Se conoció el primer caso confirmado de reinfección por SARS-CoV-2. El caso implicaría que nuestro sistema inmune puede responder favorablemente
La reinfección por coronavirus, qué se sabe sobre el tema
El reporte, aún sin publicar, del primer caso de una persona recuperada de COVID-19 que se reinfectó con una variante del nuevo coronavirus está lejos de significar que los avances para enfrentar la pandemia estén perdidos, pero también que podría ser necesario replantear los estudios sobre las vacunas.
De acuerdo con los estudios que reportaron el caso y la revisión de parte de la comunidad científica, el caso, de confirmarse, demostraría cómo el sistema inmune puede reaccionar y favorecer consecuencias menores. También podría evidenciar que viviremos con el SARS-CoV-2 de forma permanente como lo hacemos con otros coronavirus que nos afectan regularmente y que la famosa inmunidad de grupo que algunos esperan llegue en forma natural es muy poco probable.
Aun así, el caso podría generar una alarma innecesaria debido a la forma en la que ha sido difundido en algunos medios periodísticos, en los que se destaca la reinfección, pero se omiten detalles que es importante saber antes de que creamos que ahora sí... ya todo está perdido. De hecho, el paciente detectado fue asintomático en este segundo encuentro que tuvo con el virus SARS-CoV-2, luego de haber manifestado síntomas no graves en la primera ocasión. Y ese es un dato nada despreciable.
Sí, se reinfectó, pero no se enfermó otra vez
Entre los detalles más importantes que revela este caso están la posibilidad ya confirmada de infectarse con el virus del SARS-CoV-2 por segunda ocasión, que la persona resultó asintomática y que se trata de un virus con características genéticas distintas a las del patógeno que lo afectó la primera vez. Esto representa principalmente que deberemos acostumbrarnos a convivir con este nuevo coronavirus como lo hacemos con otros que forman parte del entorno natural.
De acuerdo con el documento científico del caso, recientemente aceptado para su publicación en Clinical Infectious Diseases, se trata de un varón de 33 años, residente de Hong Kong y que fue diagnosticado positivo con pruebas de laboratorio para SARS-CoV-2 el 26 de marzo de este 2020. Durante su primer encuentro con el patógeno desarrolló los siguientes síntomas: tos y flemas, dolor de garganta, fiebre y dolor de cabeza durante tres días. Es decir, le fue bastante leve. Se le dio el alta el 14 de abril después de dos pruebas, con diferencia de 24 horas entre una y otra, a las cuales resultó negativo.
Meses después, en agosto de este mismo 2020, esta persona viajó a España -donde existe un rebrote del virus- y a su regreso a Hong Kong, con escala en Reino Unido, resulta positivo a prueba de laboratorio con el nuevo coronavirus, el día 15 de ese mes. El paciente fue hospitalizado y monitoreado. Con base en los resultados de la evaluación a sus condiciones físicas se le consideró asintomático, lo cual significa que si bien estaba infectado nunca llegó a padecer la enfermedad como tal de nuevo.
Fue SARS-CoV-2... pero no exactamente el mismo
Además, con un análisis genético de los patógenos encontrados en la primera y segunda ocasión de su contacto con el virus, se identificó que estos corresponden a dos líneas diferentes de patógeno. La primera variante que lo afectó corresponde a un genoma relacionado con tipos identificados en pacientes de Estados Unidos o Inglaterra, recolectados entre marzo y abril de este 2020, mientras que la segunda, está relacionada con muestras halladas en Suiza e Inglaterra.
Esta diferencia genética le dio evidencias al grupo de investigación para señalar que se trata de una reinfección y no de un caso de permanencia prolongada de restos del virus en el organismo de la persona, como ha ocurrido en otros casos documentados. De hecho, en este segundo contacto, se trata de una infección aguda, es decir, de alta carga viral.
¿Entonces qué? Pues que la confirmación de este caso tiene varias "implicaciones importantes":
Es poco probable que la inmunidad de grupo (o de rebaño) pueda eliminar el SARS-CoV-2, pero es posible que las reinfecciones subsecuentes en cualquier paciente recuperado puedan ser más ligeras o menos graves que la primera infección para cualquiera.La COVID-19 seguirá circulando entre la población humana como en los casos de cualquier otro coronavirus, verbigracia los que provocan la gripe común y de los cuales nos infectamos una y otra vez.Las vacunas podrían ser poco útiles para proveer protección de por vida contra la enfermedad y por ello, los estudios sobre las mismas deberán incluir pacientes recuperados de COVID-19.
Que no cunda el pánico
Para la investigadora de la Escuela de Medicina de Yale, Akiko Iwasaki, el caso "no deba causar alarma" porque se trata de "un ejemplo de libro de texto sobre cómo funciona el sistema inmune" y el cual analiza a través de su cuenta de Twitter:
La segunda infección es asintomática. Mientras que el sistema inmune no fue suficiente para bloquear la reinfección, protegió a la persona de desarrollar la enfermedad.El paciente no tenía anticuerpos detectables al momento de la reinfección, pero los desarrolló después. Esto es alentador.En tanto que la reinfección puede ocurrir, puede ser improbable que la inmunidad de grupo ante la infección (por el nuevo coronavirus) pueda eliminar el SARS-CoV-2. La única forma segura y efectiva de alcanzar la inmunidad de grupo es a través de la vacunación.Mientras que este es un ejemplo de cómo una infección previa puede prevenir enfermarse en una segunda infección, se requieren más estudios para entender el rango de resultados de la reinfección.