Las "agendas separadas", la buena gestión de Cornejo. Suarez, un candidato apropiado. Los errores del peronismo. Los presidentes.
Las razones de un triunfo histórico
El mensaje que la mayoría de encuestadores, periodistas y analistas no entendimos en su total dimensión luego de las PASO nacionales, fue cabalmente comprendido por los ciudadanos de esta provincia. El que diga que no miraba de reojo cuando el oficialismo, especialmente Alfredo Cornejo, anunciaba que la gente "vota distinto en cada elección" y que había "una agenda propia de Mendoza", miente. Porque de por sí, la afirmación parecía rebuscada. Sin embargo, cabe reconocer que Cornejo tuvo razón. Esa apuesta a la "customización", a "cuidar lo hecho", a hablar de Mendoza y de los mendocinos, fue el principal ariete para demoler a un peronismo que nunca encontró un verdadero eje de campaña, hasta que se abrazaron a la candidatura presidencial de Alberto Fernández.
Los encuestadores oficialistas Elbio Rodríguez y Martha Reale venían hablando desde hacía semanas de esta ventaja. Pero sobre todo Rodríguez, quien firmaba los 15 puntos de diferencia en una escribanía, si se lo hubiesen pedido. Entonces, las razones del triunfo radical y de sus aliados en Cambia Mendoza deben buscarse mucho más atrás en el tiempo. Incluso antes de que Cornejo decidiera no adherir la elección provincial a la nacional, para descontaminar Mendoza de cualquier ola anti Macri. Unas elecciones conjuntas podrían haberle significado algo parecido a lo que ahora sufre la bonaerense María Eugenia Vidal.
Podría decirse que ganó el "Ítem Orden". Una gestión de austeridad en los números, de cuidado de los recursos fiscales, pero con obras y crecimiento. Y que -probablemte por la personalidad y la impronta de Cornejo- fue dura con las flexibilidades sociales. Así aparecieron el ítem aula, una cantidad enorme de reformas judiciales para que bajen los delitos agravados y haya más delincuentes presos, y que los jueces trabajen más, o últimamente, el aumento de penas y sanciones para conductores ebrios.
Rodolfo Suarez fue el candidato ideal de la continuidad. Primero, porque como gestor "dio vuelta" por completo la Ciudad de Mendoza, algo que sus vecinos premiaron con el voto. En Capital, Cambia Mendoza le sacó 40 puntos de ventaja al peronismo, con más del 60 % de los sufragios. Luego, no es menos "mano firme" que Alfredo Cornejo. Suarez es el que multa a los sindicatos que cortan las calles, es el que avanzó con un Código de Convivencia que reguló el comportamiento de la gente, es el que llenó la ciudad de preventores para colaborar en la seguridad. Desde ese lugar, se complementó a la perfección con Cornejo. Además, no tuvo miedo de definirse en temas sensibles como la minería o el aborto. Es cierto que en los debates de TV no fue el que "dio mejor" en cámaras. Pero la verdad es que la elección ya estaba definida.
El estilo de gestión de Cambia Mendoza estuvo muy asentado además en la tarea de los intendentes más fuertes, en las zonas más pobladas. Marcelino Iglesias (Guaymallén), Daniel Orozco (Las Heras), Tadeo García Zalazar (Godoy Cruz), Sebastián Bragagnolo "heredando" a Omar de Marchi en Luján, Ulpiano Suarez en Ciudad, hicieron elecciones demoledoras. En combinación con Suarez y Cornejo, los intendentes fueron parte de la locomotora de Cambia Mendoza.
Tanto Cornejo y Suarez como la ahora ex candidata peronista Anabel Fernández Sagasti, tuvieron una "estrategia presidencial". Anabel se pegó a Alberto, el peronismo lo hizo. En todos los departamentos. Alberto y Cristina vinieron incluso -ambos- a San Martín, donde el peronismo perdió la intendencia, y ayer volvió a perder la elección provincial. Y puede que la visita del candidato a presidente con la corte de gobernadores peronistas, a bordo de aviones privados o pagados por sus estados provinciales, comportándose como ricos de provincias empobrecidas, haya sido "un tiro en el pie" del peronismo. Ayer, Cornejo dijo que había sido una demostración propia de los "bolsos de López".
En cambio, la estrategia "presidencial" de Suarez y Cornejo fue justamente despegarse todo lo posible de Mauricio Macri, incluso con críticas a la marcha de la economía o a los errores políticos. Y atención: ni el nuevo gobernador Suarez ni Alfredo Cornejo, que se va, se van a inmolar por Macri el 27 de octubre. Desde hoy, la campaña, los encuestadores y los publicistas, empiezan a trabajar en una idea: Para los votantes, es más importante que Alfredo Cornejo, Jimena Latorre y Omar de Marchi lleguen al Congreso de la Nación "para representar a los mendocinos", que el hecho de que Macri sume uno o dos puntos más en Mendoza. El problema es que van todos en la misma boleta. Pero seguro que Gustavo Videla y los equipos políticos de Cornejo le van a encontrar solución al dilema.
En lo político, obviamente Suarez y Cornejo salen muy fortalecidos, el oficialismo refuerza el poder en la Legislatura, y mejora su representación en departamentos que mantiene el peronismo. Los radicales ganaron un departamento importante, San Martín, y perdieron dos más pequeños, como La Paz y Santa Rosa, por fenómenos locales.
Nada se le puede reprochar a Anabel Fernández Sagasti. La joven senadora cristinista hizo lo mejor que pudo con lo que tenía a mano, que era la promesa de una provincia mejor de la mano de Alberto. Se encontró con una candidatura a gobernadora que probablemente no esperaba en este turno, al vencer a Alejandro Bermejo en las PASO del 9 de junio, y le tocó del otro lado un oficialismo que fue una verdadera topadora política. La duda ahora es si será Anabel quien ordene y renueve al peronismo local, o si sobrevendrá una atomización a causa de esta nueva derrota... Son diez caídas consecutivas ya desde 2011, la última vez que el peronismo provincial ganó la gobernación. Luego, perdieron en todas las primarias y generales provinciales, legislativas o a gobernador. La PASO nacional de agosto fue un respiro, y plantea desafíos.
El "orden" tiene un valor muy importante. Es lo que votó Mendoza ayer, por razones bien profundas, dando a Cambia Mendoza un "pase" de cuatro años más a cargo de los recursos de todos. El desafío para Suarez es enorme, y también los interrogantes. A Cornejo le tocó una época de "vacas flacas", como bien dijo el gobernador en un reportaje con el Post, la semana pasada. Puede que al gobernador electo Rodolfo Suarez le toquen vacas escuálidas, en una Argentina de la que no se sabe destino cierto.
En el caos económico que vivimos, el "valor orden" adquiere dimensiones totales, y definitivas.