Unos 150 mendocinos ya iniciaron sus trámites para aceptar el convite del presidente Luis Lacalle Pou de radicarse, trabajar, investigar y producir en Uruguay. Son alrededor de 15 consultas diarias para definir cómo partir. Un jet privado hace un vuelo semanal trasladando a costas orientales a empresarios.
Hoy en Memo: mendocinos hacen 15 consultas por día para irse a Uruguay
En Mendoza ya 150 personas iniciaron su trámite para irse a vivir a Uruguay y el consulado honorario trabaja "de manera inédita, como nunca antes" -según le contó el cónsul Homero Pineda a Memo- atendiendo un promedio de 15 consultas por día sobre cómo hay que hacer para radicarse en aquel país.
Hasta ahora, había solo una cadena de rumores sobre tal o cual que intentaba irse. Ahora se pudo reconstruir que quienes se han ido y piensan irse de Mendoza son principalmente empresarios consolidados, que tienen recursos y pueden iniciar actividades allá, y emprendedores que presentan -como lo requiere la Cancillería uruguaya- una nota con un proyecto de vida, condición indispensable para ser aceptado como "colono", o el término que sería más adecuado: exiliado económico.
Un avión por semana
Los que se van, ¿cómo lo hacen? Un dato rastreado por Memo da cuenta de que un jet privado ha sistematizado prácticamente sus vuelos hacia las tierras de Artigas. Una vez por semana parte con exploradores de oportunidades o, directamente, con protagonistas concretos del éxodo.
Quiénes se van
Atento a la confidencialidad del trámite, el consulado de Uruguay solo pudo caracterizar a quienes consultan y también, a los que han concretado el desafío de instalarse del otro lado del Río de la Plata: "Son empresarios grandes y también pymes, y destacan emprendedores que manifiestan no han conseguido apoyo para realizar sus proyectos en Argentina y sí han podido establecer un vínculo con el Estado uruguayo o con privados para desarrollar sus iniciativas", dijo Homero Pineda.
Memo supo que algunos grandes empresarios vinculados a la vitivinicultura y a los desarrollos inmobiliarios ya están iniciando su éxodo. En algunos casos, se trata de la apertura de proyectos, adquisición de propiedades y apertura de cuentas, para manejarse en forma dual entre las dos costas, sin irse del todo. El pensamiento sugerido por uno de los que se van, que prefirió el anonimato, es: "Tenemos dónde refugiarnos en caso de que haga falta, pero además, buscamos coherencia y racionalidad para nuestro trabajo y no estar a tiro de alguna ocurrencia del Gobierno de turno". Y lo dijo antes de los nuevos anuncios del Banco Central en torno al súper cepo al dólar.
También hay jóvenes que vendieron sus pertenencias para cruzar el charco. Una pareja de investigadores científicos, inclusive, consiguió un subsidio del gobierno uruguayo, además del permiso para residir, y podrán desarrollar su trabajo tras ser rechazados en Mendoza.
Entre los apellidos que han expresado su voluntad exploradora en tierra oriental, hay algunos más conocidos y no siempre se trata de la persona que es la cabeza de las empresas, sino de familiares que hacen de "avanzada". Se trata de Cartellone, Balbo, Terranova, Innocenti, algunos de los cuales ya acostumbraban visitar aquel país, con punto de residencia veraniega en Punta del Este o con proyectos de inversión que aceleraron ante circunstancias adversas en Argentina.
Un dato fuerte para los argentinos es que antes de ser residentes fiscales en Uruguay deben tener la baja fiscal de la AFIP, que ya advirtió que fiscalizará que la mudanza sea real e incluya el llamado "centro de intereses vitales" de la persona, es decir, que no sea una fachada para tributar menos. "El que se va, se va", parecen decir.
En Uruguay, un informe publicado por La Diaria, dio cuenta del perfil de los que llegan para quedarse. Desde Rica Consultores, que trabaja con clientes argentinos, coincidieron en que "al interés inicial por emigrar de empresarios en general de una edad cercana al retiro, se sumaron profesionales y emprendedores más jóvenes que buscan 'un cambio de estilo de vida'".
La carnada
Los más grandes -según los consultores uruguayos- ponen el foco en las ventajas tributarias que brinda Uruguay, que permiten ahorrarse unos 250.000 dólares de impuestos a un argentino que tenga un patrimonio de 10 millones de dólares en el exterior.
Pero el segundo grupo está compuesto por "gente de 30 o 40 años que quiere armar su vida acá" y que menciona como motivos de salida de Argentina aspectos económicos, la "inestabilidad política" y los problemas de inseguridad.
El presidente de la Cámara Inmobiliaria de Uruguay, Wilder Ananikian, que "se está ampliando el perfil" de los extranjeros interesados en invertir en Uruguay, y situó las consultas en proyectos inmobiliarios de Montevideo, Colonia y Punta del Este. Explicó que el sector privado está alineado con la estrategia del gobierno y viene realizando seminarios web y publicidad en Argentina para "mostrar cómo se hacen negocios en Uruguay, y cuáles son los gastos y los impuestos asociados".
Cómo nació todo
Todo surgió con la invitación del presidente Luis Lacalle Pou a que argentinos con vocación de trabajo e inversión se dirigieran hacia su país. Na pasó un día y ya había consultas en las dependencias consulares para adherir a la convocatoria. Y Mendoza no fue la excepción, aunque comparada con lo que ocurre en Córdoba, aquí es incipiente. En la provincia mediterránea se realizan unas 50 consultas diarias frente a las 15 de aquí.
Así como durante la crisis de 2001 todo el mundo se interesó repentinamente por el árbol genealógico, para conocer si tenía alguna rama cercana con familiares en Europa, de modo de adquirir la nacionalidad e irse en la búsqueda de nuevos horizontes, hoy eso está sucediendo con Uruguay.
Las razones siempre son las mismas: la carencia de oportunidades a la vista en Argentina, pero se le suma un factor nuevo, que tiene que ver con el miedo o la incertidumbre política de parte de personas que no adhieren a las mismas ideas que el gobierno de Los Fernández.
Se puede decir que quienes se van, son opositores al actual gobierno. Funciona una vieja frase: "Me voy del país". En este caso, lejos de resultar una amenaza es una realidad y entre marzo y agosto, Migraciones registró la salida rumbo a Uruguay de unos 80 mil argentinos. Información difundida en Montevideo da cuenta de que solo en Buenos Aires hay unas mil personas esperando autorización para radicarse del otro lado del Río de la Plata.