Líderes políticos irán a prisión por "sedición y malversación" y manifestantes cortaron las principales calles. Hubo conflicto con la policía y más de 100 vuelos fueron cancelados.
Protestas e incidentes en Cataluña por condenas a separatistas
El Tribunal Supremo de España condenó este lunes a penas de entre nueve y 13 años de prisión a los máximos líderes políticos y sociales del fallido proceso de secesión catalán de 2017, tras considerarlos culpables de delitos de sedición y malversación de fondos públicos, lo que desató protestas en toda Cataluña.
El ex vicepresidente Oriol Junqueras, el político de mayor rango juzgado -ante la ausencia del ex presidente Carles Puigdemont, que huyó a Bélgica-, es quien recibió la pena máxima de 13 años de cárcel e igual período de inhabilitación, por sedición y malversación, delitos que fueron propuestos por la Abogacía del Estado, que representa al gobierno central.
Otros ocho dirigentes recibieron penas de entre nueve y 12 años, mientras que tres políticos fueron encontrados culpables sólo de un delito de desobediencia, por el que recibieron penas de 10 meses de multa, y un año y ocho meses de inhabilitación y eludieron la cárcel.
Luego de conocerse la sentencia, miles de estudiantes cortaron las principales arterias de Barcelona con pancartas que reclamaban "Libertad para los presos políticos" y hubo protestas pacíficas en la plaza Cataluña y plaza Sant Jaume. Las manifestaciones fueron replicadas en otras ciudades catalanas.
Acción de protesta más contundente tuvo lugar durante la tarde, cuando miles de manifestantes se trasladaron al aeropuerto internacional de El Prat, situada a unos 20 kilómetros del centro de la capital catalana, a raíz de una convocatoria de la plataforma "Tsunami Democrático", que llamó a "tomar" las instalaciones.
Los manifestantes bloquearon accesos a la terminal aérea y provocaron la cancelación de un centenar de vuelos. Esta fue la primera acción de "desobediencia" organizada en respuesta a la histórica sentencia.
La medida de fuerza, que provocó demoras en el acceso al aeropuerto internacional y la cancelación de un centenar de vuelos, forzó intervenciones intermitentes de la policía, que mantenía blindada la terminar.
Al cierre de la jornada, decenas de miles de personas se movilizaron en el centro de Barcelona, donde la policía respondió y hubo incidentes con balas de goma contra un grupo.
La sentencia contra los secesionistas tiene consecuencias políticas y sociales impredecibles a las puertas de la repetición de las elecciones genérales de España, que tendrán lugar el 10 de noviembre.