No hubo acusación fiscal sobre la ex religiosa.
Absolvieron a una ex monja acusada de abuso que denunció a un cura
Una ex monja acusada de abuso sexual y que fue una de las denunciantes del padre Agustín Rosa por el mismo delito, fue absuelta hoy, en Salta, por no mediar acusación fiscal en el marco del juicio oral y público que desde el 1 de noviembre se desarrollaba en su contra.
El juez Javier Aranibar, que es vocal de la Sala I del Tribunal de Juicio de Salta, absolvió a Valeria Vanesa Zarza, de 46 años, de los delitos de abuso sexual simple continuado y abuso sexual gravemente ultrajante continuado, en concurso real, por los que llegó requerida a juicio, por no mediar acusación fiscal.
En tanto, el juez no hizo lugar a un pedido formulado por la fiscalía en relación a la remisión de las copias de la declaración de un testigo por la posible existencia del delito de falso testimonio.
Por el Ministerio Público intervino el fiscal penal 1 de la Unidad de Delitos contra la Integridad Sexual, Sergio Federico Obeid, mientras que la defensa de la imputada estuvo a cargo de la defensora oficial Marta López.
En sus alegatos, el fiscal solicitó la absolución por el principio de la duda y la defensa de la acusada pidió la absolución lisa y llana.
La imputada era monja de la parroquia de la Santa Cruz, perteneciente al Instituto Religioso Discípulos de Jesús de San Juan Bautista, fundado por el sacerdote Agustín Rosa, que atraviesa un proceso penal también por el delito de abuso sexual.
La ex monja fue denunciada por una joven que actualmente tiene 20 años de edad y que aseguró que los hechos adjudicados a Zarza habían ocurrido cuando ella tenía entre 5 y 9 años, en el ámbito del instituto, donde la madre la dejaba al cuidado de la ex monja.
Antes de la lectura del veredicto, la imputada aceptó decir las últimas palabras y manifestó que "si bien había hablado poco" a lo largo de la audiencia, "todo lo que había dicho era verdad".
Durante su intervención, el representante del Ministerio Público concluyó en que las pruebas reunidas "no alcanzan para mantener una certeza positiva" y, por lo tanto, "en el juicio se mantuvo el estado de la duda".
Por su parte, la defensora pública sostuvo que a lo largo de la audiencia no se colectaron "pruebas objetivas que den por cierto nada de lo que denunció la víctima", por lo que solicitó la absolución lisa y llana de su representada.