Los expertos en salud dicen que vapear puede aumentar el riesgo de desarrollar complicaciones por COVID-19 y propagar el virus.
Crece el temor por la relación entre el vapeo y el coronavirus
El uso de los cigarrillos electrónicos comienza a preocupar a los especialistas en relación a la pandemia de coronavirus. Si bien la investigación sobre los efectos a largo plazo en la salud del vapeo aún es limitada, los expertos alertan que vapear no solo aumentará el riesgo de desarrollar complicaciones por el coronavirus, sino que aumentaría las posibilidades de contagio también.
"Está demostrado que la mayoría de los productos químicos que tienen los vapeadores producen una irritación a lo largo de la vía respiratoria, alta y baja. La última produce una alteración e irritación del sistema de defensa y una activación del sistema macrofágico. Además, aumenta la expresión de ciertos receptores que son a los cuales se ha demostrado que el virus se une. Si el vapeo favorece la expresión de esos receptores y a la misma vez altera el sistema de defensa a nivel pulmonar predispone a que los cuadros sean más graves", advirtió Francisco Toscano, médico cardiólogo, miembro de la Fundación Cardiológica Argentina en diálogo con Infobae.
En sintonía con estos aportes, diversos expertos han advertido que lo más probable es que el coronavirus saque provecho de los pulmones dañados de la gente que fuma y vapea. Además, este acto, parece mejorar la capacidad del virus de propagarse de una persona a otra, infiltrarse en los pulmones y desencadenar algunos de los peores síntomas del COVID-19.
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Además, el acto de vapear por sí mismo presenta un riesgo importante en términos de contraer el virus. Las personas colocan el dispositivo en las manos y luego se lo llevan repetidamente a la boca, que es exactamente lo que los especialistas han instado a evitar.
Una vez que la infección llega a la nariz o la garganta, comienza a avanzar lentamente hacia el tracto respiratorio, provocando inflamación en el camino. Pero, para superar la infección rápidamente, los pulmones deben estar en excelente forma.
Una historia que pone en alerta
En relación a estos aportes trascendió la historia Janan Moein, de 20 años, un joven que vive en El Cajón, California, y que utilizaba frecuentemente uno de estos dispositivos. A fines de diciembre quedó internado en el Hospital Sharp Grossmont de San Diego con un pulmón colapsado y el diagnóstico de una enfermedad pulmonar relacionada con el vapeo. En su paso por el hospital, cayó en un coma inducido médicamente, el cual lo obligó a estar conectado a un respirador y le restó casi 23 kilogramos a su complexión de 1,85 metros en tan solo dos semanas.
Según Moein, en cierto momento, sus doctores le dieron un cinco por ciento de probabilidad de sobrevivir.
Luego contrajo un caso leve de COVID-19 durante un asado familiar hace tres meses, y en ese momento el joven comentó: "Si me hubiera dado COVID-19 la semana anterior a cuando me enfermé de manera grave, probablemente habría muerto".
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