Historia confidencial.
Beliz, de "espiado" del kirchnerismo a delegado de Alberto Fernández
El viernes 23 de julio de 2004, Gustavo Beliz tuvo una de las reuniones más tensas de su vida. Su interlocutor era Néstor Kirchner, quien había llegado al poder solo un año antes.
Su reclamo refería a la molestia que le había provocado enterarse que estaba siendo víctima de espionaje por parte del mismo gobierno que lo había convocado para ser ministro de Justicia de la Nación.
"Vos podés sentir que si pinchás teléfonos para tener información sos más poderoso, pero vas a ser esclavo de quien los pincha", le dijo Beliz a un Néstor que no salía de su mutismo. Cristina, entonces senadora de la Nación, fue testigo de lo ocurrido.
Ese fue el principio del fin de su carrera en la política durante el kirchnerismo. Algo similar había vivido en el gobierno de Carlos Menem, cuando fue "carpeteado" por oponerse a la reforma constitucional de 1994 y denunciar hechos de corrupción. En esos días ocupaba el cargo de ministro del Interior.
Diez años más tarde, Beliz estaba reunido con Néstor y Cristina, en ese tenso encuentro, en el cual intentaba advertir al entonces matrimonio presidencial acerca de presuntas maniobras ilegales y corrupción en el marco de las operaciones de Agencia Federal de Inteligencia (ex SIDE). Sus señalamientos tenían nombre y apellido: Antonio Stiuso.
El reclamo le costó caro: horas más tarde era despedido a través de un brevísimo llamado telefónico.
Beliz no se amilanó y, un día después fue presto al programa de Mariano Grondona, Hora clave, donde mostró una foto del mismísimo Stiuso. Ello desató una nueva guerra que culminó en los tribunales Federales de Comodoro Py.
Mientras daba a conocer el rostro del hombre más misterioso de la inteligencia vernácula, Beliz denunciaba que se trataba del personaje con más poder de la Argentina, presumido de extorsionar a jueces y políticos.
Incluso sugirió que la campaña electoral que había llevado a Néstor Kirchner a la presidencia de la Nación se financió con fondos reservados de la AFI.
Ahora, a 15 años de aquel episodio, Beliz ha regresado de la mano de Alberto Fernández, como uno de sus principales delegados en el marco de la transición que ha acordado con el gobierno de Mauricio Macri.
Es como si nunca hubiera existido aquel episodio del año 2004. Como si Beliz jamás hubiera tenido problema alguno con el kirchnerismo.
Es cuando cobra relevancia aquella frase de Karl Marx: "La historia se repite dos veces, la primera en forma de tragedia y la segunda en forma de farsa".
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