Franco Moreyra murió de dos tiros en manos de la víctima de su robo. Era parte de la facción más violenta del Cervecero y había salido de prisión gracias a la pandemia.
La barra de Quilmes despidió al ladrón asesinado a tiros por el jubilado
Una caravana de barras del club Quilmes se dio cita en el Estadio Centenario sin respetar los protocolos básicos de prevención sanitaria en contexto de pandemia, para despedir a Franco "Piolo" Moreyra, el delincuente de 26 años que fue asesinado por la víctima del robo que intentó cometer.
El reo fallecido conformaba la parte más extrema de la hinchada cervecera. Había recupero su libertad a principios de abril a causa del coronavirus hasta que fue asesinado de dos tiros por Jorge Ríos, un jubilado de 71 años a quien torturó e intentó asaltar junto con otros tres cómplices.
Justamente la Policía detuvo el martes a dos de los ladrones de la banda que intentó cometer el fallido atraco, mientras que este miércoles a la madrugada se entregó Martín Ariel Salto, de 27 años, en la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de Quilmes, donde quedó a disposición del fiscal de la causa.
Cuatro delincuentes ingresaron el pasado viernes cerca de las 5 de la mañana al domicilio de Ríos. Entre todos golpearon y torturaron al jubilado para perpretar el robo, pero el hombre de 71 años logró hacerse de un arma y los persuadió.
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Moreyra saltó de un primer piso y al caer sufrió una severa lesión en su tobillo, lo que le impidió concretar la huida como el resto de la banda. Ríos lo interceptó en la calle y sobre el cordón le disparó dos veces.
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Según la autopsia, un tiro ingresó por la zona del tórax y quedó alojado en el hombro. En tanto el segundo disparo fue en el abdomen, comprometiendo la arteria aorta. Moreyra falleció producto de una hemorragia interna provocada por esa herida de bala.
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Ríos quedó arrestado y cumplirá prisión domiciliaria ya que por ahora la fiscalía entiende alevosía en su legítima defensa. Por lo pronto, el entorno del jubilado aseguró que venderá la casa y se irá del barrio porque, si bien tienen custodio policial las 24 horas, han recibido muchas amenazas de los familiares del delincuente abatido.