La incertidumbre y los cambios repentinos en el suministro de ese recurso aumentan las posibilidades de la ilegalidad de su uso. Los detalles.
Estudio afirma que entre el 30% y el 50% del agua en el mundo es "robada"
La escasez de agua en el mundo es un problema que lleva varios años sin aparente solución, cuadro que se ha agravado por las consecuencias del cambio climático. Para colmo, aseguran que la injusta distribución de este precioso recurso hace que entre el 30 y 50% del agua total del mundo sea "robada", es decir, quienes hacen uso de ella no cumplen con las reglas.
Según la ONU, unos 3.000 millones de personas no tienen acceso a redes de distribución y el uso "desproporcionado" del recurso en rubros como la agricultura o la minería agrava el problema. Además, el planeta desecha la tercera parte de los alimentos que produce y eso hace más injusta esta desproporción en el uso que hacemos del agua, tal como indicó Richard Connor, responsable del Informe Mundial de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos a BBC Mundo.
"Es difícil de precisar los porcentajes, pero sabemos que la agricultura es el mayor usuario a nivel mundial. Y encontramos que esa extracción o consumo en muchos casos se realiza sin que exista derecho legítimo", explicó el experto.
Adam Loch, junto a un equipo de investigadores, publicó recientemente un ensayo titulado "Gran robo de agua", publicado en la revista científica Nature. En el trabajo sostienen que la incertidumbre y los cambios repentinos en el suministro de ese recurso aumentan las posibilidades de la ilegalidad de su uso.
"Por ejemplo, los períodos de sequía también pueden alterar las percepciones de las normas, la legitimidad y la equidad de las personas o entidades", explicó.
Loch añade que el fenómeno del robo del agua tiene un margen elevado de subregistro o directamente es minimizado por los estados. Pone el ejemplo de la región andina sudamericana, donde no hay un adecuado control del consumo de los sistemas de riego y que puede ser un uso excesivo para maximizar las ganancias.
Los expertos consultados por BBC Mundo coinciden en que, se trate de robo, explotación o desvío, el uso desproporcional del agua afecta directamente a las poblaciones y tendrá serias consecuencias.
Las regiones más perjudicadas son aquellas que sufren largas sequías o que por condiciones socioeconómicas no tienen garantizados los servicios sanitarios y potables.
"Solo el 10% del agua va para uso doméstico y la inmensa mayoría que va a la agricultura genera poco valor agregado para los productos internos brutos de los países", indicó Connor.
El experto añade que, si bien no hay productividad económica significativa en la distribución del recurso a los hogares, sí se generan beneficios sociales en diferentes áreas como la salud. "Si la gente crece con acceso a agua potable, claro que repercute en menores costos futuros para los sistemas de salud", afirma.