Estamos acostumbrados a que nos muevan el piso, pero no a un microenemigo como el coronavirus que nos acecha. Un recorrido desde hace 11 días cuando actuó Fito Paez en el Teatro Griego.
Mendoza se pregunta cómo será la batalla propia contra el virus
Faltan 3 casos de contagio de coronavirus para llegar al centenar en la Argentina. Ahora en el país son 97 las personas con coronavirus, tres víctimas (la última se conoció anoche) y tres personas que fueron dadas de alta. Ayer miércoles confirmaron 19 nuevos casos.
En Mendoza hay 15 casos sospechosos y crece la incertidumbre porque se espera que de un momento a otro, se conozca el primer o los primeros casos confirmados. Hay una duda que se expande entre quienes sólo por cuestiones de trabajo caminan las calles semidesiertas ¿Qué pudo haber pasado con todos los turistas que llegaron para la Vendimia?
Ayer recordaba la segunda noche de Vendimia en el Teatro Griego donde llegamos para ver y escuchar a Fito Paez. Recordé junto con otros periodista que estuvimos allí que nos reunimos más de 22 mil personas y uno de los conductores, Luis Serrano, para sostener el espíritu celebrante, buscaba a turistas extranjeros entre la multitud e identificó a mucha gente de distintos países europeos.
Ese momento, aquel hecho festivo, ocurrió hace once días y aquí estamos con 15 casos sospechosos. El más comprometido se encuentra el Hospital El Carmen. Es una mujer que viajó a Chile, estuvo en contacto con una persona infectada y al regresar nunca hizo el aislamiento.
En nuestro territorio provincial se acentuaron las medidas restrictivas ayer y esa tendencia se mantendrá. Habíamos dicho el martes 17, que nuestras vidas se han ido aquietando al compás de las decisiones que ha ido tomando el gobernador Rodolfo Suarez.
Pero a la par se siente cada vez más el contraste entre la aparición de nuevos casos en otros distritos (ayer 19) con Mendoza donde no se ha registrado ninguna confirmación de los sospechosos. ¿Se entiende? No parece posible que aún no haya contagiados entre nosotros.
Se entiende y se infiere que si hay alguna explicación hay que buscarla en la demora que tienen los resultados de los análisis que se concentran actualmente en el Instituto Malbrant en CABA.
Por eso ayer, miércoles 18, le preguntamos al ministro de Gobierno Víctor Ibañez qué ocurrirá cuando aparezca el primer caso confirmado. El funcionario ensayó una respuesta forzada. Dijo que ese momento, si llega, se aplicarán la medidas que establecen los protocolos diseñados a partir de otras experiencias en países donde circula el coronavirus. E inmediatamente retomó el discurso oficial, aquel que reza: "hagamos todo lo posible para que el primer caso no ocurra".
Hoy jueves 19, a las 6,37 estoy terminando esta crónica. Dentro de 11 horas aproximadamente, se aguarda alguna determinación nacional importante por parte del presidente Alberto Fernández en la Residencia de Olivos cuando se reúna con la mayoría de los gobernadores de las provincias. Nuestro mandatario no asistirá porque si lo hace al regreso debería recluirse por dos semanas como el mismo definió en un decreto, por eso se espera que haya video conferencia desde CABA a Mendoza.
Lo que se espera es la imposición presidencial de la cuarentena total en todo el país. Es decir la prioridad es recluirse en las casas y solo salir por necesidades básicas.
En Argentina la mayoría de los casos son importados. Se detecta transmisión local en contactos estrechos, sin evidencia de transmisión comunitaria. Como el hombre que murió después de estar en contacto con una persona de origen francés. El cuerpo de 64 años de la tercer víctima del virus no aguanto el ataque porque ya padecía enfermedades de base como diabetes e hipertensión arterial.
Mañana 20 de marzo, en Mendoza se conmemora el Día de Conciencia Sísimica. Conocido como "el día del terremoto" para recordar el gran sismo de 1861 que destruyó el primer emplazamiento de la ciudad y produjo calamidades sanitarias durante una década.
Hoy estamos ante una catástrofe global desconocida para nosotros. Hemos machacado durante años en tener conciencia sísmica, pero ahora debemos prepararnos para una inmensa ola biológica que nos amenaza. Y esta vez no debemos ponernos a salvo de que se nos derrumbe nuestras casas por un terremoto, sino al contrario, debemos encerrarnos porque el microbio maldito puede estar merodeando afuera y lo portan, quizá sin saberlo, personas como nosotros.
Por eso elijo decir: Cada uno en nuestras casas, pero unidos por el propósito solidario de que el "bicho" no circule y muera solo. Y así evitaremos que nos mate.