El comedor comunitario Arco Iris le da la merienda a 136 chicos dos veces por semana. Aseguran que subsisten por donaciones y que no reciben ayuda del Estado.
Dar de comer en La Favorita, contra viento y marea
"Las madres de los chicos vienen a pedir harina y leche para sobrevivir. En todo el año no hemos podido dar ni un poco de carne en los almuerzos y cuando hacemos arroz lo tenemos que hacer con menudos porque no nos alcanza para nada más". Quien dice estas palabras es Norma Moya quien desde hace 13 años tiene el comedor Arco Iris en el barrio La Favorita de Capital y aunque la situación es compleja ayudan a 136 niños que van lunes y miércoles a buscar la merienda y almorzar.
La crisis económica muestra una de sus peores caras cuando niños y las madres que se acercan ese lugar van a buscar -quizás- el único alimento que podrán consumir en esa jornada. Una garrafa les dura una semana y como no tienen personería jurídica, no pueden recibir ayuda por parte del Estado.
Norma admite que la situación es difícil para todos los vecinos de la zona. Muchos de esos asistentes son parte del 37,6% de la población que se encuentra debajo de la línea de la pobreza.
Por eso, el merendero no tiene límites de edad. Concurren 136 niños con sus madres y abuelos. Viven de donaciones particulares y desde que, en diciembre de 2018, un viento Zonda destruyó el merendero, han tenido que pedirles a las personas que concurren que lleven un tupper porque en ese lugar no los pueden contener.
En la municipalidad tuvo que tramitar la garrafa social, que le cuesta 150 pesos y le dura una semana. De otra manera, tendría que pagar cerca de 400 pesos en algún comercio cercano.
Y aunque no recibe ayuda de los comerciantes, las mamás del barrio "dan una mano" cuando pueden. En la merienda, por ejemplo, ayudan a cocinar tortas y roscas para que los chicos puedan comer algo junto con el mate cocido.
La dueña del merendero dijo en el programa Te digo lo que pienso, que conduce Ricardo Montacuto por radio Nihuil que en el lugar también les enseña a las mujeres diferentes oficios como panadería o costura. "Dedicarle mi vida al merendero es una tarea infinita, y lo voy a seguir haciendo, porque cuando mi padre falleció yo tenía 12 años, y no encontré una sola puerta para que alguien me enseñara a hacer algo", dijo Norma entre la angustia y la melancolía.
Como Arco Iris no tiene personería jurídica, se le hace difícil acceder a donaciones del Banco de Alimentos. "Te piden demasiados documentos y demora mucho tiempo hacerlos", dejó caer Norma.
En este sentido desde la comuna de Capital, el intendente electo Ulpiano Suárez aseguró que existe un servicio gratuito para obtener la personería jurídica y se comprometieron a ayudar al merendero para poder tramitarla.
Sobre la situación en la que se encuentra Argentina, Norma fue clara: dijo que ella tiene una mirada sobre lo político y lo social. "Por el color político, a la gente le cuesta entender que las ollas no se llenan, que no llegamos con la garrafa, que no llegamos con la luz ni con el sueldo. No lo puedo entender", dijo la mujer que tiene una rotisería y vive de eso.
"El Estado no acude, no responde como debe responder. Quizás el municipio les da un colchón y una frazada una vez año. El Estado dice que están todas las necesidades cubiertas, pero si eso fuera así, ¿por qué hay tanta pobreza? La gente nos necesita a los merenderos. Hace un mes, la ministra de Seguridad (Patricia) Bulrrich dijo que los movimientos sociales si tenían hambre que fueran a los comedores, pero ¿Quién asiste a los comedores?, el Estado no asiste a los comedores. La gente va de merendero en merendero porque la situación no da para más", lamentó la mujer.