La trama que podría desatar un juicio político.
Ucrania-gate: ni Trump ni Biden quedan bien parados en el escándalo
La investigación lanzada para iniciar un juicio político contra el presidente de Estados Unidos desnudó el desapego por la diplomacia y potencialmente las leyes de Donald Trump, pero también puso en duda la ética de uno de sus rivales más fuertes para las próximas elecciones, el ex vicepresidente Joe Biden.
Concretamente, la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, lo acusó de bloquear una denuncia de un informante no identificado que el Inspector General de la Comunidad de Inteligencia consideró creíble, y de pedirle al presidente ucraniano, Vladimir Zelenski, en el llamado del último 25 de julio, que intervenga para ayudar en su reelección.
De ser confirmadas estas denuncias, para Pelosi, la primera representa un delito; la segunda, una violación a las responsables constitucionales de la Presidencia, y ambas permitirían justificar su destitución.
La denuncia del informante -presuntamente un empleado público o funcionario- no se hizo pública, pero el diario The Washington Post filtró hace una semana que Trump amenazó con suspender 400 millones de dólares en ayuda a Ucrania si el nuevo gobierno de ese país no investigaba a Biden por un antigua sospecha de conflicto de intereses.
Consciente de que la oposición no tiene los votos para destituirlo con un juicio político y atento a la posibilidad de debilitar la imagen de Biden, la Casa Blanca difundió la transcripción parcial de una llamada telefónica del 25 de julio pasado entre Trump y el entonces flamante presidente de Ucrania, en la que el tema se menciona, aunque no la amenaza.
"Se habla mucho sobre el hijo de Biden, que Biden frenó la investigación y mucha gente quiere saber sobre eso. Asi que cualquier cosa que pueda hacer el fiscal general sería genial. Biden anduvo alardeando que frenó la investigación así que, si podes, averigua...a mi, me suena terrible", le dijo Trump.
La entrega del dinero efectivamente se retrasó durante meses y, finalmente, en septiembre se concretó. Recientemente, Zelenski aseguró que nunca le dijeron por qué tardó en llegar la ayuda.
Trump no desmintió el pedido a su par ucraniano. Por el contrario, dobló la apuesta y propuso públicamente que China también investigue los negocios de la familia Biden en ese país.
Irónicamente Trump acusa a Biden de lo mismo que lo están acusando a él: utilizar fondos autorizados por el Congreso estadounidense como ayuda financiera a otro Estado para obtener un beneficio propio.
El ex fiscal general de Ucrania Viktor Shokin denunció en un medio de ese país que en 2016 lo echaron porque estaba investigando a Burisma, una de las mayores empresas de gas natural locales, que desde hacía dos años tenía en su directorio al hijo de Biden, Hunter.
En febrero de 2014, un movimiento popular de protesta -apoyado por las potencias occidentales- destituyó al gobierno pro ruso y luego ganaron las elecciones fuerzas políticas que iniciaron un acercamiento con EEUU y Europa, y una apertura económica de la mano del FMI.
Una de las principales promesas del flamante gobierno y de las exigencias de sus aliados occidentales fue terminar con la corrupción estructural del país.
En ese contexto, Burisma -una empresa que se nutrió de filiales que crecieron durante los dos períodos que su dueño, Mykola Zlochevsky, fue ministro de Ecología y Recursos Naturales, primero entre 2003 y 2005, y luego entre 2010 y 2012- fue acusada de lavado de dinero y Reino Unido le embargó 23 millones de dólares en activos.
Apenas dos meses después, Burisma anunció que sumaba a su directorio a Hunter Biden y a otras figuras occidentales para que asesoraran sobre "transparencia, gobernabilidad y responsabilidad corporativas, y expansión internacional".
Hasta ahora ni el gobierno ucraniano ni el de Estados Unidos pudieron mostrar evidencia concreta de que el entonces vicepresidente de Barack Obama amenazó con suspender una ayuda de mil millones de dólares a menos que Shokin fuera despedido y, por ende, su supuesta investigación sobre Burisma enterrada.
Biden se jactó públicamente de esto, pero su argumento siempre fue Snokin no perseguía a los funcionarios y empresarios corruptos.
Sin embargo, en el curso de esta investigación de juicio político, que puede dañar las chances electorales de Biden, puede surgir una pregunta pertinente sobre si no representa un conflicto de intereses que el hijo del funcionario que fue la cara visible de los esfuerzos de EEUU para poner fin a la corrupción en Ucrania asuma en el directorio de una de las empresas más poderosas y cuestionadas del país para mejorar su imagen.