Las fuertes tormentas exponen las conexiones ilegales, la antigüedad de la red y falta de inversión, que aumentan hasta cinco veces los reclamos.
Hasta 1.500 denuncias por día a Aysam, por pérdidas de agua
Es habitual que usuarios de Aysam pasen a veces semanas esperando y luego de reiterados llamados, que la empresa de aguas de la provincia resuelva una denuncia por pérdidas, cañerías rotas, o efluvios cloacales. Mendoza vive en crisis hídrica, pero la mitad del agua que se entrega a la red se pierde especialmente por problemas en la red de distribución, además del mal y excesivo uso que le damos. ¿Por qué ocurre esto? ¿Roturas todos los días, demoras en resolverlas?
Desde Agua y Saneamiento Mendoza (Aysam) manifestaron que la situación es "tremendamente crítica". Basta revisar las redes sociales para notar la inmensa cantidad de reclamos y denuncias por pérdidas y roturas de caños. Si hay tormentas, la situación empeora y deja expuestos problemas acumulados durante años.
La red completa de agua y de cloacas de Mendoza tiene aproximadamente 8 mil kilómetros, lo equivalente a cuatro viajes ida y vuelta desde Mendoza a la Ciudad de Buenos Aires. De esos 8 mil kilómetros, el 50% de la red ya cumplió su vida útil y ante tormentas fuertes presenta altas probabilidades de roturas.
En un "día normal", Aysam recibe 300 reclamos. Después de las tormentas los reclamos son cinco veces más y van desde los 1.000 a los 1.500 reclamos. Un número alarmante que deja en evidencia los tres inconvenientes más importantes que se conjugan entre sí: las conexiones ilegales, la antigüedad de la red y la falta de inversión en los últimos años.
El primer inconveniente está ligado a las conexiones hogareñas: muchos desagües pluviales de las casas están conectados a las cloacas, situación que está totalmente prohibida. Cuando hay tormenta, el agua de lluvia se mete en las cloacas y en muchos lugares ocasiones que los caños se rompan.
La vejez de la red es un problema mayor. Que el 50% de la red ya haya pasado su vida útil razonable se traduce que tienen 30 años para brindar servicios óptimos y existen algunas con cerca de 50 años. Por ejemplo, el colector cloacal que se rompió en San Juan y Brasil de Ciudad.
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En la red de agua, cuando hay una tormenta muy grande en Alta Montaña, trae muchos sólidos y a veces hay que parar las plantas potabilizadoras hasta que esos sólidos "decanten" un poco. Pero, cuando vuelve a entrar en funcionamiento la red, a los caños le entra un poco de aire que después puede generar roturas.
"Los días después de una tormenta hay 1.000, 1.500 reclamos, con problemas que tienen distinta dimensión. Una cosa es arreglar una pequeña pérdida y otra lo que ha pasado en San Juan y Brasil. Esto hace que las reparaciones tengan distinto tiempo. Las tormentas nos sacan mucho de la normalidad, además que en momentos normales tenemos demora porque hay una red antigua", detalló Alejandro Gallego, presidente de Aysam.
El tercer punto es la inversión que, según Gallego, la gestión de Alfredo Cornejo invirtió 2.000 millones de pesos en todo el sistema de saneamiento pero "todas las gestiones anteriores invirtieron casi nada. Llevamos 20 años o más sin invertir en el sistema. El sistema ha llegado a un nivel de colapso por la falta de inversión".
Para que el sistema actual no empeore, estiman que se deben invertir 10 millones de dólares al año. Para que mejore se habla de números mayores. "Los años de desinversión no se pueden resolver de un año para el otro. Tenemos que invertir más que 10 millones de dólares para ir yendo a un sistema cada vez mejor. La solución no se trata de mejorar los reclamos, se trata de invertir", expresó.