Independiente Rivadavia continúa sufriendo miles de problemas cotidianos, pero aún así se las arregla para no trasladarlos a la cancha.
Balance de la Lepra: siempre vivo y dando pelea, pese a todo
Independiente Rivadavia concluye un año donde, una vez más, los problemas institucionales y económicos estuvieron al día en un club intervenido por un fisco y en donde el equipo, con muchísima grandeza y sentido de pertenencia, supo no trasladar esos inconvenientes cotidianos al campo de juego.
Mientras los hinchas brindarán este 31 a la medianoche porque los vaivenes con los que batalla la comisión directiva todos los días comiencen a encaminarse, la Lepra jugó un Reducido por el segundo ascenso en la primera parte del 2019.
Fue en la temporada pasada, que gracias a una campaña irregular con un sprint final impresionante, le permitió al equipo de Gabriel Gómez finalizar octavo en la tabla y meterse en la pelea por llegar a la Superliga. Allí aplastó a Chicago en la primera instancia (global 6 a 3) y fue eliminado por Sarmiento en semifinales, con un global 0-3.
En la segunda mitad, se mantuvo la base con Aracena, Marín (que luego se rompió los ligamentos cruzados) y Úbeda. Perdió peso arriba, pero llegó Gonzalo Klusener cargado de goles. Se fue el entrenador Gómez y llegó Luciano Theiler, envuelto en una escandalosa salida de Guillermo Brown de Puerto Madryn. Si bien el Azul rescató algunos resultados de local, el equipo no convencía y el ciclo del técnico se terminó tras la catastrófica derrota ante Maipú por Copa Mendoza.
Allí llegó de forma interina Matías Minich, que convenció a todos rápidamente y se hizo cargo del elenco definitivamente. Allí, la Lepra encontró regularidad en Mendoza y si bien cerró el semestre sin ninguna victoria de visitante, la imagen terminó siendo positiva pese a no clasificar a la Copa Argentina 2020.
El año que viene vuelve a ser, como siempre, una incertidumbre absoluta para Independiente Rivadavia, que deberá buscar mayor regularidad para salir de la mitad de la tabla y aspirar a pelear más arriba. Todo esto sin su goleador, el ya mencionado Gonzalo Klusener, que se va a Honduras.