Los resultados provisionales de las elecciones presidenciales muestran al actual mandatario y candidato a la reelección, Evo Morales, como ganador pero sin evitar una segunda vuelta.
La incertidumbre por el resultado electoral en Bolivia agita la violencia callejera
La violencia y los choques entre opositores y oficialistas en Bolivia se extendió durante la pasada noche por la incertidumbre generada por la interrupción en la carga de los resultados provisionales de las elecciones presidenciales que, sin embargo, muestran al actual mandatario y candidato a la reelección, Evo Morales, como ganador pero sin evitar una segunda vuelta.
Los incidentes se produjeron en La Paz, frente al hotel donde se realiza el recuento, en Sucre, capital del país, Cochabamba, Tarija, Oruro y otras ciudades.
La sede regional del tribunal electoral en Potosí fue incendiada, mientras que otras en varias regiones sufrieron ataques.
Los detractores de Morales se enfrentaron a la policía y a simpatizantes del partido del presidente, el Movimiento al Socialismo (MAS). Sin embargo, algunos grupos de policías se plegaron a las manifestaciones en la Capital afirmando que no serán cómplices de la "ilegalidad".
La lenta difusión por parte del Tribunal Supremo Electoral (TSE) de un resultado preliminar no oficial, que se interrumpió durante horas y que cuando se reactivó colocó al actual presidente como ganador en primera vuelta por apenas unas décimas, desató las protestas.
Al reiniciarse el conteo, Evo Morales contaba con el 46,85% de los votos frente al 36,74% de Carlos Mesa, con solo once décimas para proclamarlo vencedor sin necesidad de ir al balotaje.
Sin embargo, con el paso de las horas se reactivó la carga de resultados preliminares que cambiaron el escenario y pusieron a Morales en 46,4% de los votos y a Mesa con el 37,07% con el 95,63% de las actas verificadas, según los últimos datos difundidos oficialmente.
De esa manera, los números del Órgano Electoral Plurinacional, del cual depende el TSE, confirmó que habrá balotaje ya que la ley reconoce la victoria de un candidato en primera vuelta sólo si consigue más de 50% de los votos, o con más del 40% y diez puntos de ventaja sobre el segundo.
El ministro de Interior, Carlos Romero, acusó a Mesa de instigar las movilizaciones para llevar al país "a un estado de confrontación".
"El gobierno, con su decisión de burlar de nuevo la voluntad del pueblo, es el único responsable de la violencia que amenaza a Bolivia", respondió en Twitter el candidato opositor, con la advertencia de que "¡No nos rendiremos!", según informó la agencia de noticias EFE.
Fuentes de las Fuerzas Armadas informaron que recibieron un aviso para permanecer alerta ante la situación, sin que se tenga constancia de que haya sido necesaria su intervención.