Todo se reduce a las pruebas que tenga Estados Unidos contra el general Quds
Las bases legales que "justifican" el ataque de Trump a Irán
Desde que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aceptó haber dado la orden para el ataque que terminó con la vida del general Qassem Soleimani, la pregunta que subyace es si Trump tiene una base legal para justificar esa acción.
En su defensa, Irán citó en concreto al artículo 51 de la Carta de Naciones Unidas, que está dentro del Capítulo VII dedicado a la "acción en caso de amenazas a la paz, quebrantamientos de la paz o actos de agresión".
El artículo 51 que citó en su tuit el ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Javd Zarif, establece: "Ninguna disposición de esta Carta menoscabará el derecho inmanente de legítima defensa, individual o colectiva, en caso de ataque armado contra un Miembro de las Naciones Unidas, hasta tanto que el Consejo de Seguridad haya tomado las medidas necesarias para mantener la paz y la seguridad internacionales".
Los expertos en derecho internacional aseguran que este artículo tiende a ser interpretado de diferentes formas por los gobiernos.
Así, Estados Unidos también considera que el documento de la ONU ampara su decisión de matar al general iraní.
"En el caso de Soleimani, EE.UU. alega que actuó en defensa propia para evitar ataques inminentes, una categoría de acción que, de ser cierta, generalmente se ve como admisible bajo la Carta de Naciones Unidas", señaló a BBC Mundo Dapo Akande, profesor de Derecho Internacional Público en la Universidad de Oxford (Reino Unido) y codirector del Instituto de Ética, Derecho y Conflicto Armado de Oxford.
Agnes Callamard, relatora especial de Naciones Unidas sobre Ejecuciones Extrajudiciales, tuiteó su opinión sobre este punto: "El criterio para la llamada defensa propia anticipatoria es muy estrecho: debe ser una necesidad instantánea, abrumadora y que no deje espacio a la elección de los medios ni momento para la deliberación. Es improbable que este requisito se cumpla en este caso en particular", escribió.
Callamard también dijo que la muerte de otras personas en el bombardeo contra Soleimani fue "absolutamente ilegal".
El primer comunicado del Departamento de Defensa de EE.UU., defendió que el ataque contra Soleimani tenía como objetivo evitar futuras agresiones iraníes y denunció que el comandante iraní estaba desarrollando activamente "planes para atacar a militares y diplomáticos de EE.UU. en Irak y toda la región".
En posteriores comunicados, autoridades estadounidenses -incluido el presidente Trump- dijeron que Soleimani tramaba "ataques inminentes".
Sin embargo, la revelación del primer ministro de Irak, Adil Abdul Mahdi, sobre el motivo por el que el general Soleimani estaba en Bagdad el día de su muerte contradice esa supuesta trama de ataques contra EE.UU: "Se suponía que me iba a encontrar con él la mañana del día que lo mataron. Vino para entregar un mensaje de Irán en respuesta al mensaje que les habíamos entregado de parte de los sauditas", declaró Abdul Mahdi.
El jefe del gobierno iraquí explicó que el encuentro estaba destinado a rebajar tensiones entre Teherán y Arabia Saudita, algo que también era beneficioso para Washington.
La legalidad del ataque mortal contra Soleimani, según el derecho internacional, puede depender de que Estados Unidos aporte pruebas de esas supuestas futuras agresiones, sostiene Akande.
El gobierno de EE.UU. no ha expuesto detalles públicamente, pero dice que ha compartido material de los servicios de inteligencia con figuras clave del Congreso estadounidense.
Ante la pregunta de un periodista el pasado martes sobre las "inminentes amenazas", el secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, mencionó los incidentes previos ocurridos hace unos días en Irak (en referencia a la muerte de un contratista estadounidense en Kirkuk y el ataque contra la embajada de EE.UU. en Bagdad), pero no aportó ninguna prueba de ataques inminentes.
"Desde el 11 de septiembre [de 2001], EE.UU. ha adoptado una postura según la cual se puede alegar defensa propia para evitar ataques a largo plazo; es decir, ataques que se están planeando, aunque no sean inminentes. El gobierno de Obama utilizó ese argumento para justificar ataques con drones", añadió.