"Toman medidas absurdas", expresó el presidente de Brasil sobre diversas decisiones de gobernador para evitar la propagación del coronavirus.
Bolsonaro criticó la recomendación de suspender misas y cultos
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, criticó la recomendación de algunos estados de suspender las misas y los cultos evangélicos y cerrar los centros comerciales para frenar el avance del coronavirus. "Para satisfacer a sus electores toman medidas absurdas, cerrando centros comerciales. Algunos quieren cerrar iglesia, el último refugio de las personas", señaló sin citar nombres.
Sus declaraciones fueron una crítica velada a los gobernadores de Sao Paulo, Joao Doria, y el de Río de Janeiro, Wilson Witzel, adversarios políticos y quienes en los últimos días han tomado diversas medidas para controlar la pandemia en Brasil.
Witzel pidió prohibir el transporte de pasajeros desde Río a otros estados por vía terrestre y área, mientras que Doria, a quien Bolsonaro calificó de "enemigo", recomendó el cierre de centros comerciales en el estado más poblado de Brasil y la celebración de cultos y misas sin público.
Bolsonaro, católico de formación pero fue bautizado en 2016 como evangélico en el Río Jordán, recalcó que deben de ser los padres o pastores quienes decidan cómo proceder durante las misas y los cultos y evitar aglomeraciones. "El gobernador no puede decir que no puede tener más culto o misa", recalcó.
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El jefe de Estado insistió en que no quiere generara "histeria" y "pánico" y recordó que su misión será "estar al lado del pueblo", al justificar su presencia en la manifestación organizada el pasado domingo a favor de su Gobierno y contra el Congreso, por las que ha sido duramente criticado.
"Yo me hice una prueba (de coronavirus) y dio negativa, no contaminé a nadie. Tengo que estar al lado del pueblo brasileño", señaló Bolsonaro. Brasil contabilizó este viernes 11 muertes y 904 casos confirmados de coronavirus, lo que supone un 45% más de casos que el jueves.
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Pese al incremento de fallecidos y casos en el país más poblado de Suramérica, Bolsonaro, quien días atrás llegó a calificar la crisis sanitaria de "histeria colectiva", minimizó de nuevo la pandemia y se refirió al coronavirus como una "pequeña gripe".
"Después de la cuchillada, no va a ser una pequeña gripe la que me derribe", afirmó Bolsonaro, al recordar el atentado que sufrió durante la campaña electoral que le llevó al poder, consignó la agencia EFE.