occidental de la actual Turquía), sin escatimar en gastos para llenarla con estatuas y templos de mármol. Un lujo similar quiso para su descanso eterno después de su muerte en el 353 a.C.
De esta manera, la construcción de su extravagante tumba fue hecha de mármol blanco, la estructura se asentaba sobre una colina. Había sido diseñada por los arquitectos griegos Sátiro de Paros y Piteo y contaba con tres niveles, combinando los estilos arquitectónicos licio, griego y egipcio.
El más bajo tenía alrededor de 20 metros de altura, formando una base de escalones que conducían al segundo nivel, rodeado por 36 columnas. El techo tenía la forma de una pirámide, con una escultura de un carro de cuatro caballos en la parte superior que elevaba la altura de la tumba a unos 41 metros.
Cuatro de los artistas más famosos de Grecia crearon otras esculturas y frisos para rodear la tumba, cada uno decorando un solo lado.
Es posible que la tumba haya sido destruida por terremotos en la época medieval, pero una parte de ella sobrevivió.
Tal era el esplendor del lugar de descanso final de Mausolo que de su nombre se deriva la palabra "mausoleo".
3. Estatua de Zeus
El dios principal de los antiguos griegos, Zeus, tuvo una estatua gigante de él en un santuario en la antigua Grecia, el sitio de los primeros Juegos Olímpicos.
La obra fue realizada por el escultor Fidias en el Templo de Zeus en Olimpia, hacia el 435 a.C. Zeus se encontraba sentado en un trono hecho de madera de cedro y decorado con oro, marfil, ébano y piedras preciosas.
El dios del trueno sostenía una estatua de Nike, la diosa de la victoria, en su mano derecha extendida y un cetro con un águila en la parte superior izquierda.
Es posible que hayan sido una serie ascendente de jardines en techos, y algunas de las terrazas supuestamente alcanzan una altura de alrededor de 23 metros. Esto daba la impresión de ser una montaña de flores, plantas y hierbas que crecían en el corazón de Babilonia.
Tal era el tamaño de la estatua, casi 12 metros de altura, que apenas cabía dentro del templo. Durante ocho siglos, la gente viajaba a Olimpia solo para ver la estatua.
Aunque sobrevivió al emperador romano Calígula, quien quiso que la llevaran a Roma para que su cabeza pudiera ser reemplazada por su propia imagen, Zeus finalmente se perdió.
Puede haber sucedido con la destrucción del templo en 426 d.C., o quizás la consumieron las llamas después de ser transportada a Constantinopla.
4. Jardines Colgantes de Babilonia
A pesar de la existencia de descripciones detalladas en muchos textos antiguos, tanto griegos como romanos, no hay evidencia concluyente de que existieran.
De haber sido reales, demostraron un nivel de habilidad en ingeniería muy adelantado a su tiempo, ya que mantener un jardín exuberante y vivo en los desiertos de lo que ahora es Irak habría sido una gran hazaña.
Una teoría es que el rey de Babilonia Nabucodonosor II hizo que se crearan los Jardines Colgantes, en el 600 a.C., para su esposa.
La vegetación exótica habría sido regada por medio de un sofisticado sistema de bombas y tuberías que traía agua del río Éufrates.
Pero, también, se ha postulado que los Jardines Colgantes existieron, pero no en Babilonia y que fueron creación del rey Senaquerib para su palacio en Nínive, a 480 kilómetros al norte y en el río Tigris.
5. El Faro de Alejandría
Navegar hacia el puerto de Alejandría era complicado, debido a las aguas poco profundas y las rocas. Por lo que necesitaban encontrar una solución para el puerto mediterráneo y llegó en la forma de una torre de señalización luminosa elevada en la isla cercana de Faro (por eso se llaman faros en español).
El arquitecto griego Sóstrato de Cnido fue el encargado de construirlo y le tomó más de una década terminarlo. Se cree que el faro tenía una altura un poco menos de 140 metros, lo que lo convierte en la segunda estructura más alta hecha por humanos de la antigüedad después de la Gran Pirámide de Giza.
La torre se dividía en una base cuadrada, una sección media octogonal y una sección superior cilíndrica, todas conectadas por una rampa en espiral para que se pudiera encender una hoguera en la parte superior, que supuestamente era visible a 30 millas de distancia.
Su diseño se convirtió en el modelo de todos los faros desde entonces y como algunas de las otras Siete Maravillas, el faro fue víctima de terremotos y las ruinas se derrumbaron definitivamente en el siglo XV.
6. Templo de Artemisa
El Templo de Artemisa o Artemision fue un templo ubicado en la ciudad de Éfeso, Turquía, dedicado a la diosa Artemisa, denominada Diana por los romanos.
Tuvo una existencia difícil, tanto que en realidad hubo varios templos, construidos uno tras otro en Éfeso, la actual Turquía.
La Maravilla fue destruida repetidamente por un incendio del siglo VII a.C., un pirómano llamado Herostratus en 356 a.C. quiso alcanzar la fama al incendiarlo.
Su destrucción final se produjo en el año 401 d.C. y quedaron muy pocos restos; hay unos pocos fragmentos en el Museo Británico.
El templo de mármol blanco tenía una extensión de más de 110x55 metros, con toda su longitud adornada con tallas, estatuas y 127 columnas. En el interior había una estatua de la diosa Artemisa, un lugar de homenaje para los numerosos visitantes de Éfeso, que dejaban ofrendas a sus pies.
7. Coloso de Rodas
Erigido en 282 a.C., el Coloso de Rodas fue la última Maravilla construida y una de las primeras destruidas. Permaneció en pie durante menos de 60 años, pero eso no lo descalificó de ser considerado una Maravilla.
La imponente estatua del dios sol Helios fue erigida durante 12 años por el escultor Cares de Lindos para celebrar un triunfo militar en un asedio de un año.
La leyenda afirma que la gente de Rodas vendió las herramientas dejadas por su enemigo vencido para ayudar a pagar el Coloso, fundió las armas abandonadas para aprovechar el bronce y hierro en la edificación y usó una torre de asedio como andamio.
Con vistas al puerto, Helios medía 70 codos -unos 32 metros- de altura, y posiblemente sostenía una antorcha o una lanza. Algunas representaciones lo muestran a horcajadas sobre la entrada del puerto, permitiendo que los barcos naveguen entre sus piernas, pero esto hubiera sido imposible con las técnicas de la época.
El Coloso no fue lo suficientemente fuerte para resistir un terremoto en el 226 a.C., y la estatua se hizo trizas. Los ciudadanos de Roda no quisieron reconstruirla pues un oráculo les dijo que habían ofendido a Helios.
Así que los pedazos gigantes de la que había sido una colosal escultura permanecieron en el suelo donde habían caído durante más de 800 años, atrayendo visitantes.
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