La cuarentena se flexibilizó con los paseos de esparcimiento. Aparecieron casos, y dos intendentes retrocedieron. El comportamiento laxo. La mitad de la población anda por la calle. El peligro de dar marcha atrás.
Hoy más que nunca, cuidarse del virus
El gobierno de Mendoza tomó nota. A pesar del por ahora éxito sanitario de la cuarentena, los funcionarios tienen bien en claro que el comportamiento de los ciudadanos no es el más obediente. Destacamos el término, porque es el que usó una de las fuentes consultadas en el entorno de Rodolfo Suarez.
El sábado, el presidente Alberto Fernández prorrogó la cuarentena hasta el 10 de Mayo. Permitió los "paseos de esparcimiento", y les dio a los gobernadores la potestad de decidir la flexibilidad bajo una serie de condiciones bien estrictas.
Así, Rodolfo Suarez y sus ministros, y los intendentes, decidieron mantener la cuarentena tal cual en el Gran Mendoza, permitir la actividad comercial en el Valle de Uco, el Sur, el Este y Lavalle, con protocolos sanitarios bien rígidos y habilitar los pases por número de DNI en toda la provincia. También ordenó que las compras de supermercados, ferreterías, negocios de cercanía; se hicieran los mismos días en que se puede salir a "tomar aire". Lo hicieron así, para evitar que circule más de la mitad de la gente en la calle. Esa limitación la impuso el Presidente, por DNU. Sin embargo, el decreto provincial que determinó la forma en que se cumpliría en la provincia la cuarentena "focalizada" incluye una omisión estratégica: no dice si las personas exceptuadas de cumplir el aislamiento, tales como personal de salud, seguridad, medios, periodistas, todos servicios esenciales; pueden ir de compras cualquier día. "Lo hicimos así, porque si escribimos que las personas exceptuadas pueden ir a comprar o cargar combustible cuando quieran, tenemos un millón de personas en la calle usando su excepción. Preferimos que ante la duda, vayan los días que corresponde. Incluso los médicos y enfermeros" dijo una fuente del gobierno.
En el foro de los lectores del diario, en nuestra página de Facebook, tanto como en los mensajes que llegan a nuestro programa "Te Digo Lo Que Pienso", por Radio Nihuil, los relatos de "cuarentena flexible" abundan. Hay "micro desobediencias", que la gente comete pensando en que no hacen daño a nadie. Este comportamiento es horizontal, por distintas razones. Gente que sale sin barbijo, o que se para a charlar con los vecinos, o que se meten de a tres en dos metros cuadrados de un negocio de barrio, que andan por la calle con el tapabocas por el cuello porque van fumando... Hay de todo. Y están los que rompieron la cuarentena porque necesitan trabajar y comer todos los días, para subsistir. Pequeños comercios y tiendas de barrio, peluqueros, regalerías, trabajan de forma clandestina. También floristas, barredores de veredas, vendedores diversos. Hay ambulantes en las esquinas de la Costanera vendiendo barbijos, vendedores de bolsas de residuos en los barrios, y hasta misiones evangelizadoras que tocan el timbre como si no estuviésemos en cuarentena.
La pandemia en la Argentina está madurando. Desde el primer fallecido al número 100 pasaron 38 días. En 14 días más, se llegó a 200 muertos. Este jueves, se detectaron casos por decenas en la Villa 31 de Buenos Aires y en otro asentamiento aledaño. Controlar el virus se vuelve complicado en donde hay circulación social.
En nuestra provincia, después de ocho días sin casos tuvimos justamente ocho en pocas horas. Esta semana se conocieron dos casos en Tunuyan y hay varios sospechosos, con nexos epidemiológicos extendidos. Si alguno diese positivo, dejaría un tendal de posibles contagios. Extraoficialmente, se informó que las 33 comprobaciones que se hicieron relacionadas a estos casos, habrían dado negativo de Covid-19.
Tunuyán y San Carlos son dos de los departamentos en los que habían abierto los negocios, con protocolos sanitarios. Los intendentes volvieron a cerrar sus ciudades y "resetearon" la cuarentena dura a las condiciones del 20 de marzo.
En paralelo, el comercio, las empresas, y la industria de Mendoza están en un grado de desesperación de categoría "desastre". No van a poder pagar los sueldos de abril y mayo, en su mayoría.
Entonces, ahora es momento de cuidarse al máximo. De olvidarse de las "micro desobediencias", porque esto no aguanta. ¿Cuánto tiempo más puede estar la economía local sin trabajar, sin producir para pagar salarios, proveedores, impuestos, y créditos?
No podemos retroceder en lo que se ha conseguido, que es mantener el virus por debajo de lo que ocurre en otras provincias, o en el mundo. Donde su alto poder de infección generó decenas de miles de muertos.
Más que nunca, hoy hay que cumplir. Con el aislamiento, con la distancia social, con avisar si tenés síntomas, con salir sólo lo necesario, con proveerte de lo que necesitás en los días en que lo tenés permitido. Está claro que hemos cedido libertad por un bien mayor que es la vida. No lo arruinemos, porque volver a endurecer la cuarentena tendrá un saldo económico tremendo, con miles de desocupados y nuevos empobrecidos. Y un futuro incierto y angustiante, tanto como contagiarse de coronavirus.