La muerte del fiscal y su posterior investigación. Las sospechas, la guerra de pericias. Y una completa cronología.
5 años: todos los misterios tras la muerte de Nisman
Pocas muertes han sacudido al país y tensado tanto la grieta en estos años como la del fiscal Natalio Alberto Nisman. Suicidio para algunos, asesinato para otros, homicidio para la justicia federal, hasta aquí. Posiciones irreconciliables. Hoy se cumplen cinco años de la muerte del fiscal. Y aunque para la Justicia se trató de un homicidio, de acuerdo al último fallo del 1 de junio de 2018 de la Cámara Federal, no se sabe aún quiénes ordenaron el crimen, en caso de que lo haya sido, ni el móvil, ni quiénes lo ejecutaron. No hay que extrañarse tanto. En la Argentina la impunidad no es noticia. Que lo digan sino los familiares de las víctimas del atentado a la AMIA, por mencionar un caso que está relacionado íntimamente a la muerte de Nisman.
Los periodistas no debemos escribir en primera persona salvo excepciones muy particulares. Pero siento la obligación de informar que adhiero a la hipótesis del homicidio del fiscal. No tanto por las pruebas en sí -manipuladas- ni por la "guerra de peritos" que dicen unos "suicidio", y otros "homicidio". Sino por la enorme cantidad de circunstancias extrañas, coincidentes en el tiempo, sorprendentes, inexplicables en muchos casos; que rodearon la muerte de Nisman entre aquel sábado 17 y domingo 18 de enero de 2015.
Para empezar, Nisman lucía pleno de energía en esos días, según todos los testimonios de personas que trataron con él antes de su muerte. Es cierto que aparecía más nervioso, inquieto, "sobregirado" incluso en la última entrevista con Edgardo Alfano en TN. Pero estaba contento y repleto de actividad. El sábado 17 de enero hizo de todo, relacionado a su denuncia contra Cristina por el encubrimiento del atentado a la AMIA, y a la presentación que haría el Congreso y que la muerte le impidió concretar. Hasta comió dos horas antes de "matarse" y se preocupó de organizar reuniones y trabajo lunes y martes.
El operativo de "búsqueda" y apertura del departamento que hicieron sus custodios durante 12 horas sería impropio incluso de la serie humorística "El Agente 86". Fueron juntos a todos lados, atravesaron dos veces la CABA buscando a Sara Garfunkel, la madre de Nisman, para el uso de una clave que estuvo bloqueada. Subieron varias veces al departamento, hasta que fueron a buscar a un cerrajero que con herramientas simples, dio medio giro a la llave de una puerta de servicio para poder entrar. Nisman usó para "suicidarse" un arma en supuesto desuso que le pidió a Diego Lagomarsino. Pero la bala que mató a Nisman era marca Federal Classic, de alta velocidad y punta hueca. Se trata de proyectiles especiales para asegurar el máximo daño a la víctima. El colega Héctor Gambini, del diario Clarín, hizo una crónica magistral de todos los desatinos de la custodia.
Los cruces de llamados entre espías ese domingo a la mañana, por decenas, entre el barrio de Lagomarsino, la ex Side, La Plata, sedes de Inteligencia Militar y policial; no tienen explicación aún. Uno de los receptores de esos llamados es Juan Martín Mena, actual viceministro de Justicia de la Nación, de acuerdo a numerosos textos de Gambini. Ese domingo, desde las ocho de la mañana y hasta que apareció el cuerpo de Nisman, los agentes y sus jefes mantuvieron una intensa actividad. En esas llamadas aparecen Stiuso, Fernando Pocino, Juan Martín Mena, y hasta César Milani, el general que manejaba una "inteligencia paralela" que le reportaba a Cristina. Nunca antes estas personas se habían comunicado tanto un domingo a la mañana. No volvieron a hacerlo después. Esto figura en el expediente. ¿Qué acontecimiento estaban esperando? ¿De qué hablaban? ¿Qué sabían? ¿Qué planeaban? Misterio.
La escena fue manipulada. Se borraron huellas de todo tipo, se navegó en determinados sitios con la computadora de Nisman para inducir la hipótesis del suicidio... Es decir, hubo un montaje, y una cantidad muy importante de eventos que hicieron pensar, finalmente, al juez a cargo del caso Julián Ercolini, y a la Cámara Federal, que la muerte del fiscal fue en realidad un crimen. Por supuesto, no es la única idea.
En este trabajo, presentamos una cronología del caso con los hechos más trascendentes, las medidas judiciales más importantes, y los personajes principales.
La grieta
La serie de Netflix sobre Nisman, el espía y la presidenta, y el quinto aniversario de la muerte reflotaron el interés sobre el caso que ahondó la grieta.
Después del crimen, los medios afines al kirchnerismo y la propaganda K montaron usinas de desprestigio a Nisman. Salidas con mujeres, noche, dispendio. Luego, la lupa sobre el fiscal y su familia, buscando derribar la denuncia contra Cristina. Los operativos fueron burdos. Pero en el medio de las andanadas hubo datos certeros que abrieron flancos en la familia de Nisman y la independencia del fiscal: la fortuna en dólares, las cuentas en EEUU, y la extraña relación con Diego Lagomarsino. La militancia, los medios K, los dirigentes y ahora funcionarios, refuerzan la hipótesis del suicidio. Cristina empezó a mostrar ese camino luego de que en 2015 dijera primero "suicidio" y luego "homicidio" con escasos días de diferencia, aún en aquel enero caliente de cinco años atrás. Pero el año pasado en su libro "Sinceramente" reforzó la idea del suicidio del fiscal. El propio presidente Alberto Fernández cambió de parecer. Antes creía en el homicidio, y ahora no. Valiente, Sergio Massa, quien mantuvo su posición original. Para el tigrense, a Nisman lo mataron. La idea de la flamante ministra de Seguridad Sabina Frederic de "revisar" la pericia de Gendarmería que dictaminó el crimen de Nisman, sólo refuerza las sospechas sobre el kirchnerismo. ¿Por qué quieren que el fiscal se haya "suicidado"?
Entonces, cada persona piensa respecto de la muerte de Nisman con su corazoncito ideológico. Una simplificación podría decir que la mayoría del kirchnerismo cree que Nisman se suicidó. Y que quienes votaron a Juntos por el Cambio, y otros opositores, jurarían que Nisman fue asesinado. En el medio, están el rol de los servicios de Inteligencia, en particular de "Jaime" Stiuso, y las dudosas actuaciones de varios fiscales, investigadores, policías, y agentes.
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Cinco años después, hay un procesado con prisión preventiva como partícipe necesario del crimen -Diego Lagomarsino- y custodios procesados que irán a juicio oral por no cumplir su deber de guarda del fiscal, y por encubrimiento. Nisman estuvo más de 12 horas sin vigilancia en una zona que pareció liberada. Es muy difícil pensar en el suicidio, pero por supuesto hay quienes defienden esa hipótesis con absoluto convencimiento.
Pasaron cinco años y todavía somos Nisman, porque hay impunidad. Hoy habrá marchas en todo el país. Por la verdad, la justicia y por la memoria. Valores que parecen imposibles de conseguir en un país que no puede darles paz a sus propios muertos.