A diferencia de las jornadas anteriores, este sábado no se están produciendo cortes de rutas ni de vías de trenes.
Tregua en Cataluña: esperan nuevas protestas de jóvenes independentistas
Cataluña amaneció hoy en calma tras la cuarta noche de graves disturbios que tuvieron como epicentro Barcelona al término de una multitudinaria movilización pacífica para exigir la libertad de los líderes secesionistas condenados, aunque la "tregua" puede durar poco ante un nuevo llamado a la protesta de los jóvenes del ala radical del independentismo.
A diferencia de las jornadas anteriores, este sábado no se están produciendo cortes de rutas ni de vías de trenes a lo largo y ancho de Cataluña, a excepción del bloqueo de la Jonquera, en la frontera con Francia, que los manifestantes independentistas lograron mantener hasta casi el mediodía.
En Barcelona, en tanto, la normalidad fue la tónica, ya que no se registraron incidencias en la movilidad, ni servicios como el aeropuerto internacional El Prat de Barcelona, salvo cambios en los recorridos de algunas líneas de colectivos que eluden zonas en las que todavía se trabaja para retirar los escombros y restos que dejó la confrontación entre manifestantes y la policía.
Los disturbios del viernes fueron los más graves desde que el lunes una parte minoritaria del movimiento independentista, con la juventud como protagonista, escaló el conflicto abandonando la resistencia puramente pacífica para enfrentarse con violencia a la policía.
De acuerdo con los últimos datos facilitados hoy por los servicios sanitarios, 182 personas fueron atendidas por heridas en los disturbios, 152 de ellas en Barcelona.
El ministro del Interior español, Fernando Grande Marlaska, se trasladó a Barcelona para visitar a 17 policías hospitalizados -de los 102 heridos- antes de reunirse con el responsable de Interior en Cataluña, Miquel Buch, quien es cuestionado por los manifestantes por la "brutalidad policial".
Ademas, los Mossos d'Esquadra (policía catalana) informaron que 54 personas fueron detenidas en todo el territorio catalán en relación con los altercados violentos del día de ayer.
Entre los detenidos estaba el fotoperiodista del diario El País Albert Garcia, quien fue liberado durante la madrugada, y que había sido apresado en plena calle cuando registraba con su cámara otra detención en la que se empleó una fuerza desmedida, según las imágenes.
En los últimos días se produjo un espiral de violencia debido a que la policía respondió de forma cada vez más dura a los alborotadores que levantaron barricas, quemaron contenedores, y lanzaron piedras y otros objetos peligrosos a los agentes, convirtiendo la ciudad condal en un verdadero campo de batalla.
Además de utilizar peligrosas balas de goma o foam, la policía empleó por primera vez gases lacrimógenos y repelió a los manifestantes con un camión hidrante para abrirse paso entre las barricadas en llamas.
En respuesta a la "represión", el movimiento juvenil Arran, considerados los "cachorros" del partido de izquierda anticapitalista CUP (Candidatura de Unidad Popular) llamaron a una nueva concentración esta tarde a partir de las 18 hora local (13 de Argentina) en plaza Urquinaona, el lugar donde se concentró la violencia la pasada tarde y noche. A la convocatoria se sumaron los CDR (Comités de Defensa de la República), que piden la dimisión del consejero de interior catalán.
El gobierno secesionista catalán y las asociaciones mayoritarias soberanistas siguen llamando a la movilización "pacífica y cívica" para responder a las duras penas de hasta 13 años de cárcel para los líderes del fallido proceso de secesión de 2017, por haber celebrado un referéndum de autodeterminación bajo prohibición.
No obstante, el presidente catalán, Quim Torra, al igual que la presidenta de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), Elisenda Paluzie, también defienden la "desobediencia" y pasos unilaterales como acelerar un nuevo referéndum de autodeterminación, lo que aleja la posibilidad de un acuerdo o diálogo con el Ejecutivo español.
El opositor conservador Partido Popular (PP), los liberales de Ciudadanos y los ultraderechistas de Vox acusan al presidente del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, de "pasividad" frente a "los violentos" que, aseguran, tomaron las calles en Cataluña.
Sin embargo, Sánchez sigue defendiendo una respuesta "moderada" -evitará intervenir el gobierno regional- para "no retroalimentar la violencia", dejando que sean las fuerzas de seguridad las que controles a los alborotadores.